La homosexualidad y el cristiano: ¡Volviendo la espalda al pasado!
Más y más hombres y mujeres homosexuales están encontrando la liberación de su homosexualidad mediante la experiencia del nuevo nacimiento en Jesucristo. A través de esta experiencia sobrenatural, ellos pueden abandonar la inmoralidad y volverse a Dios, hallando su perdón y limpieza del pasado. El poder del pecado es roto. El juicio de Dios contra el pecado es cancelado. El que era homosexual es ahora una nueva persona, con una nueva identidad como amigo de Dios y miembro de su eternal familia. Y todos viven felizmente después… ¿bien?
Bueno, sí y no. Cuando una persona se arrepiente del pecado y hace una entrega sincera a Jesús, él o ella comienzan una nueva vida, con una base nueva y sólida. ¿Para qué es esa base? Para construir sobre ella. Cuando una persona viene a Cristo, esto es sólo el principio. La salvación es realmente un continuo proceso de cambio…de ser transformado de una vieja naturaleza de pecado a la naturaleza de Dios. Y la experiencia del nuevo nacimiento es sólo el punto de partida de este nuevo viaje de distanciamiento del pasado.
Por largo tiempo, muchos cristianos han creído la errónea opinión de que una vez que una persona viene a Cristo, todos sus problemas terminan. Algunos tienen la idea de que Dios ondea su varita mágica sobre una vida destrozada por el pecado y ¡zas! todo queda instantáneamente nuevo, restaurado y libre de problemas. Todos los que hemos sido cristianos por más de una semana sabemos que esto no es así.
Aunque venimos a ser una nueva criatura en Cristo, como nos dice 2 Corintios 5:17, venimos a Él tal como somos, con todas nuestras dificultades y problemas. Estos problemas simplemente no siempre se desvanecen con la salvación.
Frecuentemente Dios tiene que trabajar con nuestras torceduras por algún tiempo. Muchos ex-homosexuales pronto descubren -para su asombro- que los residuos de la “vieja vida” permanecen ahí por un tiempo. Los viejos deseos, las tentaciones y los patrones de hábitos todavía nos acechan por dentro, necesitando sólo el estímulo adecuado para despertarlos de nuevo.
Muchos nuevos cristianos con un trasfondo homosexual hallan esta realidad muy perturbadora. Muchos se sienten amenazados, temerosos y hasta empiezan a dudar si ellos han sido salvos, cambiados o que ellos pueden continuamente vencer. Ellos temen que la vida siempre será una lucha para reprimir el pasado, o, lo que es peor, que ellos serán eventualmente vencidos por él.
Pero del testimonio de la Palabra de Dios y de aquellos que han encontrado liberación de la homosexualidad, realmente hay victoria. Debido a que esta es una lucha común, este tratado ha sido preparado basado en las preguntas más frecuentes que formulan los ex-homosexuales. Yo confío en que tú serás estimulado y que verdaderamente verás que Dios pude continuar y completar la buena obra que Él ha comenzado dentro de ti.
Preguntas más frecuentes
P.- Aunque he nacido de nuevo y me he entregado a Cristo, todavía lucho con la tentación y deseos homosexuales ¿Significa que aún soy homosexual?
Esta pregunta que se hace frecuentemente refleja punzadas de miedo y duda. No porque tú hayas venido de un trasfondo homosexual y aún experimentes tentaciones homosexuales, de ninguna manera significa que todavía eres homosexual. Necesitas que tu mente y emociones sean continuamente limpiadas y renovadas por el Espíritu de Dios, pero tú no eres homosexual. De hecho, eres bastante normal. No importa que vengas de un trasfondo o antecedentes homosexuales o heterosexuales, cuando te has manchado con la inmoralidad, por lo regular estás más sujeto a las tentaciones sexuales. La tentación no es pecado. Ni tampoco es evidencia de debilidad o de que no seas libre. Naturalmente, Satanás te va a estar recordando tu pasado, un pasado que Dios ha perdonado y olvidado. Satanás no te puede obligar a pecar, pero él puede estar dispuesto a atormentarte con miedo y dudas. Él quiere que creas que no estás realmente libre. Él quiere convencerte de que no puedes vencer, que no podrás vencer, y que cederás al pecado tarde o temprano. Satanás desea separarte de Dios con el pecado y derrotarte con desesperación. Pero esto no te tiene que suceder a ti.
