Por Dr. Ray Bohlin
A los 16 años, John tuvo relaciones con Andrea. Solo una vez. Disfrutó de la experiencia, pero se sintió culpable y decidió que el riesgo de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y de un embarazo era simplemente demasiado grande. No volvió a tener relaciones hasta nueve años después, cuando se casó con Cindy, que era virgen. Tres meses después de casarse, Cindy comenzó a tener síntomas de dolor. Sin saberlo, John, que nunca había tenido ningún síntoma de la enfermedad, había traído dos ETS a su matrimonio. Pero John y Cindy tuvieron suerte; ambos respondieron al tratamiento y están saludables hoy. Muchos otros, sin embargo, no son tan afortunados. Hoy, las ETS han alcanzado una proporción epidémica sin precedentes. Treinta años de revolución sexual está pagando dividendos desagradables, y los que corren el mayor riesgo son los adolescentes. Esto es cierto, en parte, porque los adolescentes son más activos sexualmente hoy que nunca antes, pero también porque las mujeres adolescentes son más susceptibles a las ETS que los varones o que las mujeres adultas.
Si bien algunas ETS pueden ser transmitidas fuera de los actos sexuales, todas son transmisibles mediante el intercambio de fluidos corporales durante el contacto sexual íntimo. Quiero hablar de la gravedad del problema, así como de lo que debe hacerse si queremos salvar a la mayoría de la próxima generación de la vergüenza, la infertilidad y, a veces, la muerte, que pueden ser producto de las ETS.
Si usted no está familiarizado con algunas de las estadísticas que siguen, entonces prepárese para ajustar su cinturón de seguridad, porque lo que tengo que informar no es agradable. La información que estoy por compartir viene de datos recogidos del Instituto Médico de Salud Sexual de Austin, Texas.{1} Todas estas estadísticas están fácilmente disponibles en revistas médicas y científicas acreditadas.
Hoy existen unas 25 ETS. Unas pocas pueden ser fatales. Algunas son relativamente inofensivas, pero todas son humillantes. Muchas mujeres viven atemorizadas por lo que podría deparar su futuro como resultado de la infección de una ETS. Se estima que 1 de cada 5 estadounidenses entre 15 y 55 años está hoy infectado con una o más ETS virales, y 12 millones de estadounidenses se infectan cada año. ¡Eso es aproximadamente el 5% de toda la población de EE.UU.! De estas infecciones, el 63% involucra a personas de menos de 25 años.
Esta epidemia es un fenómeno reciente. Algunos jóvenes tienen padres que pueden haber tenido múltiples parejas sexuales con una impunidad relativa y concluyen que ellos también están a salvo de la enfermedad. Sin embargo, la mayoría de estas enfermedades no estaban aquí 20 o 30 años atrás. Antes de 1960, había solo dos enfermedades de transmisión sexual predominantes: la sífilis y la gonorrea. Ambas fácilmente tratables con antibióticos.
En la década de 1960 y 1970, esta situación relativamente estable comenzó a cambiar. Por ejemplo, en 1976, apareció por primera vez la clamidia en cantidades cada vez mayores en EE.UU. La clamidia, especialmente peligrosa para las mujeres, es ahora la ETS bacteriana más frecuente en el país. En 1981, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus que causa el SIDA, fue identificado. A principios de 1993, entre 1 y 2 millones de estadounidenses estaban infectados con VIH o SIDA, más de 12 millones estaban infectados en todo el mundo, y más de 160.000 habían muerto en EE.UU. solo. Entonces se agregó el herpes a la mezcla. Esta ETS infecta ahora a 30 millones de personas.
En 1985, el virus del papiloma humano (VPH) comenzó a aumentar dramáticamente. Este virus puede producir verrugas venéreas y a menudo conduce a cánceres mortales.
Para 1990, cepas resistentes a la penicilina de la gonorrea estaban presentes en cada uno de los cincuenta estados, y para 1992 la sífilis había alcanzado el valor más alto en 40 años. A partir de 1993, la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI), que es causada casi siempre por la gonorrea o la clamidia, afectaba a 1 millón de mujeres adicionales cada año. Esto incluye entre 16.000 y 20.000 adolescentes. Esta infección puede producir dolor pélvico e infertilidad, y es la principal causa de hospitalización para mujeres de entre 15 y 55 años, aparte del embarazo.
