Por Kerby Anderson

Cada año, hay vidas de mujeres (y hombres) que son alteradas o destruidas por alguien que abusa de ellas. Las cicatrices emocionales y físicas, así como la destrucción resultante, aparecen claramente en estadísticas sociales y criminales.

Si bien el abuso se denuncia poco, las estadísticas actuales de crímenes al menos comienzan a contar la historia. El Informe Uniforme de Crímenes del FBI indica rutinariamente a la violencia doméstica como la principal causa de lesiones para mujeres de entre 15 y 44 años de edad en Estados Unidos. Estas lesiones superan a las de los accidentes automovilísticos, los ataques callejeros y las violaciones combinadas.

El abuso puede ser manifiesto, flagrante y descarado. Pero puede ser también sutil y artero. Puede hacer explosión o introducirse gradualmente en una relación. Si bien las mujeres son las principales víctimas del abuso, los hombres también pueden serlo.

Uno de los primeros pasos para tratar con el abuso es identificarlo. Esto suele ser difícil porque puede manifestarse de distintas formas. Esta es una breve reseña de los distintos tipos de abuso.

1. Abuso emocional es el uso de estrategias mentales o juegos psicológicos. Esto podría incluir cosas como ira, agresión, humillación, intimidación, asecho, temor, poder y control. El objetivo es causar daño emocional a la otra persona.
2. Abuso físico incluye el uso de partes del cuerpo o armas para amenazar, castigar, dominar, contener, controlar o lesionar a otra persona.
3. Abuso sexual es el uso de acciones sexuales forzosas que pueden dominar, manipular, amenazar, lesionar, corromper o controlar a otra persona.
4. Abuso social involucra otras formas de abuso para dominar, manipular o controlar las relaciones sociales de otra persona.
5. Abuso financiero es el uso de dinero o cuestiones relacionadas con lo financiero para dominar, amenazar o controlar. Esto puede hacerse para dañar a otra persona o sacar provecho financiero de esa persona.
6. Abuso espiritual es el control de los intereses o prácticas religiosas de otra persona. Puede causarse daño espiritual al criticar las convicciones religiosas de una persona o al distorsionarlas con propósitos religiosos.

Si bien el abuso puede asumir diversas formas, suele haber elementos comunes. Por ejemplo, a menudo existe la tendencia de culpar a la víctima del abuso. A una mujer, por ejemplo, tal vez un pastor o un miembro de la iglesia le diga que “se someta” o que “ore más por su matrimonio”. Y, a menudo, las mujeres vuelven a involucrarse en relaciones abusivas, para sorpresa de muchos.

En este artículo intentaremos brindar algunas respuestas y una perspectiva sobre este tema importante. (Quisiera señalar también que ya tenemos artículos en el sitio Web de Probe que tratan con temas como el abuso verbal y el abuso espiritual.)

Tipos de abusadores

Si bien el abuso y la violencia doméstica se encuentran entre los problemas sociales más acuciantes de nuestro tiempo, la mayor parte de la sociedad (incluyendo las iglesias) sigue considerando a esta crisis como un asunto privado. A las mujeres abusadas los pastores y los miembros de la congregación suelen aconsejarles que “oren más” o “intenten ser una mejor esposa”.

El abuso ha sido ignorado no sólo por la iglesia sino a menudo por la profesión médica. En su estudio del abuso, Evan Stark y Ann Flitcraft encontraron que, de un millón de mujeres que solicitaron tratamiento médico por lesiones sufridas de esposos y novios, los médicos identificaron correctamente las lesiones como resultado de golpizas sólo el cuatro por ciento de las veces. [ref]Evan Stark and Ann Flitcraft, “Medical Therapy as Repression: The Case of the Battered Woman,”Health and Medicine, 1982, 29-32.[/ref]

