Por Alan P. Medinger
¿Por qué Dios no arranca la atracción al mismo sexo de nosotros, de forma instantánea? Indudablemente, Él podría hacerlo. Solamente estamos pidiendo ser libres de algo que Él odia., estamos pidiendo ser liberados de un fuerte hábito que Él ha declarado que es pecaminoso. Mi respuesta –la cual he escuchado de otros muchas veces–, es que la homosexualidad es solo un síntoma y Dios no quiere simplemente tratar con el síntoma. Él anhela llegar a la problemática más profunda. Lo arduo de la lucha contra la homosexualidad, es lo que nos hace abrirnos a Él para que haga una obra más profunda, que solamente tratar con la homosexualidad. Aunque hay algo de verdad en eso, he llegado a creer que esa no es una respuesta totalmente satisfactoria.
Suponiendo que las raíces de la homosexualidad de un hombre son: aborrecimiento al hombre que lo abusó de niño, la determinación de querer siempre satisfacer sus necesidades al costo que sea, y un constante desprecio por su padre. ¿No podría Dios hacer que perdonara a su abusador, que rompiera su autosuficiencia y que se arrepintiera de la actitud negativa hacia su padre, todo instantáneamente y de corazón? Yo pienso que sí podría. Es Dios y Él puede realizar milagros en la forma que quiera. Considerando lo endeble de mi vieja respuesta, pero creyendo que responder es importante, pues la pregunta refleja la angustia genuina de muchos que están en la lucha, he orado y buscado otras respuestas. Creo que Dios me ha mostrado tres, y esto me emociona. Una habla de la naturaleza de Dios y de la realidad. La segunda de nuestra relación con El Señor, y la tercera de como Él hace que nos relacionemos unos con otros. Permítanme compartírselas.
La primera respuesta en realidad es simple. Ya sea que seamos restaurados instantáneamente o lo seamos gradualmente durante los próximos 20 años, difícilmente importa en el contexto de la eternidad. Desde una perspectiva eterna, la duración de nuestra vida en la tierra resulta insignificante. Fue esta perspectiva la que permitió a Pablo decir “…aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8). Yo creo que Dios quiere que tengamos una perspectiva eterna y nuestras luchas en este mundo son las que nos guían a una visión más realista , una visión eterna de la vida.
La segunda respuesta tiene que ver con la forma en que nos relacionamos con Dios. Él ha escogido estar en relación con nosotros, y como vivimos en el tiempo, su relación con nosotros debe situarse en el tiempo. La naturaleza de las sanidades milagrosas es tal que estas ocurren fuera del tiempo. El que Dios opere con nosotros fuera del tiempo es llevarlo a cambiar la naturaleza de su relación con nosotros. Aunque su obra en nosotros por medio de una sanidad milagrosa ciertamente que haría algo por nuestra relación, no es más que una forma en la cual podríamos experimentarlo.
En mi caminar cristiano, son mis luchas y problemas las que usualmente me hacen arrodillarme en una forma más profunda y abierta a Él. Conozco a Dios de cierta manera, porque soy uno de aquellos que tuvo una restauración milagrosa en la parte sexual de mi homosexualidad hace 17 años. De cualquier manera, le conozco en muchas otras formas, y creo que más íntimamente, por causa de los problemas y luchas que he tenido desde entonces. Los muchos años de lucha con la ira, enjuiciamiento y mi tendencia hacia la autoprotección me han servido ya que siguen quitando las capas de mi corazón que me impiden conocer a Dios en el sentido más pleno y verdadero. Una tercera razón por la cual creo que Dios raramente restaura a alguien de forma instantánea , tiene que ver con la comunidad. Esto es algo en lo cual nosotros los cristianos pocas veces pensamos. La forma usual en la que Dios restaura a alguien, es dentro de la comunidad de creyentes.
En la mayoría de las circunstancias Él quiere que nosotros —el cuerpo de Cristo aquí en la tierra—, seamos los instrumentos de la restauración y sanidad que desea traer a los quebrantados. Esto aplica ya sea que la restauración surja rápidamente como respuesta a la imposición de manos, a la unción con aceite por los ancianos de la iglesia (Santiago 5:14), o si ocurre gradualmente a través del amor, alimento espiritual y consejo provisto por otros creyentes. De alguna manera, abundan más las bendiciones cuando Dios sana más gradualmente a través de la comunidad cristiana. ¿Alguna vez te preguntaste porqué tenemos que iniciar la vida como bebés? Indefensos, llorando, necesitados de pequeñas cosas que requieren mucho cuidado. El plan de Dios fue y es, para cada uno de nosotros el crecer y desarrollarnos, aprender y experimentar el amor a través de los demás. Exceptuando a Adán y Eva —quienes por cierto no lo hicieron tan bien—, Dios decidió no hacernos adultos totalmente desarrollados y educados desde el principio. Su plan fue un desarrollo en la comunidad, en un cuidado mutuo. En un hogar cristiano… ¿quién recibe usualmente la mayor bendición durante el proceso de crianza, el niño o los padres? Aun cuando ambos son bendecidos, yo diría enfáticamente que los padres son quienes se llevan la mejor parte. Si yo te ministro en tu dolor físico o emocional, ¿quién recibe la mayor bendición, tu o yo? Creo que yo. La restauración y sanidad de una persona con atracción al mismo sexo, como la mayoría de las sanidades, generalmente se llevará a cabo dentro de una comunidad de creyentes. De esta forma, no solo el que lucha es bendecido, sino que las bendiciones abundan para todos aquellos que fueron usados por Dios en su restauración. Dios es glorificado a los ojos de toda la comunidad y los creyentes son bendecidos y edificados. Dios no sólo nos ayuda a desarrollar una magnífica relación entre Él y nosotros; Él está estableciendo Su reino. Cuando Cristo reine, ese reino será establecido plenamente. Mientras tanto, Él está preparando a los ciudadanos de ese reino. Una forma de hacerlo es enseñándonos a edificarnos unos a otros en comunidad. Aquí hay un mensaje para las iglesias grandes. Ministrar a hombres y mujeres con atracción al mismo sexo, ofrece oportunidades gloriosas para que otros cristianos también sean bendecidos y edificados.
A través de ministerios de restauración, oración de intercesión, consejería y simple compañerismo y amistad, los cristianos tienen la oportunidad de ser parte del plan glorioso de Dios. Serás bendecido, el cuerpo será edificado y Dios será exaltado al mismo tiempo que participas en este proceso. Una restauración y sanidad instantáneas ofrecen una señal segura e innegable del gran poder de Dios, una señal que todos necesitamos de vez en cuando. La restauración gradual a través del cuerpo de Cristo, de caminar en la presencia de Dios, tiene, definitivamente, un mayor alcance, haciendo más evidente la realidad de la presencia transformadora de Jesús, aquí entre nosotros.
Traducción: Leo Chain