Libertad duradera
Primeros Pasos
Por Frank Worthen
Muchos podrán leer este artículo solo por curiosidad, pensando si es posible dejar la homosexualidad. Otros están interesados en perseguir tal cambio, pero piensan cómo podrían conseguirlo. En cualquier caso, déjame compartir contigo algo de mi historia antes de que comencemos hablar sobre los pasos que debes tomar para encontrar la misma libertad de la homosexualidad que yo he encontrado.
El anuncio de mi pastor
Cuando tenía 13 años, mi pastor me llevó a su oficina. “Frank”, dijo, “eres homosexual”. No tenía idea de lo que quería decir, así que me explicó lo de la atracción hacia el mismo género. Luego el explicó que los homosexuales era distintos a las demás personas.
Me había sentido “diferente” durante años. Mi vida familiar no había sido feliz. Nací en 1929 – el año en que comenzaría la Gran Depresión. Muchos miembros de la familia se trastearon a nuestra casa para sobrevivir. Mi padre consiguió un segundo trabajo en las noches para pagar las cuentas, pero no podía conseguir mucho dinero. El ambiente familiar se hizo amargo y yo a menudo me escapaba al ático para evitar las diarias discusiones furibundas a mí alrededor.
Nunca olvidaré mi primer día de escuela. Mi mamá se quedó todo el día conmigo para ver que todo estuviera bien y la profesora le dijo: “tu hijo es diferente de todos los demás niños”. Nunca tuve mayor interés en los deportes y nunca me acomodé realmente a los otros chicos.
Poco después de que cumplí 13 años, mi tío me llevo a una feria local de ciencias cerca del Instituto Bíblico Moody. Esta fue la primera vez que fui expuesto a la Palabra de Dios. Sentí el amor de Dios esa noche y secretamente acepté a Cristo en mi vida.
El año siguiente ocurrieron muchos traumas. Mi padre murió y mi tío a quien quería mucho fue arrestado por actividad homosexual. Luego un nuevo pastor llegó a la iglesia y tomó el rol de padre en mi vida. El era todo lo que había soñado en un padre, pero sintió mi creciente atracción hacia el mismo sexo y me animo a actuar sobre ellos. De hecho, él incluso me consiguió un potencial compañero hombre –un hombre mayor obeso en quien no tenía ninguna clase de interés.
Después de graduarme de la Preparatoria, me enamoré de una joven mujer. Ella fue mi primera novia de verdad y decidí casarme con ella. Pero cuando se lo propuse, ella respondió “Solo hay dos cosas en la vida que amo. Una son los caballos y la otra son las mujeres”. Estaba destrozado. Cuando fui donde mi pastor, me dijo “Frank, he estado tratando de decirte durante años que eres homosexual”. Luego me explicó que me había sentido atraído hacia esta mujer debido a sus cualidades masculinas.
Recuerdo bajar las escaleras de la iglesia ese día “Señor”, oré, “él es un hombre tuyo. Acepto lo que él ha dicho sobre mi homosexualismo”. No mucho después de eso, tuve mi primera experiencia homosexual. Fue el comienzo de 20 años de estar envuelto en relaciones homosexuales.
La realidad sobre la vida “Gay”
Por años, muchas personas entraron y salieron de mi vida. Pero la vida era muy diferente a la bella fotografía que mi pastor me había pintado. Hubo unos pocos momentos de placer y esperanza pero la mayoría eran de soledad y desesperación. El sexo era el dios de mi vida, nada más importaba.
Muchos años pasaron. Me escondí de Dios y ridiculicé su iglesia, aunque en mi corazón sabía que él mismo me estaba llamando hacia él. Mi juventud comenzó a desaparecer y cada año traía menos alegría.
Entonces Michael, uno de mis compañeros de trabajo, se hizo cristiano. Su vida cambió ante mis ojos y pensé nuevamente en mi propia juventud cuando había sido una gran bendición conocer a Jesús y estar en la iglesia. El contraste entre este buen joven y mi vida llena de lujuria me destrozó por dentro.
Sabía que mis maneras homosexuales no eran correctas, pero me sentía incapaz de cambiarlas. Luego cuando escuché sobre un “gay facility” en San Francisco que estaba siendo operada en total oscuridad. Me llegué a obsesionar con este lugar y me determiné a ir allí. El 24 de mayo de 1973 decidí que iría a ese lugar.
De repente mi mente recordó por un momento la época de la muerte de mi papá cuando tenía 13. Había orado a Dios “Mi padre se ha ido. Por favor se mi padre por el resto de mi vida”. Sentía que él había estado conmigo hasta ahora. Pero el ir a este lugar de oscuridad me hizo parecer como si fuera su último rechazo.
“Llévame a tu Iglesia”
Me encontré a mi mismo yendo donde Michael y diciéndole “por favor, llévame a tu iglesia ya”. Tan pronto nos arrodillamos frente al altar, confesé todos mis pecados pasados. Muchos pensamientos cruzaron por mi mente. Todos mis amigos me rechazarán. ¿Cómo podré renunciar al sexo? ¡Imposible! Pero mientras oré, me sentí liberado por dentro de 20 años de pecado.
Comencé a asistir a la iglesia de Michael y después de varios meses, él me sugirió que grabara en cassette lo que Dios estaba haciendo en mi vida. Después de trabajar en esto durante meses, comencé publicándolo en un periódico local “bajo cuerda” en donde muchos hombres gay encontraban compañeros sexuales. En el primer año, cerca de 60 personas me escribieron debido a mi grabación.
Luego el Señor me incitó a contarle a un pastor local sobre mi ministerio. Ese día el nombre “Amor en Acción” nació y comenzaron las reuniones de grupo. Luego descubrí que otros ministerios similares existían. Sesenta y dos de nosotros nos reunimos para tener un fin de semana de compañerismo en Septiembre de 1976 en el área de Los Ángeles y llamamos a nuestra pequeña red “Exodus”. Fue un tiempo emocionante y grandioso para estar ocupado en este tipo de ministerio.
Dios comenzó a traer otros miembros a que se unieran a la junta. Pronto estábamos recibiendo cientos de cartas de todas partes del mundo. 10 años más pasaron y me encontré a mi mismo inconforme con la vida de soltero. Estaba solo y comencé a orar por una esposa.