Frecuentemente el abuso infantil y la violencia doméstica van de la mano. Los hombres que abusan de su esposa abusan a menudo también de sus hijos. La investigación demuestra que, en hogares donde ocurre la violencia doméstica, los hijos son abusados en una proporción de 1500 por ciento superior al promedio normal. [ref]Maria Roy, “Children in the Crossfire,” Health Communications, 1988.[/ref]

A menudo este abuso comienza antes que nazca el niño siquiera. Un estudio de 1200 mujeres embarazadas blancas, latinas y afroamericanas encontró que una de cada seis informó que hubo abuso físico durante el embarazo.[ref]Judith McFarlane, “Abuse During Pregnancy: A Cross-Cultural Study of Frequency and Severity of Injuries,” National Coalition Against Domestic Violence Fact Sheet (Denver, 1994).[/ref]

Los investigadores ahora concluyen que hay dos tipos de abusadores. Neil Jacobson y John Gottman lo documentan en su libro When Men Batter Women.[ref]Neil Jacobson and John Gottman, When Men Batter Women: New Insights into Ending Abusive Relationships (New York: Simon & Schuster, 1998).[/ref] Su estudio de más de 200 parejas en relaciones peligrosas ayudó a destruir mitos y arrojó nueva luz sobre las relaciones abusivas.

Ellos describen dos tipos de golpeadores: los “cobras” y los “perros Pit Bull”. Los “cobras” son los más severamente violentos de los dos. Golpean velozmente y ferozmente, manteniendo siempre el control y sintiéndose con derecho a todo lo que desean.

Los “perros Pit Bull” son violentos porque son inseguros. Tienen una mayor probabilidad de perder el control, y dejan que sus emociones se caldeen lentamente hasta que explotan de ira.

Jacobson y Gottman estudiaron intensamente unas 60 de las 200 parejas viendo cintas de video de discusiones no violentas de golpeadores severos con su cónyuge. Para eliminar parte de la subjetividad, monitorearon también los signos vitales (ritmo cardíaco, flujo de sudor) de las parejas.

Encontraron que los “cobras” se asemejan a la serpiente de la que toman su nombre. Permanecen inmóviles y concentrados justo antes de atacar a su víctima. Se vuelven internamente serenos durante el abuso. Mientras que el ritmo cardíaco de los “perros Pit Bull” aumenta durante el abuso, el ritmo cardíaco de los “cobras” llega a disminuir.

Los “perros Pit Bull” son impulsados por una profunda inseguridad y suelen tener una dependencia insalubre de la compañera abusada. Temen perder a su esposa, así que intentan controlarla mediante el abuso físico y emocional.

Los “cobras” a menudo han sido abusados ellos mismos físicamente o sexualmente (frecuentemente en la niñez), y tienden a considerar a la violencia como una parte inevitable de la vida.

Límites

A menudo las víctimas del abuso sienten que merecen el abuso que reciben. Han sido convencidas (por su pareja o tal vez por la sociedad en general) de que el abuso es culpa de ellas. No lo es. Para reforzar esta afirmación, estas son ocho cosas que nadie merece:[ref]Puede encontrarse una lista más detallada en Mary Marecek, Breaking Free from Partner Abuse(Buena Park, Calif: Morning Glory Press, 1999)[/ref]

1. Nadie merece ser empujado, abofeteado, magullado ni pateado. No hay ninguna excusa que justifique este tipo de acciones, sean drogas, alcohol, problemas financieros o problemas familiares.
2. Nadie merece ser abusado verbalmente. Nadie debe ser insultado o tratado a los gritos sin ninguna razón aparente.
3. Nadie merece que le dañen sus posesiones (arrojando platos, desgarrando ropa) o que le destruyan regalos. Estas cosas no se vuelven automáticamente “de él” simplemente porque pagó por ellas de una cuenta corriente conjunta.
4. Nadie merece que interfieran con su posibilidad de ir de un lado a otro. Usted no necesita que le digan cuándo puede y cuándo no puede salir de la casa, ir de compras o ir a la escuela.
5. Nadie merece ser seguido, acosado o espiado. Como adulto, usted tiene derecho a ir donde usted quiera, y pasar el tiempo de la forma que usted escoja.
6. Nadie merece ser ridiculizado, denigrado, menospreciado, ni que se burlen de ella. Esto se aplica tanto en el hogar como en público.
7. Nadie merece ser privado emocionalmente. Todos tienen necesidades emocionales: de amar, de ser amado, de cuidar y ser cuidado, de necesitar de otros y de ser necesitado por otros. Esto involucra más que una sola persona que exige su tiempo y atención.
8. Nadie merece ser aislado. Usted merece tener una comunidad de personas alrededor suyo además de sólo un cónyuge que domina su vida.

