Restauración sexual: La importancia de matrimonios sanos

Por Pedro Delgado

El quebrantamiento de un miembro de la familia casi siempre tiene que ver con quebrantamiento familiar, especialmente bagaje tóxico que el matrimonio viene arrastrando y trae, en principio, a su matrimonio. Algunas personas en la Iglesia creen que la restauración debiera centrarse únicamente en quienes manifiestan una situación de afectación o pecado sexual en sus vidas, pero el trabajo de prevención y restauración integral-sexual involucra a todos sin excepción en la Iglesia, y haciendo un mayor acercamiento, nos enfocamos esta ocasión en la familia, especialmente en los matrimonios.

Este es un tema bastante extenso, pero quisiera enfocarme principalmente en tres aspectos:

1.       La importancia de la consejería prematrimonial.

2.       Consejería matrimonial: Cuando los conflictos se hacen presentes.

3.       Conflicto heredado de un matrimonio mal avenido.

La importancia de la consejería prematrimonial

Existe la imperiosa necesidad de brindar en nuestras congregaciones cristianas una consejería prematrimonial bíblica e intencional, enfocada no sólo en dar buenos consejos al futuro matrimonio, sino en escuchar a la pareja comprometida, ofreciéndoles un entorno seguro de confidencialidad, a fin de ayudarles a resolver sus conflictos personales, y cualquier otra cosa que pudiera estar proveyendo toxicidad que afecte la futura relación matrimonial y posteriormente a los hijos;  en lugar de sólo tener en mente el propósito de cumplir con un requisito y un mero formalismo de “leerles la cartilla” en cuanto a sus futuras obligaciones como marido y mujer.

Hay tantos temas que una pareja con miras al matrimonio debería hablar asertivamente, y la guía y el acompañamiento pastoral de un consejero se hacen indispensables. Qué lindo que una pareja esté enamorada, sin embargo, a veces el romanticismo pareciera ofuscar la razón y objetividad de la pareja; y se olvidan de asuntos bien importantes que es menester hablar. Aspectos, circunstancias y entornos que estarán compartiendo en un futuro cercano, deben tratarse, incluyendo temas de finanzas, el lugar donde vivirán, incluso asuntos relacionados con la intimidad. 

Es importante la transparencia en cuanto a eventos o situaciones del pasado que pudieran llegar a repercutir o afectar al futuro matrimonio. No es que se deba develar cada detalle del pasado, porque eso no es sano, pero en los casos de personas que han batallado con un asunto delicado de quebranto sexual, matrimonios anteriores, hijos existentes, son asuntos que deberían confesarse con verdad y prudencia entre los futuros cónyuges antes de entrar en un firme compromiso matrimonial.

Amados, no minimicemos la relevancia de la consejería prematrimonial, debemos darle el valor y la importancia que requiere, pues de esa forma pueden prevenir infinidad de problemas futuros que se verían reflejados tanto en el matrimonio como en los hijos que están por venir.

La consejería matrimonial: Cuando los conflictos se hacen presentes

Cuántos matrimonios llegan a su término, después de que durante cierto tiempo han estado enfrentando conflictos de diversa índole. Culturalmente, mucha gente cuando está enferma no acude al médico, a veces hasta que es demasiado tarde. Lo mismo sucede con muchos matrimonios, enfrentan serios conflictos que tratan de resolver por su cuenta, a veces teniendo actitudes perjudiciales, o usando viejos métodos disfuncionales aprendidos de sus propios hogares cuando eran niños.

Algunas veces uno de los cónyuges está consciente de que su matrimonio necesita ayuda externa de un consejero matrimonial para salvarlo del fracaso, pero el otro se opone rotundamente, incluso como parte de los desacuerdos propios de un matrimonio en conflicto, “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?Amós 3:3. Cada vez más matrimonios cristianos recurren al divorcio argumentando ‘incompatibilidad de caracteres’, cuando realmente se debe ante la incapacidad de resolver sus desacuerdos y desavenencias ellos mismos, sin haber procurado ayuda profesional o de un consejero bíblico. Pero el divorcio, no resolverá el quebranto personal que los llevó a la separación, éste tiene que ser atendido. Algunos intentan en segundas o terceras nupcias, fracasando una y otra vez, como si de ensayos se trataran.