La enfermedad pélvica inflamatoria puede producir cicatrices en las trompas de Falopio que bloquean el paso de un huevo fertilizado. Por lo tanto, éste no puede pasar al útero, y el embrión en crecimiento provocará la rotura de las trompas. Entre 1960 a 1990 hubo un aumento del 400% de embarazos ectópicos, la mayoría de los cuales fueron causados por ETS. Para colmo de males, el 80% de los que están infectados con una ETS no lo saben, e infectarán involuntariamente a su próxima pareja sexual.
Los hechos médicos de las ETS La sífilis es una infección terrible. En su primera etapa, la persona infectada puede tranquilizarse y pensar que no hay mucho que esté mal, porque la pequeña llaga desaparecerá en 2 a 8 semanas. La segunda y tercera etapa son cada vez peores, y pueden terminar por causar daño al cerebro, al corazón y los vasos sanguíneos si no se diagnostica y se trata. Lo más triste es que la sífilis es curable en un 100% con penicilina, pero hay ahora más sífilis que a fines de la década de 1940, y está creciendo rápidamente.
La clamidia, una enfermedad que solo se volvió común a mediados de la década de 1980, infecta entre el 20 y el 40% de algunos grupos sexualmente activos, incluyendo los adolescentes. En los hombres, la clamidia puede causar esperma infértil, una condición reversible con antibióticos. En las mujeres, sin embargo, la infección es devastadora. Una infección aguda de clamidia en las mujeres produce dolor, fiebre y daño a los órganos femeninos. Una infección silenciosa puede dañar las trompas de Falopio de una mujer sin que ella lo sepa jamás. Un único episodio de EPI por clamidia puede producir una probabilidad de infertilidad del 25%. Con una segunda infección, la probabilidad de infertilidad sube al 50%. Este es el doble del riesgo de la gonorrea.
El tratamiento con antibióticos no siempre es exitoso. Un estudio informó que el 18% mostró una recurrencia de la infección dentro de las 3 semanas. Tanto como el 14% de los adolescentes no responden al tratamiento y terminan por requerir una histerectomía. Es una carga abrumadora para una niña de 18 o 19 años tener que enfrentar el hecho de que nunca podrá tener un solo hijo.
El virus del papiloma humano (VPH) es una ETS sumamente frecuente. Un estudio informó que, en la Universidad de California, Berkeley, el 46% de los estudiantes de ambos sexos sexualmente activos estaban infectados con VPH. Otro estudio informó que el 38% de las mujeres sexualmente activas entre 13 y 21 años de edad estaban infectadas.
El VPH es una causa importante de llagas venéreas, que son sumamente difíciles de tratar y pueden requerir procedimientos costosos como una cirugía láser. El VPH puede producir un pre-cáncer o cáncer de los órganos genitales. Al causar cáncer del cuello del útero, este virus está actualmente matando a más mujeres en este país que el SIDA, más de 4.600 mujeres en 1991. El VPH también puede ocasionar relaciones sexuales dolorosas durante años luego de la infección, aun cuando hayan desaparecido otras señales visibles de la enfermedad.
Y, por supuesto, está el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, el virus que causa el SIDA. Los primeros pocos casos de SIDA se descubrieron solo en 1981; ahora, solo en EE.UU., hay entre 1 y 2 millones de personas infectadas con esta enfermedad. Hasta donde sabemos, todas estas personas morirán en los próximos diez a quince años. A principios de 1993, unos 160.000 ya habían muerto.
En 1991 un estudio no aleatorio en la Universidad de Texas, en Austin, mostró que 1 de cada 100 estudiantes a quienes se les sacó sangre por cualquier razón en el centro de salud de la universidad estaban infectados con VIH.