Cerca de año y medio después, me quedé en Los Angeles para ver a mi amiga Barbara Johnson, quien estaba trabajando con padres de homosexuales. Ella me envió a Disneylandia con una mujer que apenas había conocido brevemente antes en una ocasión.
Ese día en Disneylandia fue el más divertido que he experimentado en años. La mujer, Anita Thomas, era muy divertida y disfruté a fondo su compañía. Después Bárbara llamó para decir que Anita también había disfrutado ese día conmigo.
¡A una mujer le gusto de verdad! Pensé con emoción. ¡Apuesto a que hice algo bien! Varios meses después, Anita visitó Amor en Acción y se enamoró de mi ministerio, mi junta, mi iglesia, ¡todo!
Pronto Anita y yo estuvimos reuniéndonos en San Luis Obispo, el punto a mitad de camino entre su hogar cerca de Los Angeles y el mío en el área de San Francisco. Vimos que nuestra relación estaba volviéndose seria; pronto estábamos hablando sobre matrimonio. En noviembre de 1984, mientras Anita y yo intercambiábamos votos matrimoniales, Barbara Johnson – nuestra hacedora de parejas tras bambalinas- se sentó en la fila de adelante con una gran sonrisa en su rostro. Desde entonces, el matrimonio ha sido mucho mejor que las grandes expectativas que tenía.
En 1990, Dios nos guió a Anita y a mí a Manila, en donde fundamos Bagong Pagasa (Nueva Esperanza). Después de cuatro años, dimos el ministerio a los líderes locales y regresamos a California, en donde establecimos un nuevo ministerio ex gay en San Rafael después que Amor en Acción se reubicara en Tennessee.
Creo que el homosexualismo es una “búsqueda de remplazo de un padre”. Durante muchos años, busque afirmación masculina, pero estuve buscando en todos los lugares equivocados. Cuando di mi vida completamente a Dios, él se convirtió en el Padre amante que nunca había encontrado y me ha dado una maravillosa familia “mundial” de hermanos y hermanas en Cristo.
Estoy muy agradecido por la nueva vida que el Señor me ha dado. Luché con el homosexualismo durante cuatro décadas, pero Jesucristo me ha hecho libre.
PASO 1 – Tomar la decisión
No es fácil para la persona homosexual decidir que Dios ha hablado en contra del homosexualismo y estar de acuerdo en embarcarse en el largo y difícil camino hacia el cambio. Muchas iglesias y seminarios están apoyando la idea de que las prescripciones Escriturales contra el homosexualismo fueron escritas para culturas antiguas y no ofrecen nada de valor para el mundo de hoy. Gran número de personas que luchan con el homosexualismo están siendo aconsejadas por sus pastores a que se ajusten a ese estilo de vida, aunque se les advierte de “vivir de manera tan respetable como sea posible como homosexual”.
La decisión que debes tomar de dejar el homosexualismo será desafiada una y otra vez. Solo si ha sido tu decisión y solo tuya resistirá la prueba del tiempo. Si tu decisión fue basada en complacer a otros, no será lo suficientemente fuerte para que resista los tiempos difíciles y ásperos que vendrán. Tanto como queramos complacer a nuestra mamá, pastor, amigos, incluso a la sociedad, esta motivación resultará insuficiente y fallará durante los tiempos de prueba.
La persona que lucha debe ser un buscador de la verdad. La motivación para tan grande cambio no proviene de recursos humanos sino solo por medio de los recursos del Espíritu Santo. “El Señor está cercano de quienes lo invocan, de quienes lo invocan de verdad” (Salmo 145:18).
La ambivalencia es la barrera para el cambio. Tanto como la opción de regresar a al homosexualismo se mantenga abierta, el cambio no tendrá lugar. “Si las cosas no funcionan…es un compromiso mortal”. El puente de regreso a la vieja forma de vida debe ser quemado. Una decisión decisiva debe ser tomada.
El Espíritu Santo trae convicción de pecado, y si la persona recibe esta convicción profundamente en su corazón, tendrá la única motivación resistente para cerrar la opción para siempre. Así que la decisión es tuya.
Afrontar los asuntos que vienen y adoptar una visión realista de tu vida
¿Qué le futuro te espera como persona gay? ¿Quieres una vida llena de culpabilidad y separación de Dios? Por lo que debemos despreocuparnos al momento de la decisión es que Dios es por nosotros y vendrá en nuestro socorro, ayudándonos en medio de las situaciones difíciles. El está tan cerca como le permitas estarlo. Es el fiel a su promesa de siempre estar “cerca de aquellos que lo invocan” (Salmos 145:18).
Se requiere de fortaleza y valentía dejar atrás todas las cosas que siempre se presentaron a sí mismas como la respuesta para los vacíos en la vida. Aunque el Espíritu Santo hace hombres valientes a partir de cobardes. El usó un puñado de hombres para poner el mundo al revés, y puedo volver a hacerlo.
Cuando Dios nos pide algo y respondemos en fiel obediencia, Él siempre da el poder para hacerlo. “Pongo delante de ti la vida y la muerte, la luz y las tinieblas, la bendición y la maldición; sin embargo, escojan la vida que vivirán” (Deuteronomio 30:19).
PASO 2 – Admitir nuestra necesidad de un Salvador
La mayoría de los seres humanos lo encuentran difícil, pero no imposible, admitir que necesitan ayuda. Nadie quiere decir “estaba equivocado”. El orgullo, una parte integral de nuestra naturaleza, a menudo nos bloquea para que no clamemos, incluso cuando nuestra necesidad sea grande.
El arrepentimiento y el quebrantamiento significa que tenemos que afrontar nuestra necesidad de un salvador. Sin este paso vital, el cambio no tendrá lugar. Nadie más puede tomar esta decisión por nosotros. Debe provenir de nuestro corazón.
Personas llegan a nuestro ministerio por consejería provenientes de todo el mundo. Muchos han intentado por años vencer su problema de homosexualismo, pero este crece y gana más y más de sus vidas.
Aquí hay un patrón que la mayoría han seguido: vienen a Jesús, admitieron su necesidad, reconociéndolo como Salvador y luego pusieron en su propia fortaleza el realizar los cambios necesarios. La necesidad de un Salvador es vista como necesidad de una sola vez, en lugar de una necesidad continua.
