• Recibiendo • modelando • enviando •

Después de escribir Tu matrimonio sí importa y Tu identidad sí importa, era una asignatura pendiente seguir con la saga y publicar Tus hijos sí importan, completando así una trilogía donde trabajamos el matrimonio, el crucial papel del hombre y la crianza de los hijos.

Probablemente este sea el libro más importante de esta serie, pues nuestros hijos no solo constituyen el reemplazo generacional natural, sino que debido a la educación recibida también serán para las futuras generaciones, transmisores de la fe o, lamentablemente, transmisores de los valores de una sociedad depravada en muchos aspectos. Aquí radica la enorme responsabilidad de conseguir educar a nuestros hijos en los valores que emanan de la Palabra de Dios, para que no sean arrastrados por la corriente de una sociedad líquida con la que nos toca competir.

Por Miguel Ángel Alcarria

El siglo XXI se caracteriza por un nuevo género de ingeniería, la ingeniería social. Jamás en la historia, la sociedad ha sido moldeada a la velocidad que lo ha hecho en las últimas dos décadas. Las modas, las subculturas y los diferentes movimientos sociales contemporáneos, lejos de ser fruto de la casualidad, responden a un proyecto de transformación social bien elaborado. A dicho plan social lo hemos denominado postmodernidad.

La postmodernidad busca la reestructuración de la cultura y, por ende, de la sociedad. Y, aunque el fenómeno lleva impulsándose desde hace unos 50 años, iniciándose con el movimiento de mayo de 1968 en París, la Iglesia no ha tomado conciencia de los efectos que podía tener las reivindicaciones sexuales y sociales de este movimiento hasta hace relativamente poco.

            Por Leo Chain

El padre es el primer modelo de masculinidad que tiene un niño; si hay una vinculación adecuada, es más probable que el niño o niña desarrollen una sana masculinidad o femineidad, lo cual le ayudará a establecer mejores relaciones interpersonales conforme vaya creciendo.

Un buen padre contribuye de forma significativa a la autoestima en los niños, les ayuda a pulir sus habilidades y a sentirse más fuertes, más competentes y capaces. Cuando un padre interviene en la crianza de los hijos, les ayuda a fomentar mejores actitudes ante la resolución de conflictos y problemas cotidianos, lo cual los lleva a tener un mayor auto control y ajustarse de forma adecuada a las normas sociales, por lo que es menos probable que abusen de otros o que usen drogas o alcohol en la adolescencia.