Toda persona tiene derechos que deben ser afirmados para impedir que tenga lugar el abuso. Esta es una breve lista de esos derechos:

1. Usted tiene derecho a ser tratado con respeto. Todas las personas son creadas a la imagen de Dios (Génesis 2:26, 27) y tienen valor y dignidad. Usted merece respeto independientemente de su condición económica, raza, religión o sexo.
2. Usted tiene derecho a ser escuchado. Usted tiene ideas y opiniones, y debe tener la libertad de expresarlas.
3. Usted tiene derecho a un sistema de ayuda. Usted no debería tener que depender de una persona en su vida para que satisfaga todas sus necesidades emocionales y que lo separa del resto de la sociedad.
4. Usted tiene derecho a ir de un lado a otro libremente. Usted debe poder tomar decisiones con relación a lo que hace con su tiempo libre.
5. Usted tiene derecho a tener privacidad y espacio propios. Usted no renuncia a esos derechos cuando se casa o cuando comienza a tener hijos.
6. Usted tiene derecho a mantener una identidad separada.

Cada uno de estos derechos es importante para establecer límites en una relación. Estos son los componentes clave para impedir el abuso.

Mitos del abuso

Veamos ahora algunos de los mitos acerca del abuso.[ref]Andrea Lissette and Richard Kraus, Free Yourself from an Abusive Relationship (Alameda, Calif: Hunter House, 2000).[/ref]

Un mito es que las víctimas del abuso vienen de familias de menores ingresos. En realidad, las víctimas de la violencia doméstica vienen de todas las condiciones sociales. La raza, la religión, el trasfondo socioeconómico no son predictores del abuso. Las víctimas del abuso pueden ser personas de buena o mala educación, profesionales o trabajadores comunes.

Un segundo mito es que las víctimas permanecen en relaciones abusivas porque les gusta ser abusadas. Esto no es cierto sencillamente. Muchas han sido condicionadas para aceptar las golpizas porque son culpadas por sus abusadores, pero no les gusta ser golpeadas. Muchas víctimas en realidad “aceptan el abuso como habitual en las relaciones” [ref]Eve Buzawa and Carl Buzawa, Domestic Violence: The Criminal Justice Response (Thousand Oaks, Calif: Sage Publications, 1996).[/ref]

Entonces, ¿por qué no se van las víctimas? La respuesta a esto suele ser bastante compleja. Muchas mujeres creen que no pueden irse porque “él no puede vivir sin mí”. Temen que tendrá una crisis nerviosa, se suicidará o perderá su trabajo.

Tal vez crea que los hijos necesitan un padre, racionalizando que un padre abusador es mejor que no tener ningún padre. Y ella tal vez piense que no podrá mantenerse por su cuenta en el mercado laboral.

Muchas mujeres temen ser muertas si dejan una relación abusiva. Y ese temor puede estar justificado. Los estudios demuestran que las mujeres golpeadas tienen una mayor probabilidad de ser muertas después de dejar una relación abusiva. [ref]Mary Ann Dutton, “The Dynamics of Domestic Violence: Understanding the Response from Battered Women,” The Florida Bar Journal, October 1994.[/ref]

Las víctimas del abuso también se autoconvencen de que las cosas van a mejorar. “La esperanza nunca muere”, y siempre hay esperanza de que, con los cambios adecuados y el trabajo duro, el abuso desaparecerá. Lamentablemente, no lo hace.