La primera medida de victoria que Dios nos da algunas veces nos cega a nuestra continua necesidad de cambio. Con Dios nos liberó de muchas esclavitudes destructivas, nos sentimos competentes para tomar buenas decisiones y llegamos a estar satisfechos con en quien nos hemos convertido. Estamos seguros de que nunca tomaríamos las decisiones incorrectas que tomamos en el pasado. Es en este momento en que somos más vulnerables.
También, a todos en el momento de más debilidad, se nos pide dar nuestro testimonio en la iglesia. Si aceptamos, nos estaremos colocando justo en las manos de nuestro enemigo. Cuando él ve que estamos viviendo en nuestras propias fuerzas, el nos presionará. Encontraremos que la tentación parece irresistible.
Muchos se rinden en este punto y regresan al estilo de vida gay. Ellos aún no han aprendido lo que significa caminar con Jesús a tu lado. Lo que olvidamos es que la victoria que estamos disfrutando es un regalo de Dios. Es Su victoria, no la nuestra. No la ganamos. La victoria nunca llegará a ser nuestra propiedad, ¡nosotros nos hemos convertido en Su propiedad! La primera cosa en la mañana, nuestra oración, debe ser: “Señor, te doy el permiso para controlar mi vida hoy. Señor, defiéndeme, protégeme.”
Algunas veces el orgullo nos hablará de esta manera: “Si admito una continua necesidad, no reconozco lo que Cristo ha hecho por mi” Este argumento desconoce que el hecho es que el cambio es un proceso.
Otra idea falsa es que si aún no tenemos una necesidad, entonces no habremos recibido la sanidad que Jesús quiere darnos. De cualquier manera, tener una necesidad es visto como algo humillante. ¡Esto no es verdad! Nuestra necesidad es precisamente lo que nos califica para lo que Jesús quiere darnos.
No la idea del mundo sobre la Victoria
El mundo tiene sus propias ideas de victoria, y muchos cristianos se ven sumidos en estos puntos de vista. El mundo ve una persona victoriosa como uno que permanece solo sin grandes probabilidades y gana la batalla por sí mismo. La independencia es una virtud honrada, y la dependencia de cualquier cosa es vista como humillante y vergonzosa.
El Concurso: ¿quién va a controlar nuestras vidas? Los participantes: Dios, Satanás y nosotros mismos. Cuando Satanás está en control, cometemos errores tremendos y nuestras acciones no se corresponden con nuestros mejores intereses. Cuando disfrutamos a Dios y deponemos a Satanás, tenemos dos posibilidades sobre quien dirigirá nuestras vidas: Dios o nosotros mismos.
Los individuos sabios revisarán su vida y se percatarán que su recuerdo como jefe no es el mejor. El se inclinará al control del Señor. Esta deposición de armas y sumisión no se hace usualmente con mucha alegría, sino con gran esfuerzo y en pequeños pasos.
El necio tratará de ganar su batalla con Dios. Este es un triunfo vacío, pero no hay una victoria real cuando le ganamos a Dios. Eventualmente, Satanás volverá a emerger y tomará el control de nosotros. Cuando estamos lidiando con super poderes, no hay esperanza de que consigamos una victoria duradera.
PASO 3 – Cediendo el control de nuestras vidas
Muchos cristianos ven a Dios como el poder detrás de sus propias decisiones. Sin embargo, esto no es lo que Dios tiene en mente. El tiene su plan perfecto para nuestras vidas y cuando frustramos este plan, si acaso alcanzaremos expectativas secundarias.
Los Alcohólicos Anónimos comienzan su programa admitiendo nuestra inhabilidad para manejar nuestro problema. Esto también es pertinente con el homosexual. (No nos estamos refiriendo al concepto de retener la identidad homosexual, como el programa de Alcohólicos Anónimos establece que el alcohólico será alcohólico tanto tiempo como viva. Creemos que la identidad homosexual misma puede ser vencida). Nos estamos refiriendo a la necesidad de que cada uno de nosotros tiene que seguir en una dependencia minuto a minuto de Jesucristo cada día por el resto de nuestras vidas. El plan de Dios es que busquemos a Jesús en cada decisión y en cada rumbo que tome nuestra vida.
Voluntad libre
La libre voluntad es el regalo que Dios nos ha dado que nos causa la mayoría de problemas y es muy frecuentemente cuestionada. Si nuestra libertad de escogencia nos mete en muchos problemas, ¿por qué Dios nos da esa habilidad? ¿Por qué somos libres de recibir o rechazar a Cristo?
Obviamente, Dios quiere unas personas que lo acepten por decisión, no por medio de presiones que guían a una decisión. Ya hemos tomado la opción de aceptar a Cristo, pero la libertad va mucho más allá. Ahora que hemos escogido a Dios ¿qué tanto le permitiremos que influencie nuestras vidas?
Si somos sabios, permitiremos que El tenga la libertad de reinar debido a que es nuestro Hacedor y sabe qué es lo mejor para nosotros. Coloquemos nuestras coronas de libre escogencia ante el trono de Dios (Apocalipsis 4:10). Mientras presentemos nuestra libre voluntad como un presente para Él, nos hará dignos de Él y nuestras vidas serán grandemente bendecidas por ese hecho.
Paso 4 – Abrazando la dificultad y el dolor
La muerte de un sueño es algo triste. Es difícil para aquel que fue homosexual dejar a un lado la fantasía de que algún día la persona correcta va a llegar y traerá la plenitud de lo que tanto se ha buscado. Pero mientras dure este sueño el cambio estará bloqueado.
Si vamos a estar en una relación cercana con Jesucristo y guiados por el Espíritu Santo, no podremos escapar de la cruz. “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:3-4).
La nueva vida emerge del poder de la cruz. En la época en la que Jesús vivió, todos conocían la expresión “toma tu cruz” para indicar “estás en el camino a tu propia muerte”.
Hay una finalidad sobre la muerte y debemos ver el viejo estilo de vida con la misma finalidad. Cualquier remanente de nuestra antigua forma de vida bloqueará la nueva que nacerá. Nuestra relación con Jesús altera nuestra relación con el mundo. El mundo trata de hacer reclamos de nuestra vida y no se quedará ociosa mientras desarrollamos nuestra nueva vida.