La Palabra de Dios nos dice que la tentación es común en todos nosotros, y no debes sentirte sorprendido ni desanimado cuando eres tentado y probado. Hasta el mismo Jesús fue tentado en todo como nosotros, pero Él nunca cedió. Cuando los pensamientos pecaminosos se despiertan, tú, como cristiano, tienes la opción de darles muerte. En Cristo tienes el maravilloso poder de escoger el decirle NO a todo impulso pecaminoso. Claro, tu carne puede ser excitada fácilmente, y tal vez desee ceder a los placeres temporales del pecado. Pero tú no tienes que dejarte llevar por esos impulsos. Tú puedes hacer que esos impulsos mueran no cediendo a ellos. Con el tiempo, estos malos deseos perderán su fuerza -siempre y cuando no los alimentes-. La tentación a pecar, por lo regular, viene cuando tu resistencia espiritual y emocional está baja…cuando te encuentras cansado, frustrado, solo o deprimido por ejemplo. Así es que, guárdate. Es por eso que la oración diaria, la lectura de la Biblia y la comunión con otros cristianos son tan vitales para su salud espiritual.
Aunque no siempre puedes impedir que las tentaciones vengan, si puedes evitar que ellas impulsen tu “vieja naturaleza” a la acción. La batalla comienza en la mente y es allí donde se puede ganar o perder. Pero esta es una batalla que se puede ganar. La Biblia dice que nosotros en Cristo, somos vencedores, que somos más que vencedores. Obviamente el vencer y conquistar implica lucha. Pero Dios está a nuestro favor. El, aún más que nosotros mismos, desea que triunfemos. Por tanto, no permitas que Satanás te atormente con miedo y duda. La batalla en la cual te encuentras es cosa común y hay victoria todos los días en Jesús.
P.- Aunque he nacido de nuevo, encuentro que todavía soy atraído al mismo sexo ¿Cambiarán estos deseos alguna vez?
Todo depende de lo que quieras decir con “atracción al mismo sexo”. Si es que estás luchando con la lujuria y con la tentación de sostener relaciones homosexuales, estos impulsos pecaminosos pueden y deben ser puestos a morir. Tales deseos reflejan tu continua necesidad de limpieza y sanidad. Sin embargo, todos nosotros somos atraídos a otras personas por una variedad de razones, incluyendo la apariencia y cualidades de carácter. Esta atracción incluye el mismo sexo y no es homosexual o impuro (aunque cualquier relación tiene el potencial de llegar a ser impura, que es por lo cual la Escritura nos advierte que debemos velar nuestros afectos). De lo que realmente estamos hablando aquí es de motivos. Todos nosotros anhelamos amor, afecto y aceptación. Sin embargo, los homosexuales han estado tratando de cubrir estas legítimas necesidades por medios equivocados. Como cristianos nuevos, cuando a estas necesidades se les muestra puros y afectos y aceptación por miembros del mismo sexo, puede ser una moneda de dos caras; por fin, una necesidad es cubierta en una forma pura, y sin embargo el ex-homosexual teme que su propia respuesta será impura.
En cuanto a ti se refiere, no dejes que este miedo común te impida desarrollar y disfrutar relaciones puras y piadosas con miembros del mismo sexo. Si tienes dudas y temores acerca de tus motivos hacia alguien, habla con Dios. De todos modos Él sabe. En su amor, Él te ayudará a crucificar cualesquiera deseos pecaminosos y te ayudará a re-aprender lo que es amor y afecto aparte de sexo (algo que Dios tiene que enseñar a muchos homosexuales y heterosexuales en estos días). Si alguna vez te hallares en una situación encaminada hacia el pecado, entonces detente, da marcha atrás y toma control. Tú tienes que dar cuenta a Dios por el uso o mal uso de tu cuerpo…y por causar que otro tropiece. Recuerda, el amor y afecto expresados entre personas del mismo sexo no es homosexual. Es un reflejo de que Dios nos ama y nos acepta. Mientras te acercas a Dios, Él continuará sanando tus temores e inseguridades de modo que puedas ser libre para disfrutar de relaciones sanas e inmaculadas tanto con personas del mismo sexo como del sexo opuesto.
