Las personas heridas hieren a otras personas

Algunas formas de abuso son más devastadoras de lo que uno se puede imaginar. Y tristemente, la devastación rara vez se detiene en la víctima. Las ondas del primer acontecimiento se extienden mucho más allá de la persona abusada y de la familia de él o ella. A veces esto se llama el ciclo del abuso, y en varias formas esto puede continuar a través de la vida de la víctima. Como dice el dicho, las personas heridas hieren a otras personas. Un periódico local en California, el Lodi Sentinel, informó recientemente de un estudio realizado por el Departamento de Justicia que “pinta retratos de vidas rotas y da claves de por qué el año pasado más de medio millón de personas estuvieron chocando con las autoridades locales”.

Por Leonor M.

Luces de colores, comidas deliciosas, regalos, risas y tintineantes villancicos navideños inundan el ambiente, sonrisas y buenos deseos a tu alrededor, pero… en tu interior se instala la oscuridad: tristeza, desesperanza y un fuerte sentimiento de soledad parecen inundar tu corazón y nublar tu visión de tal manera que parece imposible disfrutar esta festiva temporada, antes bien, deseas meterte en cama y dormir hasta que llegue enero…

¿Te identificas con esta descripción?

Para tu alivio, no estás solo, esta es una condición más común de lo que creemos, se suele llamar depresión navideña, e incluso psicológicamente –bajo ciertas peculiaridades- se ha catalogado como trastorno afectivo estacional (TAE)[1], caracterizado por la presencia de episodios depresivos, con somnolencia excesiva y aumento en la ingesta de alimentos, que acontecen de manera recurrente al llegar el otoño-invierno.