Santiago nos dice muy tajantemente: “¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad hacia Dios? Cualquiera que escoge se amigo del mundo llega a ser enemigo de Dios” (Santiago 4:4). Esto se nos ha dicho en términos fuertes para que de esta manera no nos comprometamos en nuestro caminar con Cristo acomodando las expectativas pecaminosas de nuestros amigos del mundo.
Amigos Incomprensivos
Cuando cancelamos una invitación a una fiesta gay, nos exponemos a nosotros mismos a la soledad y a la incomprensión de nuestros amigos. Ellos se sentirán traicionados y pensarán que ahora tú te consideras mejor que ellos. Desearías poder estar ahí y no ves una razón real por la que deberías auto excluirte. Pero crecerás espiritualmente cuando tengas la fortaleza y determinación para resistir.
Los amigos que afectan negativamente nuestras vidas deben permanecer alejados de ofrecer influencia sobre nosotros. Ellos no entenderán nuestro cambio de formas. Las cosas espirituales es como locura para aquellos que se pierden (1 Corintios 1:18).
Los viejos amigos sentirán el rechazo y se sentirán heridos por nuestros nuevas escogencias. Nos dirán que no durará, que pronto estaremos de regreso al estilo de vida. Ellos nos inflingirán heridas, rumores y mentiras serán esparcidas.
Recibiremos rabia, ridiculizaciones y amenazas para hacernos sentir culpables. Pero Jesús debe permanecer como la primera prioridad en nuestras vidas. Sus intereses deben estar primero que los intereses de otros, y antes de nuestros propios intereses también.
Cuando desarrollemos amistades cristianas, pueden no entender nuestras circunstancias. Si les decimos que hemos dejado el estilo de vida gay, su respuesta probablemente será “¡Alabado sea Dios!” ellos no se percatarán del dolor que envuelve un tan grande cambio de vida. Ellos no entienden que extrañamos a nuestros amigos, que duele cuando hemos cortado una relación que era significativa para nosotros, aunque pecaminosa.
Debemos sufrir nuestro dolor en silencio. Nuestro gozo y alegría descansa al otro lado de la cruz. El cambio nace del quebrantamiento. Escrituras y Escrituras refieren a la necesidad de humillarnos a nosotros mismos delante de Dios con un corazón contrito y en profundo dolor por nuestras acciones y actitudes. Esto nos califica para el trabajo que Dios intenta hacer. “Este es el hombre a quien veré y tendré consideración, aquel que es humilde y herido y quebrantado de espíritu, y quien teme a mi Palabra y reverencia mis mandamientos” (Isaías 66:2 Ampliada).
Paso 5 – Haciendo las cosas cristianas “normales” (como asistir a una iglesia)
Contrario a lo que el antiguo homosexual pueda creer, Dios no nos excluye de poder hacer lo que normalmente se espera de todos los cristianos. Nuestro problema no es tan único y especial como creemos.
Muchos antiguos homosexuales se concentran solo en su problema de identidad homosexual y se alejan de involucrarse en la fuente principal del cuerpo de Cristo. El estilo de vida gay a menudo incentiva relaciones impersonales, llevando a muchos antiguos homosexuales a que opten por una vida cristiana aislada.
Mientras a menudo se asegura que los homosexuales se excluyen a sí mismos de relaciones significativas y profundas, la mayoría de personas concluyen que estas se refieren a relaciones con el sexo opuesto. Aunque esto puede ser cierto en algunos casos, muchos homosexuales se siente a gusto con el sexo opuesto (no en un nivel sexual) y han compartido profundamente con ellas. Elizabeth R. Moberly en su libro “Psychogenesis” hace esta contundente observación: “El homosexualismo no debería ser definido, excepto de manera secundaria, como una dificultad en relacionarse con el sexo opuesto. Esencialmente, enmarca una dificultad en relacionarse con el mismo sexo”.
El escoger excluirse de relaciones interpersonales a temprana edad, el homosexual también se excluye a sí mismo de desarrollar habilidades sociales adecuadas. Mientras algunos hombres homosexuales fueron agresivos y buenos en los deportes, hemos observado que la mayoría eran alejados, temerosos y algo aislados.
Muchos de nosotros recuerdan ir a la librería durante las clases en el gimnasio, buscando cualquier excusa para escaparse del contacto con los deportes. Muchos han escapado de la interacción social por medio de los bailes en la secundaria y tener citas. El estigma que sentimos de ser rotulados como “diferentes” vino también debido a nuestras malas decisiones como por medio de la hostilidad de nuestro grupo.
La exclusión entonces llega a ser el estilo de vida que consistentemente escogemos. Creemos que al darnos cuenta sobre nuestra lejanía: “No pertenezco aquí. Ellos no me entienden. Ellos no me quieren. Esto no es parte de mi vida. No se necesita de mí, no tengo que hacer esas cosas” es nuestra ruta de escape para consolarnos la cual es el camino al aislamiento.
La interdependencia es a lo que Dios nos llama en el cuerpo de Cristo y es parte de su plan de sanidad. Por medio de la interacción con otros cristianos, un nuevo estilo de vida se desarrolla para remplazar al antiguo y llenar los vacíos en nuestras vidas.
La interdependencia envuelve una mutua ayuda: mientras estás ministrándome, las respuestas para tus problemas te llegan también. Una construcción mutua toma lugar. Aunque no debemos buscar a otro ser humano para llenar todas nuestras necesidades, Jesús muy a menudo escoge trabajar por medio de otros. Es este su diseño, de que la sanidad provendrá de los miembros de Su cuerpo, la iglesia. Es su forma de empujarnos hacia el otro. El está muy pendiente del espíritu de independencia del hombre y de la destrucción que ha traído. Por medio de la interdependencia, la principal raíz de la homosexualidad es sanada mientras un sentido de afirmación remplaza ese profundo sentimiento de alienación.
Lo extraordinario nace de lo ordinario
Debido a que la homosexualidad surge como un gran problema y que domina la vida, esperamos que Dios atienda esta área de nuestra vida primero. Muchos han orado diariamente por su homosexualidad, aunque sienten que esta oración no está siendo contestada.
