CASO No. 1.
Susan y Carol habían sido amigas por muchos años. Debido a su relación íntima, no era un secreto que Carol y su marido tenían problemas maritales. Un día, mientras almorzaban juntas, Carol admitió que ella tenía algo importante que confesar. Susan percibió la aprehensión en la voz de Carol: “un divorcio -pensó Susan- ella se está divorciando”.
Respirando hondo, Carol comenzó: “Me asusta tener que decirte esto, pero lo tengo que hacer. Yo no puedo seguir aparentando lo que no soy. No deseo que esto afecte nuestra amistad. Tú eres como una hermana para mí”. A través de la mesa Susan tomó la mano de su amiga y dijo: “¿Qué es Carol?, es acaso tu matrimonio? Lo que sea me lo puedes decir…”
Las lágrimas empezaron a inundar los ojos de Carol. “Susan, no es mi matrimonio, eso sería más fácil, creo yo. Se trata de mí. Yo…yo soy homosexual. Soy lesbiana…”