Por Leonor M.
Luces de colores, comidas deliciosas, regalos, risas y tintineantes villancicos navideños inundan el ambiente, sonrisas y buenos deseos a tu alrededor, pero… en tu interior se instala la oscuridad: tristeza, desesperanza y un fuerte sentimiento de soledad parecen inundar tu corazón y nublar tu visión de tal manera que parece imposible disfrutar esta festiva temporada, antes bien, deseas meterte en cama y dormir hasta que llegue enero…
¿Te identificas con esta descripción?
Para tu alivio, no estás solo, esta es una condición más común de lo que creemos, se suele llamar depresión navideña, e incluso psicológicamente –bajo ciertas peculiaridades- se ha catalogado como trastorno afectivo estacional (TAE)[1], caracterizado por la presencia de episodios depresivos, con somnolencia excesiva y aumento en la ingesta de alimentos, que acontecen de manera recurrente al llegar el otoño-invierno.