Un tercer mito es que la violencia ocurre mayormente entre extraños. En contra de la opinión popular, el mayor riesgo de ataque de una mujer viene de un compañero íntimo. Las estadísticas del Departamento de Justicia indican que las mujeres son atacadas siete veces más frecuentemente por ofensores con quienes tienen una relación íntima que las víctimas masculinas de la violencia. [ref]”Violence Against Women: Estimates from the Redesigned Survey, August 1995,” Report from the U.S. Justice Department (Washington, DC: Bureau of Justice Statistics, 1996).[/ref]

Un cuarto mito es que el abuso no es un problema importante. La violencia doméstica es uno de los principales problemas de salud hoy. Como hemos mencionado, afecta a cada uno de los segmentos socioeconómicos de la sociedad. “Los funcionarios federales estiman que la violencia doméstica cuesta a las empresas estadounidenses 4.000 millones de dólares al año en menor productividad, rotación de personal, ausentismo y el uso excesivo de beneficios médicos”. [ref]Patricia Riddle Gaddis, Battered But Not Broken (Valley Forge, Pa: Judson Press, 1996).[/ref]

Primero, los pastores y miembros de la iglesia deben ser conscientes del alcance del problema. He brindado algunas estadísticas sociales para demostrar cuán extendido está el abuso en nuestra sociedad. No es un problema que podamos ignorar o tratar mediante simples frases hechas.

Segundo, los pastores y consejeros necesitan ayudar a las víctimas del abuso a fijar límites en su vida. Las mujeres golpeadas suelen encontrar que les cuesta decidir cosas porque otro ha estado tomando decisiones por ellas. Muchas mujeres que viven en hogares violentos fueron de la casa de su padre directamente a la casa del abusador. Nunca han tenido demasiada experiencia en hacer sus propias elecciones personales.

Si usted quiere ayudar a una víctima del abuso, debería alentarla a tomar sus propias decisiones. Resista la tentación de rescatarla y asumir el control de su vida. Ella necesita sentir que está facultada para actuar y no sentirse inútil. Al mismo tiempo, usted puede brindar sugerencias sobre cómo encontrar un consejero familiar o una agencia que se ocupa de la violencia doméstica.

Tercero, si usted es un pastor, un consejero o simplemente un amigo compasivo, puede brindar consejos y consolación. Ella necesita oír de usted que no merece ser abusada. Reconozca la seriedad de la situación, y no deje que se autoconvenza de que el abuso desaparecerá.

Cuarto, esté preparado para una intervención en caso de crisis. Puede ser necesaria una rápida acción para protegerla a ella y a sus hijos. Pídale que describa las circunstancias de las últimas dos o tres golpizas. ¿Qué ocurrió antes del ataque (droga, alcohol, discusión)? ¿En qué estado se encuentra la relación de ella en este momento?

Un pastor o consejero que recibe una llamada de crisis sólo tiene unos pocos instantes para discernir el alcance de la amenaza, y deben tomarse acciones adecuadas. ¿Puede llegar ella a un lugar seguro inmediatamente? ¿Tiene usted un lugar para que ella vaya, de ser necesario?

A veces la crisis llega a su oficina o a su hogar. Un pastor, consejero o amigo compasivo tal vez necesite buscar atención médica y un lugar seguro lejos del abusador.

Si la pareja está separada, ella podría ser asechada por su abusador. Ella necesita saber quién puede protegerla y cómo ponerse en contacto con servicios legales.

Quinto, la iglesia debe abordar este importante tema del abuso doméstico. Al hablar del tema, rompemos el silencio que rodea el abuso y lo confrontamos con principios bíblicos. La iglesia debe hacer que los abusadores se hagan cargo de sus acciones. La intervención, la confrontación y el amor firme deben ser las herramientas usadas para combatir el abuso en nuestras comunidades.