Si bien el avance de la enfermedad es lento para muchas personas, todos los que la tienen estarán infectados por el resto de su vida. No existe cura, y muchos investigadores están empezando a perder esperanzas de descubrir una cura o una vacuna alguna vez (como ocurrió finalmente con la polio). En 1992, 1 de cada 75 hombres estaban infectados con VIH, y 1 de cada 700 mujeres. Pero la cantidad de mujeres con SIDA está creciendo. En los primeros años de la epidemia, menos del 2% de los casos de SIDA eran mujeres. Ahora el porcentaje es de 12%:
Los adolescentes tienen mayores riesgos de ETS Una de las estadísticas que he mencionado es que los adolescentes son especialmente susceptibles a las ETS. Este hecho es alarmante, ya que hay más adolescentes sexualmente activos hoy que nunca antes. Toda una generación corre riesgo, y lo más triste de esto es que la mayoría de ellos no son conscientes de los peligros que enfrentan. A los adolescentes se les debe dar información correcta para ayudarlos a darse cuenta de que guardarse sexualmente para el matrimonio es la única forma segura de mantenerse saludables.
Las razones médicas de la alta susceptibilidad de los adolescentes a las ETS se relacionan específicamente con las mujeres. El cuello del útero de una adolescente tiene un revestimiento (ectropión) que produce mucosa, un excelente medio de crecimiento para los virus y las bacterias. Al llegar a los 20 años o al tener un bebé, ese recubrimiento es reemplazado por un recubrimiento más fuerte y resistente. También, durante los dos primeros años de menstruación, el 50% de los períodos ocurren sin ovulación. Esto produce una mucosa más líquida que también es muy favorable para el crecimiento de bacterias y virus. Una niña de 15 años tiene una probabilidad de 1 en 8 de desarrollar una enfermedad pélvica inflamatoria simplemente por tener sexo, en tanto que una mujer de 24 años solo tiene una probabilidad de 1 en 80, en la misma situación.
Los adolescentes no siempre responden al tratamiento antibiótico para la enfermedad pélvica inflamatoria, y en ocasiones estas adolescentes requieren una histerectomía. La infertilidad es un problema creciente en nuestra sociedad. Se estima que entre la cuarta y la tercera parte de todas las infertilidades en el matrimonio son producto de ETS.
Los adolescentes son también más susceptibles al virus del papiloma humano, VPH. Las tasas de infección por VPH en adolescentes pueden llegar al 40%, en tanto que, en la población adulta, la tasa no llega al 15%. Los adolescentes también tienen mayor probabilidad de desarrollar crecimientos precancerosos como resultado de una infección de VPH que los adultos. Estos crecimientos precancerosos en los adolescentes tienen también una mayor probabilidad de convertirse en un cáncer invasor que en los adultos.
Aparte del mayor riesgo de ETS en los adolescentes, el embarazo adolescente ha alcanzado niveles sin precedentes también. En 1985, había más de 1 millón de embarazos adolescentes; 400.000 de estos terminaron en aborto. El aborto no es un procedimiento saludable para nadie, pero esto es especialmente cierto para un adolescente. No quedar embarazada en primer lugar es mucho mejor. Los anticonceptivos orales no son tan eficientes con las adolescentes, principalmente porque son más propensas a olvidarse de tomar la pastilla. A lo largo de un período de un año, tanto como entre el 9 y el 18% de las adolescentes que usan anticonceptivos orales quedan embarazadas.
Finalmente, cuando los adolescentes comienzan a practicar el sexo más temprano en su vida, tienen una probabilidad mucho más alta de tener múltiples parejas sexuales, un comportamiento que los hace correr un mayor riesgo de tener ETS. Cuando los adolescentes se vuelven sexualmente activos antes de los 18 años de edad, el 75% de ellos tendrán más de 2 parejas y el 45% tendrán 4 o más parejas. Si la actividad sexual comienza antes de los diecinueve años, solo el 20% tendrá 2 o más parejas, y solo el 1% tendrá 4 o más parejas. (Estas son estadísticas de los Centros de Control de las Enfermedades, luego de entrevistar personas de entre veinte y treinta años de edad.)
¿Es el sexo seguro realmente la respuesta? Ahora debo mirar detenidamente el mensaje del sexo seguro que está siendo enseñado a los adolescentes en la escuela y a través de los medios.
