Dios no nos puede bendecir si no le entregamos el control total de nuestra vida. Cuando no le cedemos un área de nosotros, en realidad lo que estamos haciendo es reservar un espacio de muerte. Por tanto, Él en su amor, nos pide todo. Esto no es un asunto negociable. C.S. Lewis
“Y lo bendigo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Gen. 32:29-30.
¿Alguna vez se ha sentido arrinconado? ¿Ha sentido que no había salida de una situación particular? ¿Qué hizo? ¿Cómo respondió? ¿Maldijo o clamó a Dios?