Reseña de “La cruz dentro del clóset” de Netflix

Por Anne Paulk

“Si una persona que nunca estuvo involucrada en Exodus, habla de lo que Exodus hacía y creía, puedo pasarlo por alto. Sin embargo, la película ‘Pray Away’ (“La cruz dentro del clóset”), ha hecho que todos compartan sus opiniones de forma uniforme”, escribió Brenna, ex directora de Exodus.

Exodus International, la organización cristiana “ex-gay” ampliamente conocida, ha sido criticada recientemente en un documental de Netflix “Pray Away“. Dirigida por Kristine Stolakis, la película presenta los testimonios de algunos exlíderes de Exodus Internacional Norteamérica, quienes haciendo uso de recursos emocionales, afirman que la búsqueda por dejar el comportamiento y las prácticas homosexuales, causó trauma a quienes, finalmente, terminaron reabrazando las relaciones y la identidad homosexuales.

No es sorprendente que tantas críticas de Pray Away critiquen a la organización que solía ser Exodus International. Después de todo, desde que se cerró en 2013, Exodus se ha convertido en el blanco perfecto para ser utilizado como chivo expiatorio, y terminará siendo una herramienta útil para demonizar a quienes se aferran a la sexualidad bíblica.

Lo que quizás sea más angustiante es que, quienes hacen la denigración no tienen absolutamente ninguna conexión con la organización sobre la que escriben, ni con las personas que aparecen en el documental. Becket Cook, por ejemplo, que revisó “Pray Away” para The Gospel Coalition, no tenía ninguna referencia de lo que era o no Exodus. “Exodus International estaba perdiendo el bosque a través de los árboles, preparando a la gente para el fracaso”, escribió Cook. Habría sido útil si hubiera sabido lo que escribía.

Por otro parte, en cuanto a mí se refiere, tengo una larga historia con Exodus desde 1988. Personalmente recibí ayuda de un ministerio local afiliado a Exodus, al norte de California. Más adelante, pude también brindar ayuda y esperanza a otros que buscaban caminar fielmente con Jesús y dejar atrás viejas identidades y comportamientos. Ayudé en el ministerio de mujeres en mi iglesia local en el Área de la Bahía de San Francisco, dirigí el ministerio de mujeres en Portland, Oregon, serví en la junta de un ministerio local, enseñé de manera rutinaria en los congresos anuales de Exodus y serví en la junta directiva de Exodus International por muchos años. El documental también incluye a mi exmarido, quien terminara retomando su identidad y sus relaciones homosexuales, mismas que pusieron fin a nuestro matrimonio de 21 años.

Si bien la película Boy Erased fue pura ficción, Pray Away es un arma emotiva que se parece a la realidad. La semejanza no es el cuadro completo, mucho menos un cuadro exacto, tomado de aquellos que han renunciado al llamado de Jesús: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz cada día, y me siga” (Lucas 9:23).

En los albores de Exodus, Frank Worthen, uno de los cofundadores, dijo que, si la organización llegaba a un punto en el que ya no se apegara a la santidad, no tendría ya razón de seguir existiendo. Al final, los últimos líderes terminaron comprometiéndose, tanto personal como teológicamente, a los ideales culturales sobre la sexualidad en lugar de someterse a lo que el Autor del Evangelio dice al respecto.

La película ha despertado simpatía por las cinco almas que pensaron que podían dejar la vida LGBT, concebir una identidad fuera de sus sentimientos sexuales y vivir al margen de la identidad y el comportamiento homosexuales, para terminar abandonando esa búsqueda de varias maneras. La película, por supuesto, no ha despertado simpatía alguna por quienes han dejado la vida y la comunidad LGBT, y que permanecen fieles a Cristo y a la enseñanza bíblica contenida en las Escrituras. Tampoco presentó el documental una imagen fidedigna de lo que fuera Exodus, lo que prometió (o más bien, de lo que no prometió), y catalogan erróneamente a Exodus como una organización pseudopsicológica, que combinaba la psicología con el discipulado cristiano.

Los simpáticos personajes del documental fueron en realidad los que agregaron confusión durante sus roles de liderazgo en los últimos años de Exodus. Alan Chambers y Randy Thomas popularizaron el mensaje: “¡El cambio es posible!” con campañas publicitarias en las que no explicaban exactamente lo que significaba el cambio. John Paulk negó la verdad de que continuó sintiendo atracción por personas del mismo sexo mientras representaba a Exodus en los medios. Yvette Schneider es probablemente quien llevó a Exodus a la acción política debido a su pasado involucramiento en la misma. Me parece irónico que los cargos, de deshonestidad y consejo tóxico, sean presentados por ellos contra nosotros, que continuamos siguiendo a Jesús fuera de nuestro pasado LGBT. ¡Me parece increíble!

Entonces, corrijamos el registro: Exodus International no prometió eliminar los sentimientos homosexuales; lo que sí hizo fue ofrecer ayuda para caminar fielmente con Jesús lejos de la homosexualidad. Exodus también ofreció apoyo para quienes no veían sus sentimientos sexuales como un imperativo moral al cual abrazar. Esa perspectiva, declaró claramente el cineasta Stolakis en Newsweek, “crea el odio a uno mismo de la manera más profunda y oscura, mientras que la autolesión es una parte importante de este movimiento”.

Stolakis no afirmó la elección de su tío de no vivir de acuerdo con sus sentimientos sexuales, sin embargo, es el derecho de cada persona vivir de acuerdo con sus valores más altos, ya sean sentimientos homosexuales o creencias bíblicas. Algunas personas vuelven a tener relaciones homosexuales, otras continúan lidiando con la atracción residual hacia el mismo sexo en mayor o menor medida. Algunas ya no se ocupan de la atracción hacia el mismo sexo de forma regular, si es que lo hacen.

¿Por qué no aceptar que todos estos son potenciales y que hay honor ante Dios en no abrazar la inmoralidad sexual? ¿Por qué se debería permitir que otros juzguen a quienes hemos abandonado nuestro pasado por Aquel que nos ama más? ¿Dónde está la tolerancia hacia quienes hemos salimos del estilo de vida LGBT, por el inmenso amor de Cristo, y hemos vivido fielmente esta experiencia con alegría?

Utilizar como chivo expiatorio lo que realmente fue Exodus, no la caricatura que hace “Pray Away”, solo servirá para ofrecer una herramienta a quienes desean despreciar el Evangelio y repudiar a quienes nos aferramos a las nuestras convicciones bíblicas.

Anne Paulk es miembro de la junta y directora ejecutiva de Restored Hope Network, una coalición de ministerios consejeros y pastores afiliados en los EE. UU. Dedicada a “restaurar la esperanza a los quebrantados por el pecado sexual y relacional, especialmente aquellos afectados por la homosexualidad. Proclamamos que Jesucristo tiene poder, que cambia la vida de todos los que se someten a Cristo como Señor. También buscamos equipar a Su iglesia para impartir esa transformación”.

Traducido con permiso de la autora – Artículo original: https://www.christianpost.com/voices/netflixs-pray-away-a-movie-review.html  

Recursos recomendados:

https://exoduslatinoamerica.com/gay-y-cristiano/