Desarrollando una relación sólida con sus hijos
Por Dan Hitz – Director de Reconciliation Ministries
Familia Emocionalmente Saludable
Este artículo se centra en algunas maneras que puede construir y mejorar la relación con su hijo. Lo mejor sería empezar a utilizar estas ideas desde que nuestros hijos son pequeños. Sin embargo, si su hijo es mayor, no es demasiado tarde para comenzar. Dese cuenta de que se necesitará más tiempo construir o reparar una relación cuando su hijo ya es mayor. A veces es posible que necesite un poco de ayuda exterior como la de un consejero o un pastor. No importa la edad que tenga su hijo, podemos confiar en el Señor para que nos guíe en la crianza que les damos a nuestros hijos.
Comience a hablar con ellos cuando no tenga nada profundo que decir. Esto puede sonar bastante básico, pero es algo que muchos de nosotros no hacemos. Si no empezamos a hablar con nuestros hijos cuando son jóvenes acerca de cosas como carritos o muñecas, no vamos a tener una relación construida con ellos cuando sean mayores y tengamos que hablar con ellos acerca de cosas como citas, pornografía, o relaciones virtuales. Tenemos que desarrollar relaciones con ellos cuando son jóvenes con el fin de construir vínculos afectivos y la confianza que se necesita para hablar con los padres acerca de cosas que realmente importan. Cosas que requieren vulnerabilidad para compartir.
Haga de su hogar un lugar acogedor para pasar el rato con sus amigos. Es mucho más fácil vigilar a nuestros hijos cuando están en nuestra casa que cuando están fuera de ella, en casa ajena. Tenemos que aprender el delicado equilibrio entre estar revoloteando sobre nuestros hijos, e invertir en sus actividades sociales y cobrar interés en la vida de sus amigos. Podemos no tener el dinero para comprarles pizza cada noche, cuando sus amigos vienen, pero hacer un poco de botanas y proveerles de algunos juegos y actividades es una buena inversión para mantener a nuestros hijos felices y activos en nuestros propios hogares. Entablar una simple conversación con sus amigos de vez en cuando nos ayuda a conocerlos y permite que sus amigos sepan que nos preocupamos por ellos y que pueden acudir con nosotros si necesitan ayuda.
Dese cuenta de que usted no tiene que corregir cada error de pensamiento que su hijo o hija exprese mientras que habla con usted. Corregir cada error en las ideas que su hijo exprese mientras habla con usted acerca de su visión en desarrollo sobre el mundo, puede provocar que se cierre y deje de compartir su corazón con usted sobre cualquier cosa en lo absoluto. Por supuesto que hay algunos temas que tenemos que abordar, pero es realmente crítico saltar en cada trama de la película o pensamiento político de que su hijo exprese con el que usted no está de acuerdo. Puede ser mejor preguntar a los adolescentes qué es lo que les atrae hacia una forma de pensamiento que tratar de exigirles que cambien sus ideas de inmediato.
Permita que sus hijos están en desacuerdo respetuosamente con usted y escuche sus puntos de vista. Este es otro equilibrio muy delicado y una habilidad importante que tenemos que enseñar a nuestros adolescentes. Por supuesto que hay momentos en los que tienen que hacer lo que les decimos porque somos sus padres; sin embargo, a medida que maduran desde su inocente infancia y sus habilidades de pensamiento crítico empiezan a desarrollarse, pueden ver las cosas desde una perspectiva diferente que ni siquiera hemos pensado. A veces, ellos tienen razón y nosotros estamos equivocados. ¿Estamos dispuestos a por lo menos escuchar su punto de vista? Más importante aún, ¿estamos dispuestos a admitir que pueden tener una idea mejor que la nuestra? Por supuesto que vamos a tener la última palabra y a veces no vamos a saber realmente por qué queremos que las cosas sean de cierta manera. Somos los padres y puede que tengamos que tomar algunas decisiones impopulares a veces, pero será mucho más fácil si nuestros hijos se dan cuenta de que nos preocupamos por sus pensamientos e ideas, aun si no cambiamos nuestra forma de pensar ni seguimos las suyas.
Corrija los desaciertos de una manera empoderante en vez de avergonzar a su hijo. Por supuesto que todos los adolescentes (y padres) cometen errores, y un padre sabio ayudará a un adolescente a corregir el error que ha cometido de una manera que lo equipe para que lo haga mejor, en lugar de hacerlo sentir como un completo fracaso. La humillación pública o los gritos derriban el valor personal. A veces tenemos que calmarnos y superar nuestra propia reacción emocional a un error de nuestro hijo antes de hablar con él. Debemos asegurarnos de que trabajamos con nuestro hijo para ayudarlo a ver las consecuenas de sus decisiones, esto le ayudara a tomar posesión de sus errores, y le ayudara a encontrar una manera de resolver satisfactoriamente los problemas lo mejor que pueda. Aquí hay otra curva de aprendizaje, saber cuánto ayudar a nuestro hijo a resolver sus problemas, no ayudándolo en lo absoluto, o ayudarlo demasiado. Esto puede ser un reto cuando sus problemas realmente afectan a la familia entera, y podríamos necesitar un poco de ayuda externa para ciertas situaciones.
Conceda privilegios y confianza en proporción directa con la fidelidad y honradez de su hijo. Es mejor conceder privilegios y confianza, a un nivel apropiado para la edad de su hijo, conforme se los vaya ganado a través de su buen comportamiento y confiabilidad. Esto ayuda a su hijo a reconocer que su comportamiento tiene consecuencias buenas y/o malas, y le ayuda a tener una meta para trabajar. Un adolescente a quien se le dan clases de manejo y su propio auto mientras no ha cumplido sus asignaciones principales, y conduce temerariamente, desarrolla un sentido de derecho. Un joven que ve que ayudar en la casa, hacer su tarea, y conducir con precaución cuando practica con su padre ve que su buen comportamiento es recompensado y es motivado a vivir a conciencia. Si su adolescente ha desarrollado un patrón de mal comportamiento, ayuda externa puede ser benéfica al trabajar hacia un comportamiento mejor que resulta en mayores privilegios.
Tal vez su corazón se hunde mientras lee estas ideas. Algunos de nosotros tenemos relaciones tan desafiantes con nuestros adolescentes que nunca podríamos imaginar tratar de implementar estas prácticas. Si ha reconocido las zonas donde ha cometido errores como padre, podría pasar algún tiempo en oración para pedir al Señor que le muestre algunas cosas específicas sobre las cuales deba pedir perdón a sus hijos. Pídale al Señor que prepare sus corazones antes de hablar con ellos, luego espere el momento adecuado. Usted puede comenzar a trabajar en su relación con su hijo de nuevo. Tendrá que proceder lentamente y puede tener muchos altibajos, pero no se rinda. Los frutos de sus esfuerzos valdrán bien la pena.
Algunos de nosotros podemos necesitar ayuda profesional de un consejero o terapeuta familiar para trabajar en las relaciones con nuestros hijos. Esto es especialmente cierto si usted o su hijo está tratando con problemas de salud mental como depresión, ansiedad o trastorno bipolar. Si ese es su caso, puede buscar orientación en el departamento pastoral de su iglesia local o buscar un buen terapeuta cristiano.
© Reconciliacion Ministries, 2015. Este artículo puede ser reproducido y distribuido siempre y cuando se reconozcan los créditos de autoría y no se lucre.