Sin embargo, la homosexualidad es sólo el síntoma, el resultado de decisiones erradas y de actitudes erradas. Dios en realidad trata de cortar el problema desde la raíz, dejando que los retoños sean quitados a tiempo. Así encontramos a Dios trabajando en áreas en las que no ha sido invitado. Para aquellos que dicen que “Dios no trabajó en mi vida”, podrían no percatarse que Dios ha estado trabajando, buscando en las profundidades de sus corazones y cimentando un fundamento para el cambio.
Muchos cristianos que luchan con la homosexualidad me dicen “Tu teoría de que la Iglesia es la respuesta para la sanidad puede ser correcta, pero no conoces mi iglesia. El bar gay más cercano tiene 10 veces más amor y aceptación que mi iglesia”.
A menudo, compartir en la iglesia se mantiene a un nivel superficial. Si un individuo de veras trata de compartir un problema personal, otros se retraen, sintiendo que esa persona ha sobrepasado sus heridas. Entonces, ¿cómo podemos seguir adelante con una iglesia “falta de amor”?
Primero, uno debe buscar al Señor sobre a cuál iglesia asistir. Creo que es sabio asistir a una iglesia al menos un mes antes de intentar en otra. También, darnos cuenta de que los domingos en la mañana son importantes, las reuniones de mitad de semana darán una mejor exposición a la profundidad del compañerismo que hay en la iglesia. En los estudios bíblicos de mitad de semana, las reuniones de oración y otros espacios para compartir significativos pueden darse en una reunión de un grupo pequeño.
Una iglesia debería tener también algunos eventos sociales. Necesitamos experimentar placer y disfrute de vernos involucrados en la iglesia. Por supuesto, ninguna iglesia va a ser perfecta. Al hacer nuestra selección, necesitamos contactar al pastor de la iglesia en la que estamos interesados y saber por medio de él sobre la iglesia, su gobierno, su posición teológica, sus planes futuros y las cosas que él percibe como sus defectos.
Tendremos que escoger entre iglesias imperfectas, pero el Señor puede intentar usarnos en el crecimiento de la iglesia a la que nos llama. Una persona empujada por el Espíritu Santo puede cambiar completamente a una iglesia. Tanto como Dios guíe y lleguemos a ser confiables dentro del cuerpo, descubriremos un lugar para nosotros mismo al llenar necesidades que previamente nos hemos dado cuenta no están cubiertas.
Si la iglesia es socialmente lenta, pídele al pastor su aprobación y sus aportes y luego comenzar a promocionar algunos eventos sociales. Si no se están realizando reuniones de oración a mitad de semana, busca al Señor para ver si se inicia una. Tal vez la iglesia nunca ha discutido abiertamente sobre el tema de la homosexualidad. Podrías considerar una serie de reuniones para discutir abiertamente sobre el tema.
Construyendo relaciones de confianza
Toma tiempo ganar la confianza de otros. Hay razones (tal vez no válidas) por las cuales los miembros de la iglesia parezcan ser alejados y egoístas. Primero, las personas no se sienten cómodas con temas que no entienden. Muchos miembros de iglesia están completamente desinformados sobre el tema del homosexualismo.
Luego, también, somos excesivamente cuidadosos con los extraños; a menudo tenemos temores de ser decepcionados, nos aprovechamos de esto y nos volvemos vulnerables al desconocido (a lo desconocido). Esto también tiene mucho que ver con la cultura en la que somos criados.
Una persona puede tener un problema severo de masturbación; él se siente profundamente deprimido y culpable. El llega a la iglesia y encuentra libertad de su carga. Si comparte su problema de masturbación con todos los que se encuentre por primera vez, encontrará que la gente se siente ofendida por su honestidad. Aunque, unas semanas después de que la confianza ha sido establecida, encontrará que otros miembros de la iglesia escucharán atentamente y ofrecerán consejos útiles.
La única diferencia entre esas dos ocasiones es el tiempo que ha pasado y que la confianza se ha establecido. Sin embargo debemos aprender que hay tiempos apropiados e inapropiados para compartir los detalles íntimos de nuestras vidas.
Estudio Bíblico, Oración, Compañerismo y Servicio
Ninguno de nosotros se forma su imagen de Dios de lo que otros nos dicen; necesitamos leer la Palabra de Dios por nosotros mismos. La Biblia es llamada el “Libro Viviente” debido a su diferencia a otros libros. Ha sido juntada sobrenaturalmente por el Espíritu Santo y el poder que fluye de sus páginas. El autor del libro de Hebreos la describe como “viva”.
“Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz. Más cortante que toda espada de dos filos que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).
La Palabra de Dios tiene la habilidad de cambiar nuestras vidas ¡como ningún otro libro puede hacerlo! Tiene Palabras que llevaron al universo a la existencia. Estás serán las palabras de Cristo encontradas en la Escritura las que llaman a una existencia una nueva vida para ti. Te convertirás en una “nueva creación”. Si no tenemos hambre o sed por la Palabra de Dios, podemos pedirle que nos la de. Como David dijo en el Salmo 119:162 “Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos”.
La oración es una parte importante del proceso de cambio. Debemos orar por nosotros mismos y por otros, ciertamente, pero que gran cambio puede suceder cuando un grupo se compromete en oración intercesora en nuestro nombre.
Aunque protesten, la nuevas personas en nuestro grupo de programa de consejería son presentados a la iglesia en una reunión en una noche especial a los que a muchos de los miembros de la iglesia se les pide que hagan un compromiso de orar por estas nuevas personas durante el año que están con nosotros. Es vergonzoso para los miembros del grupo pararse delante de la iglesia y admitir que han venido a nuestro ministerio, pero los beneficios sobrepasan la incomodidad momentánea. Para la mayoría de la gente, el año en nuestro programa de un año “viviendo dentro” es el año más lleno de poder de sus vidas.
En el libro de Hebreos, se nos dice que nos preocupemos los unos por los otros (Hebreos 10:24). Aunque nuestra iglesia puede no estar motivada en este sentido, es importante para nosotros obedecer este mandamiento. Dios nos mantendrá responsables y no aceptará la excusa de que “nadie más lo estaba haciendo”. Encontraremos que si buscamos compañerismo, estará allí disponible para nosotros. Si nos interesamos en otros, el premio regresará en nuestra dirección.