Si el golpeador es un miembro de la iglesia, entonces Mateo 18 brinda un modelo para confrontar a los “ofensores” dentro de la iglesia. Gálatas 5:22-25 habla del fruto del Espíritu, que incluye amabilidad, bondad y dominio propio. Estos y muchos otros versículos brindan un modelo para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia (2 Timoteo 3:16). Los cristianos tienen un papel importante en tratar con el abuso dentro de nuestra sociedad.


© 2003 Probe Ministries. Todos los derechos reservados.
Traducción: Alejandro Field

Acerca del autor
Kerby Anderson es el director nacional de Probe Ministries International. Recibió su B.S. de Oregon State University, M.F.S. de Yale University, y M.A. de Georgetown University. Es autor de varios libros, incluyendo Genetic Engineering (Ingeniería genética), Origin Science (La ciencia de los orígenes), Living Ethically in the 90s (Cómo vivir éticamente en la década del 90), Signs of Warning (Señales de advertencia), Signs of Hope (Señales de esperanza), y Moral Dilemmas (Dilemas morales). Director general y colaborador de los libros Marriage, Family and Sexuality y Technology, Spirituality, & Social Trends, de Kregel Publications.
Es un columnista nacionalmente sindicado cuyas editoriales han aparecido en los periódicos Dallas Morning News, Miami Herald, San Jose Mercury, y Houston Post.
Es el anfitrión de “Probe,” y suele servir como anfitrión invitado en el programa radial “Point of View” (Punto de vista – USA Radio Network). Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.

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Por Shawn Corkery

El tema de abuso sexual se ha intensifi­cado en la con­ciencia nor­tea­mericana du­rante los últi­mos años.  Cada mes pa­rece ha­ber otro escán­dalo, caso en la corte, o testi­monio que llena las ondas radia­les.  Seme­jante saturación en la co­muni­cación nos im­pacta, y puede final­men­te ha­cernos in­sen­sibles al au­mento de la destrucción en la vida de tan­tas personas.  Po­de­mos em­pezar pregun­tándonos: ¿es todo esto real y terminará algún día?

Lori Rentzel

David y Ken se conocieron en el campamento de verano de la iglesia, donde cada uno estaba a cargo de un grupo de niños de cuarto grado. En el día de apertura, David notó con que facilidad Ken se hacía cargo de su grupo. “Es de esperarse”, pensó David, “mírenlo, un atleta por naturaleza, muy bien parecido y obviamente un líder innato”.

Lo que sí sorprendió a David fue la invitación de Ken a jugar al básquetbol con él una tarde. Después se refrescaron tomando unas sodas y contando historias junto a los niños del campamento. En poco tiempo, el gran sentido del humor de David hizo reír a Ken a carcajadas. Al terminar al semana, todos se daban cuenta de que David y Ken eran muy buenos amigos.

Por Frank Worthen

“Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora disminuye tú algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos…. y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo:  Mi padre agravó vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones” (1º Reyes 12:4, 14).

La nación de Israel estaba atravesando por una situación triste.  Salomón había muerto y su hijo, Roboam, ahora era rey.  Salomón había puesto cargas difíciles sobre la gente para que él pudiera vivir lujosamente.  Aun cuando la gente buscó alivio, no pudo hallarlo.

El nuevo rey planeaba incrementar la carga sobre la gente.  Esto llevó al pueblo de Israel a tomar una decisión crucial:  ¿Deberían seguir sirviendo a los reyes de Israel?  ¿O deberían tomar su propio camino?

Sólo las dos tribus de Judá y Benjamín permanecieron con el rey; las demás se alejaron.  Se alejaron más que solamente de un rey, estaban dejando su destino dado por Dios.  En lugar de Dios ahora adorarían a dos becerros de oro.

Tiempos difíciles

Los tiempos difíciles nos llegan a todos, durante los cuales tenemos que tomar decisiones difíciles.  Nunca se nos ha prometido un jardín de flores; la vida de un cristiano no es fácil.

