Por Rosaria Champagne Butterfield

La palabra Jesús se me atoraba en la garganta como un colmillo de elefante: por mucho que tosiera, no lograba expulsarla.  Los que profesaban ese nombre provocaban tanto mi piedad como mi ira. Como profesora universitaria, estaba cansada de los estudiantes que parecían creer que “conocer a Jesús” era sinónimo de no tener necesidad de conocer ninguna otra cosa. Los cristianos, en particular, eran malos lectores, siempre buscando la oportunidad de insertar un versículo bíblico en una conversación como si se tratara de un signo de puntuación: para terminarla en lugar de profundizarla.

18 de octubre, 2018

Estimados hermanos, amigos y lectores en general:

Algunos medios de comunicación han estado haciendo una serie de afirmaciones, muy lejanas a la realidad, sobre el trabajo que realizamos tanto Exodus Latinoamérica como los ministerios que forman parte de nuestra red de apoyo en diferentes partes de América Latina y otras partes del mundo.

Es importante aclarar que somos un ministerio cristiano establecido formalmente, en ejercicio de nuestra libertad de culto. Quienes colaboramos en él, hemos abrazado la fe de Jesucristo y por lo tanto nos conducimos por principios establecidos en la Palabra de Dios. Entre dichos principios está el que cada persona tiene libre albedrío, es decir, es libre de aceptar o no a Dios y su Palabra, de tomar sus propias decisiones, y elegir su estilo de vida; por tanto, cada persona tiene la libertad de aceptar o no, el mensaje del evangelio.

En pleno respeto a ese libre albedrío, en Exodus, nadie es forzado ni obligado a abrazar nuestras convicciones sobre Dios, su Palabra, Su Espíritu, ni lo que creemos con respecto a la atracción al mismo sexo, al adulterio, a la fornicación, a la pornografía; tampoco imponemos nuestras convicciones sobre las causas del pecado, ni lo que afirmamos con respecto al proceso de regeneración de una persona; por lo tanto cada persona que voluntariamente acude en busca de ayuda es libre de aceptar o no nuestras creencias y convicciones.

Una de las afirmaciones erróneas que se han venido haciendo es que nosotros prometemos “curar” la homosexualidad. La homosexualidad no se cura, porque no es una enfermedad. Nosotros lo que afirmamos, es que hay heridas emocionales subyacentes en las personas que tienen una atracción al mismo sexo. Como cristianos, creemos que lo más importante para la persona es que entregue su vida a Jesucristo, que le conozca y acepte como Señor y Salvador, y brindarles un acompañamiento pastoral mientras sanan las heridas del abuso emocional, sexual y físico, del cual pudieron haber sido víctimas.

Nos pronunciamos categóricamente en contra de cualquier acto de discriminación, rechazo o maltrato a las personas de la comunidad LGBTI+. El campo de acción y trabajo de Exodus Latinoamérica es con las iglesias cristianas locales, precisamente para que abran sus puertas a estas personas, y les ayuden a quienes lo soliciten a vivir conforme a la nueva creación que son en Jesucristo.

Exodus Latinoamérica no promueve “terapias anti gay”; lo que promovemos es un acompañamiento pastoral, un discipulado y mentoría, únicamente a personas mayores de edad, que voluntariamente acuden con nosotros solicitando ayuda; y brindamos orientación a padres de familia que la requieran, siempre alentando a un acercamiento amoroso y respetuoso para con sus hijos.

No existe ningún lugar de internamiento en Exodus Latinoamérica. En los ministerios que forman nuestra red, únicamente se imparten sesiones de consejería y discipulado tratando a las personas con respeto y dignidad, sin que se brinde ninguna terapia de conversión, ni mucho menos de electrochoques o de algún contacto de índole sexual como falsamente se afirmó en alguno de los reportajes difamatorios difundidos recientemente.

Nos pronunciamos rotundamente en contra de quienes quieran cambiar a una persona usando la coercibilidad, violencia, e incluso exorcismos o ‘liberación de demonios’ de formas agresivas, en un intento por ayudar a las personas. Manifestamos nuestra oposición a toda forma de discriminación hacia la comunidad LGBTI+, hacia otros, o hacia nosotros mismos; y nos pronunciamos en contra de la imposición de agendas que van en contra de la vida y la familia, y de todo intento por limitar la libertad de pensamiento, conciencia o religión.

El discipulado y acompañamiento que brindamos no conduce a la depresión o deseos suicidas. Al contrario, más bien las personas que acuden a nuestros ministerios han llegado en ese estado y han sido tratadas con amor, con mucho cuidado, y usando esencialmente principios bíblicos, se les ha animado a desarrollar una profunda conexión con Dios y a integrarse en una comunidad de fe, en donde puedan encontrar fortaleza y desarrollar amistades significativas.

Exodus Latinoamérica anima a las iglesias locales y comunidades de fe a amar a todas las personas como Cristo nos amó. La misma Palabra de Dios nos dice que debemos ayudar a otros con mansedumbre, con misericordia y gracia (Proverbios 16:6; Gálatas 6:1-2).

Los invitamos a leer Quiénes somos, los Propósitos, y los Recursos que ofrecemos en la página inicial de nuestro sitio web www.ExodusLa.org, para que conozcan más acerca de lo que hacemos en Exodus Latinoamérica.

Una relación de rendición de cuentas es una herramienta que abre una ventana hacia nuestra vida…

Constantemente vemos cristianos que fracasan moral, espiritual, relacional y financieramente, no porque no quieran tener éxito, sino debido a puntos ciegos (comportamientos que son incapaces de ver) y puntos flojos (áreas que necesitan reforzar) que piensan que pueden manejar por su cuenta. Y no lo pueden hacer. Los cristianos caen porque no tienen que rendir cuentas ante nadie por su comportamiento y sus creencias.