Cuánto bien haría que cada matrimonio reconociera la necesidad que tienen de recibir consejería individual y matrimonial de tal manera que estén más sanos, más íntegros, con una mayor capacidad de amar. Eso es lo que sucede cuando el Reino de Dios es establecido en nuestras vidas, cuando como hijos obedientes nos sometemos a la paternidad de Dios.  Cada persona es llamada a glorificar a Dios con su testimonio, mostrando en su vida el carácter de Jesucristo, el fruto de Su Santo Espíritu. Esto repercutirá en hijos más sanos, hijos capacitados e instruidos para seguir a Dios cada día de sus vidas (Pr. 22:6).

¿Podemos entender la importancia de tener consejeros bíblicos matrimoniales bien preparados para poder brindar ayuda? Es menester erradicar ese empobrecido e inútil modelo de “consejería bíblica” donde se pretende resolver asuntos con una o dos charlas apresuradas, donde no se escucha con atención, donde el enfoque es recalcar lo que deberían o no hacer los aconsejados, sin considerar los obstáculos que tienen para apegarse a las instrucciones y mandatos bíblicos, y sin proveer un espacio seguro donde la gente puede abrir su corazón para ser sanados “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”. (Santiago 5:16).

Conflicto heredado de un matrimonio mal avenido

Es comprensible la preocupación y angustia de los padres de familia cuando se enteran de la homosexualidad de alguno de sus hijos. Sin embargo, muchos de ellos, mientras no profundizan en el tema de las causas de la atracción al mismo sexo, no alcanzan a comprender cuánto ha aportado su propio quebrantamiento individual y matrimonial al quebranto sexual de sus hijos. No se trata aquí de encontrar culpables ni de llevar a la pareja a recriminarse mutuamente. Esto pudiera suceder, pero deben avanzar a resoluciones restauradoras, pues si se permanece en esa actitud se aportarán más conflictos y división, que soluciones efectivas. Desde luego que sí es importante es reconocer los errores cometidos y rectificar, reparar, pedir perdón, y tomar acciones que conlleven a un cambio o erradicación de dinámicas familiares perjudiciales para la familia.  Hemos aconsejado a los padres que piden orientación, que inviertan tiempo para leer en oración acerca de las raíces del quebranto sexual, para entender lo que ha sucedido con sus hijos, y que eviten quedarse atascados en reclamaciones mutuas, de ahí la importancia de ser guiados por un pastor, consejero o psicólogo cristiano.

Muchos hijos con quebranto sexual se desaniman porque sus padres ejercen presión en ellos tratando de que cambien, que se esfuercen en sus sesiones de discipulado, consejería o terapia; mientras que los mismos padres no están haciendo su parte de buscar consejería individual y/o matrimonial.

Hay gente que lleva tanto tiempo con un carácter dañado, con problemas crónicos sin resolver, que han llegado a convencerse de que no pueden cambiar. Se establecen en una falsa creencia de esclavitud, pensando que no pueden cambiar, y mientras piensen así, su discapacidad para relacionarse sanamente prevalecerá. Un lema muy conocido (y atacado) de Exodus Latinoamérica es “el cambio es posible”, ¡porque es verdad! y esto aplica a todos sin excepción “lo que es imposible para los hombres, es posible para DiosLucas 18:27. Por tanto, también los padres de familia, incluso aquellos que han llegado a separarse, deberían procurar esa restauración y sanidad personal. Desafortunadamente, muchas personas con quebrantamiento sexual, de alguna manera, han sido ‘víctimas’ de matrimonios mal avenidos. Por supuesto que cada quien es responsable y toma sus propias decisiones de involucrarse o no en un estilo de vida pecaminoso, y nadie, absolutamente nadie, podrá presentar su historia de quebranto, de abuso, para justificar el permanecer en un estilo de vida pecaminoso y destructivo “¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios?” (Job 25:4a).

Conclusión

Podemos ver lo importante que es atender a la familia entera, sin omitir a ninguno de sus miembros. Hemos hablado acerca de la importancia de la prevención, al brindar consejería prematrimonial a la pareja comprometida para casarse; hemos hablado de la necesidad de atender a un matrimonio cuyos conflictos les están alejando más y más al uno del otro; y lo necesario que es atender a los matrimonios cuyos hijos están ya con problemas de quebrantamiento sexual. Toda la familia importa, no sólo los hijos quebrantados más visiblemente.

Es nuestra oración que podamos escuchar y atender en obediencia la voz del Espíritu Santo que habla a la Iglesia de hoy, que nos apremia a voltear a mirar dentro de cada persona, de cada núcleo familiar en nuestras congregaciones, pues esto es tiene mucho que ver con la promesa de Dios, quien viene pronto por una Iglesia más sana, que ha avanzado en su proceso de santificación, una Iglesia que permite que la gracia redentora de Dios obre a su favor en sus vidas.

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