A veces, nos preguntamos cómo Dios puede parecer tan distante, tan despreocupado e indiferente.  Aún sigue siendo éste el camino hacia la madurez.  Sin decisiones difíciles qué tomar, simplemente no crecemos ni llegamos a ser más útiles para Dios.  Leemos en las Escrituras que el gran dilema encarado por los Israelitas era obra de Dios.  “Porque era designio de Jehová para confirmar la palabra que Jehová había hablado”  (1 Reyes 12:15).

Para aquellos que están saliendo de la homosexualidad, habrá momentos de gran tentación, y momentos de negarse a sí mismos.  Serás llamado a obedecer a Dios cuando todas tus emociones tengan que ser dejadas a Él.

La vida célibe solitaria puede parecer una prisión comparada con la frenética actividad de la vida gay.  A menudo la iglesia parece irrelevante, incapaz de ayudar, incluso condenatoria.  Aun si elegimos alejarnos, estaremos dejando mucho más que un simple grupo de gente.  Nos alejaríamos de la autoridad de Dios.

Muchos me han dicho que la vida gay es mucho más afirmante que la Iglesia, a pesar de eso el resultado final de toda la afirmación que la vida gay puede proporcionar es muerte (Romanos 6:23).

Muchos parecen tener una tarjeta de puntuación en el área de la afirmación, la evaluación es: Iglesia 0; vida gay 10.  En forma similar con el amor, contacto e intimidad: iglesia 0; vida gay 10.

Los israelitas se enfrentaron con una decisión difícil similar y respondieron, “¿Qué parte tenemos nosotros con David?  No tenemos heredad en el hijo de Isaí.  ¡Israel a tus tiendas!  ¡Provee ahora en tu casa, David!  Entonces Israel se fue a sus tiendas”.  (1 Reyes 12:16).

Apoyo local

Recientemente varias personas dejaron nuestra congregación, quejándose que no estaban siendo “alimentados” allí.  Pero más tarde, me enteré que no se habían ido a otra iglesia con mejor enseñanza; sino que simplemente abandonaron la iglesia por completo.

Satanás los había engañado con la mentira, “sigan su camino, aquí no hay nada para ustedes”.  El problema es que el enemigo nunca va a afirmar que estamos en la iglesia correcta, o si estamos en el lugar en el cual Dios nos quiere.

Se necesita valor para perseverar cuando parece que no hay crecimiento.  Sin embargo Dios honra nuestra obediencia.

Somos responsables

Nada bueno ocurrirá por escuchar y seguir la voz del enemigo.  Los israelitas se enfrentaron con una alternativa que parecía imposible, aun cuando desobedecieron, Dios los responsabilizó.  Podemos tener miles de formas para defender nuestras acciones, sin embargo todas las excusas no cambian nada.  Tenemos el derecho de elegir libremente, pero debemos sufrir la pena por nuestras decisiones equivocadas.

Muchos encuentran alivio al brincarse el cerco, tratando de caminar en ambos lados a la vez.  Pero la obediencia parcial es desobediencia.  Cuando la paciencia de Dios finalmente se acaba, te das cuenta que estas rodeado por la cerca que tanto amaste.  Tristemente, habrás perdido tu apetito por las cosas de Dios.  Tu relación habrá muerto.

A menudo, en las decisiones que debemos tomar, sólo dos opciones se presentan: experimentar bienestar y alivio, o soportar el sufrimiento y las condiciones difíciles.  Nuestra tendencia natural es elegir lo que es más fácil y cómodo y evitar todas las circunstancias difíciles.  Sin embargo, el alivio nos arrulla y llegamos a ser engañados fácilmente.

Tomar el camino del sufrimiento puede parecer tonto.  Pero si Dios nos ha llamado a esta jornada, no seremos engañados.  Nuestros sentidos llegarán a ser cada vez más agudos, a tener más discernimiento entre el bien y el mal.