Algunas personas creen que, si les puede enseñar a los adolescentes cómo usar la anticoncepción y los condones eficazmente, las tasas de embarazo y de infección por ETS se reducirán dramáticamente. Pero el sentido común y las estadísticas nos dicen otra cosa. En Rutgers University, las tasas de infección de los estudiantes con ETS variaron poco según la forma de anticoncepción usada. Por ejemplo, entre el 35 y el 44% de los estudiantes sexualmente activos estaban infectados con una o más ETS, sea que no usaran ningún anticonceptivo, un anticonceptivo oral, el diafragma o condones. Es significativo notar que el condón, el héroe del mensaje de sexo seguro, no brindó prácticamente ninguna protección de las ETS.
¿Previenen los condones la infección del VIH, el virus que causa el SIDA? Si bien es mejor que nada, lo fundamental es que los condones no son confiables. Un estudio de Florida consideró parejas en las que un integrante de la pareja era VIH positivo y el otro, negativo. Usaron condones como protección durante las relaciones sexuales. Luego de 18 meses, el 17% de los compañeros previamente no infectados eran VIH positivos. Esta es una probabilidad de uno en seis, la misma que la ruleta rusa.
Los condones ni siquiera brindan una protección del 100% en el propósito para el cual fueron diseñados: la prevención del embarazo. Un estudio de la Clínica de Planificación Familiar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania informó que el 25% de los pacientes que usan condones para el control de la natalidad concibieron a lo largo de un período de un año. Otros estudios indican que la tasa de embarazo accidental de relaciones protegidas por condones es de alrededor del 15% para parejas casadas y del 30% para parejas no casadas.
Los condones son inherentemente poco confiables. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dice que tanto como uno en 250 son defectuosos. Los condones suelen ser almacenados y despachados a temperaturas no seguras, y esto debilita la integridad de la goma de látex, lo cual causa roturas y desgarros. Los condones se rompen el 8% de las veces y se salen el 7% de las veces. Hay tantos peligros en el uso de los condones que uno simplemente no puede esperar que adolescentes inmaduros los usen correctamente. Y, aun cuando lo hagan, siguen corriendo riesgos.
Los estudios están empezando a mostrar que la educación sexual basada en la escuela que incluye el uso de condones como su mensaje central no funciona. Un estudio en una revista pediátrica importante concluyó que la evidencia disponible indica que hay poco o ningún efecto de la educación sexual basada en la escuela sobre la actividad sexual, la anticoncepción o el embarazo adolescente.{2} Este estudio evaluó los programas que enfatizaban los condones. Además, los programas que enfatizan los condones tienden a dar un falso sentido de seguridad a los estudiantes sexualmente activos y hace que los estudiantes que no tienen relaciones se sientan anormales.
La lista de daños por la actividad sexual adolescente fuera del matrimonio es ciertamente larga. Aparte de la amenaza a la salud física y a la fertilidad, existe el daño a las relaciones familiares, la autoconfianza y la salud emocional, la salud espiritual y las oportunidades económicas futuras debido a un embarazo no planeado. La educación sexual basada en los condones no funciona.
Guardar el sexo para el matrimonio es la solución de sentido común La epidemia de enfermedades de transmisión sexual está proliferando en este país y en todo el mundo. Enfermedades como la clamidia, el virus del papiloma humano, herpes, hepatitis B, tricomonas, enfermedad pélvica inflamatoria y el SIDA se han unido a la sífilis y la gonorrea solo en los últimos 30 años. No hay duda de que los frutos de la revolución sexual han sido devastadores. También he demostrado cómo nuestros adolescentes corren un mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual que los adultos, y que la educación sexual basada en el uso de condones es ineficaz y engañosa. Hay un solo mensaje que ofrece salud, esperanza y alegría a los adolescentes de hoy. Tenemos que enseñar a los solteros que guarden las relaciones sexuales para el matrimonio.
El sexo es un regalo maravilloso, pero si no se lo controla tiene una gran capacidad para el mal, así como para el bien. Nuestros cuerpos no fueron hechos para tener múltiples compañeros sexuales. Prácticamente todo el riesgo de las ETS y los embarazos fuera del matrimonio pueden evitarse guardando las relaciones para el matrimonio. Y puede hacerse.