Dios también nos pide que sirvamos en nuestras iglesias. “When I get my act together, I will serve the Lord” no es una excusa válida para la falta de servicio. El servicio no debería ser una fantasía para el campo misionero o para los sueños de compartir un sermón que haga temblar la tierra.
El Servicio más común se traduce en ayudar a alistar la iglesia para la alabanza del domingo en la mañana o ayudar en la sala cuna. También podría implicar compartir tu fe con un amigo o un vecino. Todos tienen un servicio que hacer sin importar su nivel de madurez cristiana. Mientras derramemos a nosotros mismos a favor de aquellos que están a nuestro alrededor, Dios nos llenará con gozo rebosante. He escuchado a muchos cristianos objetar “hacer lo normal”. Ellos argumentan que los cambios que ellos necesitan son cambios mayores, dramáticos; la simple asistencia a la iglesia normalmente no lo hará. Es cierto, algunas personas necesitan mucha ayuda, pero la base para un cambio debe ser cuidadosamente cimentada. ¿Qué arquitecto construiría un edificio de un millón de dólares con estructuras de madera? Jesús dijo que debíamos construir sobre roca sólida: obediencia a Su Palabra (Mateo 7:24-27).
Dios honra nuestra obediencia diaria. Cuando llega la tormenta, el nos sostiene. Su poder nos salva del desastre. Pero Él no hará nuestra labor. Si estamos esperando alguna experiencia extraordinaria sobrenatural, tendremos una larga espera. Hacer lo común podrá parecer una pérdida de tiempo, pero cada acto de obediencia nos empuja más allá en el proceso de cambio. La mayor parte del tiempo, el cambio llega silenciosa e imperceptiblemente. Únicamente cuando paramos y miramos atrás nos damos cuenta de lo lejos que hemos llegado.
PASO 6 – Preparándose para la oposición
Hay dos entes que no quieren que tu vida cambie: la carne y Satanás. Ambos interactúan muy bien juntos, es difícil saber quién está en control. Muchas de las iglesias de hoy son una herramienta involuntaria, apoyando la idea de que “ser gay es bueno”. Ellos profesan que la homosexualidad es una alternativa viable y un don de Dios.
“He aquí yo estoy contra aquellos que profetizan sueños mentirosos, dice el Señor, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová” (Jeremías 23:32)
La carne siempre quiere lo que es fácil de obtener. Nunca está interesada en algo que requiera dolor o esfuerzo. Siempre quiere regresar a lo que es cómodo. Ya que Jesús ganó la victoria en la cruz, el enemigo está severamente incapacitado en cómo podría pelear contra la Justicia y aquellos que representan esa Justicia. Sus herramientas son ahora la decepción y aquellas cosas que tontamente nosotros le dejemos en sus manos.
La homosexualidad es una de esas cosas. Crecemos con ciertas necesidades que no son suplidas. Decidimos que nos haríamos cargo de nuestras vidas y supliríamos esas necesidades a nuestra propia manera. Cuando tomamos decisiones erradas, el enemigo estaba allá empujándonos por el camino de destrucción.
Ahora, como cristianos, el enemigo pasa más trabajos en controlarnos. Podríamos tomar menos decisiones que nos pongan en sus manos, pero aun podemos ser engañados. Lo que sigue son algunas de las formas en las que él seguirá intentando controlarnos y separarnos de nuestro Maestro y Protector.
Ataques personales
Nuestras diferencias de opinión con otros cristianos pueden causar que nos sintamos alienados del Señor y de otros en el cuerpo de Cristo. Desacuerdos ocasionales son normales, pero Satanás puede tomar ventaja completa de nuestras dificultades con otros cristianos.
Un joven consejero fue encontrado en su cuarto con otro joven de la iglesia. Un miembro de la Junta que era nuevo en nuestro ministerio entró e inmediatamente concluyó que algo sexual estaba sucediendo. Hizo algunas acusaciones sin garantía y a la mañana siguiente, el consejero se había ido. Sin duda, él estaban pasando un tiempo difícil ajustándose a su nuevo estilo de vida y la acusación del miembro de la Junta era todo lo que él necesitaba para desanimarlo al punto de llegar a rendirse.
Los cristianos son tremendamente imperfectos, como si no lo hubiéramos notado. Nos hieren y nos hacen juicios dolorosos. Ellos nos siempre buscan soluciones bondadosas a los problemas. No debemos permitir nuestra tendencia natural hacia la auto preservación y conmiseración para exagerar esos ataques.
Responder con ira y resentimiento es exactamente lo que el enemigo desea y él ha usado esas cosas para hacer que muchos abandonen su caminar cristiano. A menos de que no estemos atentos de nuestra responsabilidad hacia la incoherencia de otras personas, Satanás usará esos incidentes para segar desconfianza, desilusión y resentimiento. Esta es la razón por la que Pablo nos advierte en 2 Corintios 2:11 “perdónense para que Satanás no gane ventaja sobre ustedes”.
Instrumentos de Satanás
Aburrimiento: Las personas en el estilo de vida homosexual ha usado el sexo como la respuesta para el aburrimiento. Esto se mantiene como una gran tentación, ya que todas las personas son tentadas a regresar a sus viejo patrones de comportamiento cuando no se sientan a gusto y en búsqueda de escape.
El estilo de vida gay es un estilo de vida de excesos. A veces parece que hubo más traumas en un año de lo que otros experimentan en toda una vida. Los altos y los bajos no fueron naturales. Algunos tomaron drogas o alcohol para sobrevivir en una vida de confusión y distorsión.
En medio de toda la actividad frenética, también había tiempos de aburrimiento. Si existían esos momentos de aburrimiento en el estilo de vida gay con todos sus encantos y actividades, luego la vida cristiana tendrá también sus tiempos no muy emocionantes.
Parte de aprender cómo vivir una nueva vida es renunciar a la paz antinatural que alguna vez experimentamos y aprender una nueva, un más tranquilo estilo de vida. Ahora somos retados a descubrir cómo usar nuestros tiempos solos constructivamente en lugar de volvernos a las fáciles y pecaminosas soluciones del pasado.