Para las personas que dejaron atrás la homosexualidad, ¿cuáles son las mentiras que tan fácilmente llegamos a creer para tratar de evitar la cruda realidad?  Aquí están algunas de las cosas que el enemigo nos querrá hacer creer:  “naciste así; no puedes cambiar; deja de intentarlo, vive el presente y disfruta de la vida.  Si Dios te hizo gay, entonces Dios debe aprobar la vida gay.  ¡No luches más!”

Preguntas

Una y otra vez, la gente me hace la misma pregunta:  “¿Cómo es que tanta gente puede creer que la homosexualidad es compatible con el cristianismo?  Miles de miembros en las iglesias gay y todos esos sacerdotes y ministros gay de las principales denominaciones no pueden estar equivocados”.

La respuesta es, “Sí, un gran número de gente puede estar equivocada.  ¡Equivocados a muerte!”  Piensa en las masas de gente en la Biblia que estuvieron equivocadas.  ¡Pregunta a la multitud que se burló de Noé mientras construía el arca (antes que empezara a llover)!  ¡Pregunta a los habitantes de Sodoma (antes que cayera fuego)!

Normas

No te dejes engañar por la mayoría que tratan de establecer las normas.  Hay sólo una persona que establece las normas:  Dios.  Estudia y medita en las Escrituras para descubrir lo que dice, y no permitas que nadie te conduzca extraviadamente hacia falsas enseñanzas.

Toma muy en cuenta la siguiente advertencia; ¡puede salvar tu vida eterna!

“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”.  (Tito 1:16)

Aunque creo que, en la mayoría de los casos, debemos permanecer en nuestra iglesia local y perseverar, hay ocasiones en las que debemos salir.  Esta también puede ser una decisión difícil.  Vivimos en un tiempo sin ley, de la iglesia: Icabod.  Icabod significa, “la gloria ha sido traspasada” (ver 1 Sam. 4:21).

No te dejes descarriar o engañar por aquellos que se niegan a seguir a Cristo en total obediencia.  Jesús dijo de aquellos que desvían a los demás:

“¡Ay de vosotros… porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.  ¡Ay de vosotros, guías ciegos!”  (Mateo 23:15, 16)

Tomando una posición

Si tu iglesia está presentando enseñanzas antibíblicas y humanistas, toma una posición.  En un espíritu de humildad, confronta a tu pastor en forma privada.  Si él se niega a oír, toma contigo a uno o dos hermanos que confirmen la herejía que está siendo enseñada.

Hablar contra falsas doctrinas no te hará popular, pero es vitalmente necesario.  Entonces, si no puedes cambiar la situación, sacúdete el polvo de los pies y sal (Lucas 9:5).

A menudo, tomar esta decisión, es difícil porque tu iglesia puede ser más que un lugar de adoración; si has crecido allí, puede ser una tradición familiar y parte de las raíces espirituales que has desarrollado en amor.  Sin embargo, el permanecer en lo antiguo y lo familiar no vale la pena si estamos expuestos al engaño.

Aunque no todas las denominaciones están comprometidas con la Palabra de Dios, en muchas de ellas hay facciones que destruyen las normas de Dios y establecen las ideas del hombre.

Los grupos pro-gay están ahora firmemente establecidos en los círculos luteranos, presbiterianos, católicos, bautistas y pentecostales.  (Estos grupos no están necesariamente avalados por sus iglesias, pero están trabajando duro para ganar aprobación).

Así que debemos saber, estar alerta y no permitir que el enemigo se lleve a la iglesia que hemos conocido y amado.

Gran abismo

Dios está permitiendo que una gran grieta se haga en la Iglesia.  La división se está llevando a cabo en dos grupos: aquellos que le conocen, aman y le siguen incondicionalmente; y aquellos que han hecho a Dios a su propia imagen, presentando a un dios que ofrece solo el razonamiento defectuoso del hombre y los prejuicios particulares del hombre.