Las estadísticas muestran claramente que en las escuelas que enseñan un programa de educación sexual que enfatiza guardar las relaciones sexuales para el matrimonio, la tasa de embarazos adolescentes cae dramáticamente en un tiempo tan breve como un año. En San Marcos, California, una escuela secundaria usó un programa financiado federalmente (“Teen Aid”) que hace énfasis en guardar las relaciones sexuales para el matrimonio. Antes de usar el programa, había 147 embarazos entre 600 niñas. En el transcurso de dos años, la cantidad de embarazos cayó a pique a 20 de 600 niñas.{3} Al año 1992, San Marcos todavía estaba usando este programa y seguía satisfecho con él. En Jessup, Georgia, al instituir el programa “Respeto sexual”, la cantidad de embarazos entre 340 estudiantes mujeres cayó, en años sucesivos, de 17 a 13 a 11 y a 3.
Demorar las relaciones sexuales hasta que los adolescentes sean mayores no es una propuesta ingenua. Más del 50% de las mujeres y el 40% de los varones entre 15 y 19 años no han tenido relaciones sexuales. Son una prueba viva de que los adolescentes pueden controlar sus deseos sexuales. Entre los que han tenido una experiencia sexual, el 20% tuvo sexo en el pasado, pero no estaban sexualmente activos actualmente. Por lo tanto, hay una minoría de estudiantes que están sexualmente activos.
Los programas de educación sexual basados en los condones les enseñan básicamente a los adolescentes que no pueden controlar sus deseos sexuales, y que deben usar condones para protegerse. No es un salto demasiado grande para personas que no pueden controlar sus deseos sexuales ser incapaces de controlar su odio, avaricia, ira o prejuicio. ¡Este no es el mensaje correcto para nuestros adolescentes!
Los adolescentes están dispuestos a disciplinarse por aquellas cosas que quieren y desean, y que están convencidos de que son beneficiosas. Las mujeres se levantan temprano para entrenarse para el equipo. Los varones se entrenan fuera de temporada con pesas para ser más fuertes para las competencias atléticas. Nuestros adolescentes pueden ser disciplinados en su vida sexual si tienen la información correcta para hacer elecciones lógicas.
Guardar el sexo para el matrimonio es la solución de sentido común. De hecho, es la única solución. No dudamos en decir a nuestros hijos que no usen drogas o marihuana, y la mayoría no lo hace. Decimos a nuestros hijos que es insalubre fumar, y la mayoría no lo hace.
Es normal y saludable no tener relaciones sexuales hasta el matrimonio. Las ETS son tan frecuentes que no es una exageración decir que la mayoría de las personas que tienen relaciones sexuales regularmente fuera del matrimonio contraerán una enfermedad de transmisión sexual. Nuestra sexualidad debería florecer dentro de los límites de una relación monógama mutuamente fiel. Necesitamos reeducar a nuestros hijos no solo en lo que es saludable, sino en lo que es correcto.
Notas Gran parte de la información del artículo anterior es sustancialmente idéntica y ha sido tomada de materiales y seminarios presentados por el Instituto Médico para la Salud Sexual (MISH) y su presidente, el Dr. Joe S. McIlhaney, Jr., y se usa con su permiso. MISH es una organización 501(c)3 financiada por completo con contribuciones privadas, y está dedicada a recolectar, proveer y presentar verdad médica relacionada con enfermedades de transmisión sexual, anticoncepción y temas relacionados. Para más información, usted puede contactar a MISH en P.O. Box 162306, Austin, Texas 78716-2306, o llamarlos al 1-800-892-9484. Su sitio Web está en
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Traducción: Alejandro Field
Acerca del autor
Raymond G. Bohlin es el presidente de Probe Ministries. Se graduó de University of Illinois (B.S. en zoología), North Texas State University (M.S. en genética de la población) y University of Texas at Dallas (M.S., Ph.D. en biología molecular). Es uno de los autores de The Natural Limits to Biological Change (Los límites naturales del cambio biológico), sirvió como editor general de Creation, Evolution and Modern Science (Creación, evolución y la ciencia moderna), y ha publicado una gran cantidad de artículos periodísticos. El Dr. Bohlin fue designado como becario de investigación en 1997-1998 y 2000 en Discovery Institute’s Center for the Renewal of Science and Culture. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.
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