Nunca pensé en el uso de la pornografía como un problema. Lo veía como algo que “no dañaba a nadie” y me sentía “a salvo”. En la secundaria era normal que los chicos hablaran de la pornografía, lo que hacía que pareciera que todos la consumían, como algo totalmente normal y natural. Lo que no sabía es que estaba usando la pornografía como una droga para disociarme de mis emociones y alejarme de Dios. A medida que pasaba el tiempo, me llevaba cada vez más a un mayor aislamiento y me hacía sentir más y más deprimido, alimentando un ciclo que no conocía ni entendía. Debido a que estaba tan involucrado en la negación y el aislamiento, tampoco pensaba en cómo afectaría esto a quienes estaban a mi alrededor, y nunca pensé en mi relación distante con Dios. Darme cuenta de que el uso de la pornografía era un problema, e incluso una adicción, fue como levantar una niebla pesada frente a mí, disipando las mentiras que aceptaba como verdad.

Por Paige Taylor

Había sido adicta a las drogas y al alcohol durante casi una década.

Había abusado de casi todas las sustancias que se te ocurran. Intenté una y otra vez estar sobria. Fui a rehabilitación, fui a reuniones de 12 pasos, fui a terapia. Algunas de estas cosas me ayudaron a estar sobria por un tiempo, pero siempre recaía.

Hace cinco años, una amiga me invitó a su iglesia

Nunca había sido una persona afecta a asistir a la iglesia, y nunca había escuchado mucho acerca de Dios, aparte de algunas cosas en las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Sin embargo, el grupo de adoración en la iglesia fue increíble, y de repente tuve una perspectiva completamente nueva sobre Dios y la iglesia.

Ese día, comencé a tener fe en Jesucristo y he estado sobria desde entonces. Recuperarme no ha sido fácil, pero mi fe en Jesucristo me ha ayudado de muchas maneras:

Por Dr. Doug Carpenter

Un famoso psicólogo, Carl Jung, dijo que “la vergüenza es una enfermedad que devora el alma”. El abuso sexual es la vergüenza secreta que yace profundamente dentro de los niños y de los hombres. Durante décadas, el enfoque de la investigación sobre el abuso sexual, los programas educativos y los medios de comunicación se ha centrado en el sufrimiento de las mujeres. Se ha prestado mucha menos atención a los efectos del abuso sexual en los hombres.

¡Los hombres que han sufrido abuso sexual merecen ser escuchados y sanar! El niño interior herido merece ser consolado y protegido, y el adulto merece estar libre del impacto del abuso sexual y pasar a vivir una vida feliz libre de compulsividad y disfunción emocional, física, relacional y sexual.

Publicado por: Setting Captives Free

¿Por qué los cristianos caen en pecado habitual? Pecados como pornografía, impureza sexual, alcoholismo, drogadicción, glotonería, falta de perdón, chismes, amargura, entre otros. La respuesta a ambas preguntas es la misma: porque no miran a la cruz.

La mayoría de nosotros empezamos cada día de nuestras vidas con una rutina preestablecida. Nos levantamos del mismo lado de la cama, nos vestimos de una forma en particular, ordenamos la misma bebida y tomamos la misma ruta, a veces sin pensarlo o estar conscientes de ello.

Incluso hay patrones de pensamiento o de conducta que ejecutamos automáticamente. Juzgamos a las personas o situaciones sin saber qué nos impulsa o porqué lo hacemos. Dios conoce las posibles causas de aquella adicción, quebrantamiento, pecado o conducta inapropiada con la cual luchamos, pero sólo Él puede revelar además una estrategia para pelear y cambiar nuestras vidas.

Por Mike Cleveland

La palabra de Dios nos dice que si queremos liberarnos de la adicción de cualquier tipo, debemos venir a la cruz de Jesús y experimentar el poder del Espíritu Santo. En verdad, no hay esperanza de que ganemos la batalla contra el pecado habitual por nuestra propia cuenta. Por nosotros mismos, estamos indefensos contra la atracción del pecado habitual. Con nuestras fuerzas y ​​con las mejores intenciones, podríamos tratar de guardar las leyes de Dios, firmar promesas, hacer compromisos de cambio, etc., pero tarde o temprano surgirán dificultades, nos estresaremos o estaremos enojados, para finalmente fracasar. “El Espíritu da vida; la carne no vale para nada…” (Juan 6:63 NVI).

Vivimos en una generación sobresaturada de inmoralidad, un click de distancia nos conecta a navegar al mundo adictivo de la pornografía.

Se pueden revertir los daños que ella causa; este programa fue diseñado para ayudar a todos aquellos que batallan con la pornografía. Hoy día nos acompañan docenas de testimonios que reportan como este recurso les ayudó a ser libres.

Manual para varones
Manual para mujeres

Consejería Bíblica 8

Administración personal

“Dios sana el corazón quebrantado cuando le damos todos los pedazos”.

Él usó el dolor que experimentó June Hunt en su propia familia, para desarrollar en ella compasión por otros. Ahora entiende cómo el dolor emocional puede paralizar la vida de una persona y ha decidido hacer una diferencia positiva en la de aquellos que más lo necesitan.