Soledad: Nos volvemos solitarios cuando no tenemos buenas e íntimas relaciones con otros. La soledad es bien diferente de es estar solo. Muchos aprovechan su tiempo solos de tal manera que hacen estudios bíblicos y oración intercesora. En realidad no tenemos el derecho a estar solos. Hay muchas necesidades insatisfechas a nuestro alrededor que hacen que la soledad en realidad sea una forma de egoísmo.
A menudo detrás de la soledad está la autocompasión, ira hacia otros y un deseo de venganza. De qué manera el enemigo le gusta al enemigo hablarnos con pensamientos negativos en nuestra mente sobre otros: “¿Dónde están ellos cuando los necesito? A nadie le importo. ¿Para qué me molesto en ir a la iglesia cuando nadie se percata de que estoy ahí? A ellos no les importa y a Dios no le importa”
¿Te ha dicho el enemigo alguna vez esas palabras? A la mayoría de nosotros sí. Cuando estamos solos, tenemos la opción de buscar a alguien que necesita de nuestra amistad. Una dama cristiana que conozco encontró gran gozo en llevarse a sus mascotas cuando visitaba ancianitos. Le encantó ver a gente mayor regresar a la vida cuando interactuaban con sus mascotas. Es difícil de justificar la soledad a menos que te encuentres encerrado en la celda de una cárcel.
Depresión/Desespero/Desesperanza: Parece haber un gran desacuerdo en cuanto a las causas de la depresión. Esta puede tener una gran variedad de factores que la causan; sin embargo, hemos notado que en muchas ocasiones también está enraizada con el egoísmo y la autocompasión. El estar contrariado puede llevarnos a la depresión. Muchos que han estado acostumbrados a tener las cosas a su modo caen en depresión cuando se les pide obedecer al liderazgo de otros o a la incitación del Espíritu Santo.
El desespero puede ser simplemente impaciencia con Dios, no querer que el cambio llegue en Su tiempo. Ningún hombre puede darle a Dios un cronograma. Dios no se moverá de acuerdo a nuestros horarios o a condiciones puestas sobre nuestra obediencia. Lo hemos escuchado muchas veces: “Le daré un año a Dios para que me cambie, no más; si Él no actúa, reasumiré mi estilo de vida gay”.
La actitud que Dios requiere se encuentra en el libro de Habacuc “Aunque la higuera no florezca, ni en la vides haya fruto…. Y si los campos no dan sus cosechas, con todo me regocijaré en Jehová, en el Dios de mi salvación yo me gozare. Jehová el Señor es mi fortaleza” (Habacuc 3:17-19).
Motivos pasajeros
En toda interacción positiva con otros cristianos, tú estarás en una constante búsqueda de motivos ocultos. Todos los líderes cristianos serán sospechosos de ser corruptos. El cinismo es una de las herramientas favoritas de Satanás. Por medio de ella, él efectivamente nos bloquea de recibir las cosas buenas del Señor. Sí, el estilo de vida homosexual era un estilo de vida cínico; salimos lastimados muchas veces y esperamos serlo. Perdimos nuestra confianza en la gente.
Escena retrospectiva: Muy pocos encuentros sexuales en el estilo de vida gay podrían ser considerados grandiosos. Casi siempre, hay un elemento que deseas hubiese podido ser mejor. A menudo nos sentíamos usados y degradados después de tal encuentro. Satanás, sin embargo, tiene una forma de lanzar escenas de experiencias sexuales previas en nosotros. En los recuerdos que nos presenta, todas las connotaciones negativas no se encuentran involucradas. Recordamos solo lo positivo. Comenzamos a desear repetir la experiencia de algo que en el momento fue humillante y no nos aportó nada.
El también nos tienta por medio de nuestra tendencia natural a hacer asociaciones. Todos somos activados por cierta música, olores, sonidos e imágenes visuales. Esas evocan recuerdos distintos, vívidos de experiencias pasadas.
Cuando Satanás nos tienta a usar nuestras asociaciones como herramienta para hacernos tropezar, necesitamos resistirlo y traer nuestros sentimientos y respuestas ante el Señor. Sin importar que tan placenteras puedan ser estas asociaciones, debemos percatarnos de su potencial para separarnos de Dios influenciándonos a ver nuestro pecado de una manera positiva.
Intereses fuera del Reino: Cuando un individuo comienza a hacer compromisos serios de seguir al Señor, es asombroso ver cuán a menudo se le presenta la oportunidad de tener “el trabajo de su vida”. Esta podría ser una especial bendición de Dios, pero también puede ser un juego del enemigo para separarlo a él del cuerpo de Cristo.
Esto es especialmente verdadero si el trabajo requiere que trabaje en las noches o los domingos cuando el mayor compañerismo tiene lugar, o requiere que él se traslade lejos del compañerismo que le ha provisto amigos íntimos.
Los pasatiempos y los intereses especiales pueden tener este efecto también. Conozco a un coleccionista de carros quien recientemente consiguió el carro clásico que siempre deseo. Esa sería la última vez que lo veríamos, mientras se dedicaba devotamente cada hora del día y de la noche a la interminable restauración de este automóvil.
Cuando no sumimos en nuestros intereses en extremo, las cosas espirituales comienzan a parecer estar desconectadas de la vida real. La iglesia, el compañerismo, la oración y la lectura bíblica son vistas como poco importantes si no una total pérdida de tiempo.
El cumplimiento de un sueño de toda la vida –el amante cristiano: Cuando alguien que fue homosexual interactúa con cristianos, hace una observación: “de los cristianos se puede depender, son maduros, confiables y dignos de confianza. De hecho ¡ellos tienen todas las cualidades que he buscado en un amante!”
Aquí hay cristianos con las calidades de carácter que creemos podrían haber prevenido el rompimiento de las relaciones amorosas del pasado: son tremendamente comprometidos, no son egocéntricos, honestos, financieramente responsables y generosos. Cuando esta percepción cae en el antiguo homosexual piensa con un grito de Aleluya, “¡puede funcionar!” Una nueva vista se abre ante él.