P.- Desde que me convertí en cristiano, he vencido mi conducta homosexual ¿Quiere decir esto que debo considerarme como un homosexual no practicante?
¡NOOO!. Cuando tú te rindes a Cristo, VERDADERAMENTE te conviertes en una nueva persona mediante la experiencia sobrenatural del nuevo nacimiento. No tienes ni siquiera que referirte a ti mismo como un “ex-homosexual” (yo uso ese término como un punto de referencia). Aunque tal vez luches con viejos deseos (y TODOS nosotros lo hacemos de una u otra manera), eres una nueva criatura y estás en el proceso de convertirte en todo lo que Dios quiere que tú seas. Dios ha comenzado una buena obra en ti y Él promete completarla si te rindes a Él. El mundo no podrá entender la realidad de la libertad del pecado y esclavitud, pero es la opinión que Dios tenga de ti lo que cuenta. Aunque has sido rechazado y llamado un don nadie, un fracaso y un afeminado, Dios dice que tú le perteneces, y Su Palabra está llena de cosas maravillosas acerca de ti. Por ejemplo, Dios dice que tú eres: la niña de Su Ojo; su escogido y amado; un Rey y Sacerdote para El; tú eres su hijo; perdonado y librado de pecado; fuerte en el Señor; santo y sin culpa y aceptado en Cristo. También estás muerto al pecado y libre de condenación; completo en Cristo y estás siendo transformado a su imagen. Tienes vida eterna; has vencido al mundo, todo lo puedes en Cristo…y mucho, mucho más.
P.- Como un cristiano nuevo con un trasfondo homosexual ¿Debo cortar las relaciones con mis amigos homosexuales?
La Biblia nos dice que una vez que nacemos de nuevo, hemos sido trasladados de una vida de tinieblas al Reino de la Luz…y ya no tenemos un lazo común con la vieja vida. Generalmente hablando, es sólo perversión sexual lo que une a los homosexuales en primer lugar. Cuando el Señor te libra de esa depravación, ¿Qué es lo que realmente te queda en común con la vida homosexual? La Biblia también nos advierte que el mantener compañía con los perdidos nos puede arrastrar hacia abajo, y hasta arruinar la buena obra que Dios está haciendo en nosotros. No es fácil decirle adiós a esas relaciones que son parte de nuestro pasado. Pero frecuentemente tenemos que volvernos y alejarnos de ellos por nuestro propio bien. Dios te puede permitir la oportunidad de compartir tu experiencia cristiana con tus amigos homosexuales, pero recuerda, tú no los puedes salvar…sólo Dios puede hacerlo. Cuando te separas de la vieja vida, no necesitas ser rudo ni santurrón; tampoco es necesario que tengas que dar excusas por la nueva vida que tienes en Cristo, Pero no te sorprendas si tus antiguos amigos no entienden lo que ha sucedido contigo. Ellos tal vez se mofen de ti y te ridiculicen. Debes entender que ellos aún están en pecado y ciegos a la verdad. Cuando Dios requiera que te muevas hacia adelante, El tendrá algo mejor para ti: algo puro y correcto. Así es que confía en Él.
P.- Aunque he vencido la homosexualidad a través de Cristo y un día espero casarme, ¿podrá mi pasado impedirme tener una vida heterosexual normal?
No tiene que ser, ni debe ser así. Muchos ex-homosexuales están disfrutando la bendición y satisfacción de un matrimonio heterosexual y criando familias. Ciertamente sabemos que el matrimonio no es una panacea para la homosexualidad. Sin embargo, si Dios te llama al matrimonio no necesitas vivir en terror y miedo. Si Dios desea que te cases. Él te permitirá ser TODO el amigo, amante (y padre) que tú necesitas ser.
