Por Verónica Izaguirre
“Después dijo Jehová Dios: ‘No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él‘”
Dentro de cada uno de nosotros existe una necesidad para relacionarnos con otros. Dios puso esa necesidad dentro de cada persona como una necesidad básica que debe suplirse. Así como el hambre, la seguridad, y la necesidad de descansar se deben satisfacer; la necesidad de relacionarse pulsa por nuestros cuerpos con frecuencia. Ya que esta es una necesidad legítima, pero si experimentamos rechazo y esa necesidad queda sin ser suplida, nos impulsará a buscar algo que llene ese hueco.