Pero, ¿puede funcionar? He observado que precisamente esto sucede entre las personas que hemos aconsejado. Satanás usualmente planta pensamientos mutuos en las mentes de dos de esas personas. Se descubren el uno al otro, comienzan a comunicarse y compartir sus deseos, y eventualmente caen sexualmente juntos.
El resultado puede expresarse en una palabra: ¡culpa! El Espíritu Santo no permite que estas relaciones funcionen tranquilamente. La convicción y el remordimiento plagan al menos a uno de las partes y ambos comienzan a darse cuenta de que han perdido el respeto el uno por el otro. La paz solo se vuelve a ganar después de que se arrepienten y abandonan su involucramiento sexual y emocional. Para proseguir con el involucramiento después de que Dios ha puesto Su pie y dicho “No” es necesario que sea manejado alejándose de Dios y de otros cristianos. Eventualmente una conciencia nublada completará la alienación traída por el pecado.
Buscando lo negativo
Ciertamente la mayoría podemos caer en la depresión buscando cosas negativas. Las cosas negativas no tienen final si vamos a buscarlas. Sin embargo, mientras leemos las escrituras, encontraremos que Dios nunca bendice la murmuración; esta es considerada rebelión contra Dios. Si buscamos cosas positivas en la vida –y las hay- experimentaremos gran gozo y alegría y encontraremos a Dios trabajando en nuestra vida.
Incredulidad. Satanás nos susurra “Dios realmente no está allí. Cristiano: ¡estás sumido en una fantasía! Después de la muerte, no hay nada y piensa en todo el sexo del que te estás perdiendo. Esta es la época más importante de tu vida ¡y la estás desperdiciando!” ¿Estas cosas te suenan familiares? Por supuesto que sí. Satanás le dice a todos esas cosas sea que tengan problemas de homosexualismo o no.
Nostalgia. Como muchos misioneros saben, el enemigo provee contrastes decepcionantes entre el lugar donde están sirviendo y casa. Los hombres que ingresan a nuestro programa de un año también deben enfrentar las distorsiones de la verdad que hace Satanás. La razón por la que salieron de su casa y viajaron muchos kilómetros para buscar ayuda para su problema era porque estaban en un continuo patrón de fallas en casa. Allí, los viejos amigos y las áreas de tránsito que producían tentaciones los mantenían encerrados en sus adicciones.
Mientras experimentan dificultades con honestidad y sinceridad, Satanás trata de empujarlos lejos y separarlos de la sanidad que ahora están recibiendo. El enemigo está sumamente molesto por su progreso en desarrollar un nuevo estilo de vida que no lo incluye. Casa será visto como un escape y un lugar de refugio de las exigencias del proceso de cambio. Algunas veces tratamos de olvidar la razón por la que salimos.
Cinismo. Si hay un trato anulante encontrado en la comunidad gay, ese sería el cinismo. Ridiculizado por los padres, semejantes y un mundo hostil, la persona gay ha aprendido a no esperar nada de otros.
El mundo gay en sí mismo experimenta gran rechazo por las personas que no se ajustan a los exactos estándares de edad, buena apariencia y un gran físico. Un espíritu crítico, juicio y cinismo son parte de la personalidad del enemigo y el de buena gana comparte esos rasgos negativos contigo.
Por medio de esas cosas, el enemigo te pondrá en aislamiento en donde no te percatarás el proceso regenerativo de Dios. En lugar de disfrutar y aprender de otros, te encontrarás juzgando a otros.
Defensa
Sea que lo sepas o no, somos poderosos frente al enemigo. El poder no está en nosotros, sino en el Nombre y autoridad de Jesús. Dios no nos ha dado un espíritu de miedo, cobardía, sino de poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Satanás se nos acerca con mentiras y verdades a medias. Tenemos todo el derecho y la responsabilidad de rechazar todas sus incursiones en nuestras mentes y en nuestras vidas.
Uno de los trucos de Satanás es hacernos creer que sus sugerencias en realidad son nuestros pensamientos. Luego, él nos dice cuan culpables deberíamos sentirnos de tener tales pensamientos. No tenemos que soportar la responsabilidad por las cosas que envía, ¡pero tenemos que luchar!
Nuestra carne prefiere rendirse y levantar la bandera blanca. Necesitamos recordar, ¡la carne es del otro bando! La carne se alegra de responder a cualquier invitación a pecar. La carne también criticará nuestra defensa con mensajes como “¡Estás peleando justamente con lo que más deseas!” No es justo contigo esperar desechar tales pensamientos tan deleitosos. No hay maldad en ellos de todas formas. Ríndete y disfruta de lo que está siendo ofrecido”.
¡Sostengamos nuestras armas! No rindamos el control ni a la carne ni a Satanás. ¡No tenemos que vivir una vida derrotada! Martin Lutero tuvo momentos de gran guerra espiritual. En uno de los poderosos himnos que escribió “Castillo fuerte es nuestro Dios” dijo:
“For Still our ancient foe, Doth sep to work us woe, his craft and power…”
Si resistimos a Satanás, él se irá por un tiempo. Es nuestra responsabilidad traer delante de Jesús todas nuestras tentaciones, sentimientos y deseos malignos para que así pueda limpiarnos.
Debemos asumir la responsabilidad por aquellas cosas en las que hemos participado y disfrutar y recibir el perdón que El nos ofrece gratuitamente. No hay razón para esconder cualquier cosa de nuestro Señor. Él lo ha oído todo, y está listo para pelear por nosotros mientras nosotros nos volvemos a él en rendición confiada.
“El Señor tu Dios ha ido delante de ti, el peleará por ti” (Deuteronomio 1:30)
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Acerquémonos sin miedo, confiada y tranquilamente al trono de la gracia, el trono del favor inmerecido de Dios para nosotros los pecadores; para que podamos recibir misericordia (para nuestras fallas) y encontrar gracia para la ayuda a tiempo cuando sea apropiada y justo en el momento, llegando justo cuando la necesitamos” (Hebreos 4:15,16 Ampliada)
Publicado originalmente como
Fist Steps out of Homosexuality por Frank Worthen. Copyright 1984, 1991 by Frank Worthen. Usado con permiso.
La mayoría de este material fue extraído del libro Ayudando a Gente a Salir de la Homosexualidad.
Traducido por Javier González