¡No seas engañado!  Toma una posición de justicia y únete al remanente que está dispuesto a entregar su vida por el Señor Jesús.

La batalla ha comenzado, y se incrementará mientras avanza el tiempo.  Solamente tenemos dos opciones: total obediencia al Señor, o compromiso.  ¿Cuál será tu decisión?

© Exodus Latinoamérica

Revisión: 29 de agosto de 2018.

Por Beth Lueders

Todo lo que la gente ha estado diciéndome es que Dios me va a mandar al infierno”, explica Ron, un graduando de bachillerato en Orlando, Florida.  “Dicen que la Bibia dice que se supone que los hombres no deben tener relaciones con hombres, sino con mujeres, o algo así.  Yo no creo todo lo que la Biblia dice.  Entonces, ¿me iré al infierno o no?”  Una pregunta difícil. 

CASO No. 1.

Susan y Carol habían sido amigas por muchos años. Debido a su relación íntima, no era un secreto que Carol y su marido tenían problemas maritales. Un día, mientras almorzaban juntas, Carol admitió que ella tenía algo importante que confesar. Susan percibió la aprehensión en la voz de Carol: “un divorcio -pensó Susan- ella se está divorciando”.

Respirando hondo, Carol comenzó: “Me asusta tener que decirte esto, pero lo tengo que hacer. Yo no puedo seguir aparentando lo que no soy. No deseo que esto afecte nuestra amistad. Tú eres como una hermana para mí”. A través de la mesa Susan tomó la mano de su amiga y dijo: “¿Qué es Carol?, es acaso tu matrimonio? Lo que sea me lo puedes decir…”

Las lágrimas empezaron a inundar los ojos de Carol. “Susan, no es mi matrimonio, eso sería más fácil, creo yo. Se trata de mí. Yo…yo soy homosexual. Soy lesbiana…”

Por Barbara Johnson

Probablemente sientes que eres un caso aislado, en vez de una gigantesca mayoría esparcida por todo el mundo. Si los padres pudieran recordar otros casos donde amistades suyas han escuchado confesiones similares de sus hijos, el golpe sería menos duro. El ser homosexual no niega el amor paternal, así como Dios no niega su amor hacia sus hijos cuando han caído en pecado. Todavía nos ama. Algunas personas, al contarles a sus padres sobre un involucramiento en la homosexualidad, han por lo menos podido exteriorizar su propia lucha interior.

¿Cómo debería responder la iglesia a la homosexualidad?  Las siguientes dos alternativas representan la respuesta visi­ble de muchas iglesias locales al tema de la homosexualidad.

Mujer y autoestima

Mujer y autoestima

¿Por qué esperar a que existan situaciones de violencia para ayudar a la mujer a crecer en su autoestima? ¿Por qué no ayudar a nivel de prevención para que las mujeres no se permitan entrar en situaciones tan trágicas?

Este librito ayudará a las mujeres a que crezcan en su autoestima, a que entiendan las razones por las cuales son como son, y que conociéndose, puedan hacer los cambios que quieran. Tenemos mucho más control sobre nuestras vidas de lo que muchas veces creemos. Podemos cambiar mucho más que lo que nos damos cuenta, pero hay que creer que esto es posible y que uno puede ser el instrumento de cambio. Podemos tener una mejor calidad de vida y ofrecer también una mejor calidad de vida a nuestras hijas y a nuestros hijos.

Celebrando el diseño de Dios

Una perspectiva balanceada y bíblica sobre los temas más difíciles que enfrentan a los jóvenes de hoy

¿Puede el individuo cambiar?, ¿Cómo?, ¿Cómo debo tratar a la gente que parece que actúa “completamente” diferente? En el mundo confuso de hoy, los jóvenes tienen más preguntas que respuestas. Celebrando el Diseño de Dios es un programa para jóvenes con una diferencia. Permite que los adolescentes hablen, piensen y oren acerca de temas complejos como el sexo, la tolerancia, la sexualidad, la amistad y los problemas familiares.

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