Muchos ex-homosexuales no tienen tanto miedo al sexo en el matrimonio como a fracasar en cumplir con las responsabilidades sociales y morales que conllevan un compromiso de por vida. La falta de interés en el sexo opuesto (sexualmente) es solamente el síntoma superficial de los temores e inseguridades. Deseo decir que la sanidad de tu identidad sexual, orientación e imagen propia son necesarias para poder tener un matrimonio exitoso. Sin embargo, el ser sanado no significa que repentinamente tú vas a estar codiciando al sexo opuesto. Así es que no te sientas inferior o “no sanado” por el sólo hecho de que no te sientas impulsado a brincar a la cama con el sexo opuesto. Si tú verdaderamente crees que Dios desea que te cases, entonces busca consejo, todo el mundo puede hacer uso de eso antes de hacer un compromiso matrimonial que cambiará toda su vida.
Dios conoce tus temores, dudas y sentimientos de insuficiencia. Él puede sanar y restaurar tu imagen propia y te dará la confianza necesaria para enfrentarte a toda situación. Todo lo puedes hacer a través de Cristo, bien sea permaneciendo soltero, casándote o trabajando hacia el objetivo de un matrimonio sanado.
Comentarios finales
- Trata de conocer y amar más a Dios a través de la oración diaria y de la lectura de la Biblia. Dios desea una íntima relación contigo. Mientras más le conozcas y le ames, menos considerarás engañarlo y regresar al pecado. El pecado vendrá a ser menos y menos deseable, y sus consecuencias más evidentes.
- Quita la mirada del pasado y fíjala en Jesús. ¿Saliste de un trasfondo homosexual? ¡Magnífico! La homosexualidad ya no es más tu vida, así que deja de relacionarlo todo a ella…Ya esto no le interesa más a Dios, así es que deja de mirar atrás. Es una historia muerta, deja que Dios te ayude a mantenerla enterrada.
- Determina continuar adelante con Dios. No importa que nadie quiera ser tu mejor amigo. Sigue adelante con Dios. No importa si fallas, tropiezas, cometes errores; no dejes que ello te aleje de tu objetivo. Levántate y sigue adelante con Dios. Recuerda que solo fallarás si dejas de intentar.
- Busca la confraternidad. Tal vez tú necesitas sostén adicional y estímulo de algún grupo “ex-homosexual” de ayuda. Aunque estos grupos frecuentemente son escalones vitales para alejarte del pasado, ellos no son un fin en sí mismos. Así es que no limites tus relaciones a un grupo de ayuda solamente. Aunque pertenezcas o no a tal grupo, necesitas desarrollar relaciones saludables con otros cristianos que no tienen un trasfondo homosexual. Al hacerlo así, descubrirás que tus problemas no son realmente tan diferentes de los que tienen los demás.
Si permaneces fiel al Señor, y no te entregas a la paranoia y la auto-compasión, vas a encontrar también amor, aceptación, confraternidad y un sentido de que realmente perteneces, donde tu pasado ya no será un asunto a discutirse.
Para terminar, aun cuando este tratado está lejos de ser uno a fondo, confío en que tú has sido estimulado, y algunas de tus preguntas contestadas. Si deseas más información o ayuda, comunícate con nuestro ministerio para consejo y selección de nuestra literatura sobre este tema.
Escrituras alentadoras
Romanos 7:14-24, 8:1-3; I Corintios 6:9-11; II Corintios 5:17; Efesios 2:1-10; Hebreos 12:5-17; II Pedro 1:3-11; I Juan 1:9; II Timoteo 4:18 y Judas 17-25.
Referencias escriturales
Salmos 17:8; I Tesalonicenses 1:4; Apocalipsis 1:16; I Pedro 1:23, Efesios 1:7; Colosenses 1:13; Efesios 6:10; Efesios 1:4; Romanos 6:2, 11 y 8:1; Colosenses 2:10; filipenses 1:6; Juan 6:47; I Juan 14:12.
Traducido del inglés por Rafael Angel M.