La homosexualidad y el cristiano
Nota aclaratoria: Este artículo está dirigido principalmente a hombres y mujeres cristianos y/o que manifiestan tener una atracción, no deseada, hacia personas de su mismo sexo. No se pretende de ninguna manera atacar, prejuzgar, ni señalar de manera negativa o condenatoria a quienes han decidido vivir un estilo de vida homosexual. Para poder ser entendido en su plenitud, debe usted haber nacido de nuevo y tener una convicción sobre el plan de Dios para su vida y el diseño de Dios para su sexualidad. Respetamos profundamente el libre albedrío de cada persona y nos pronunciamos en contra de cualquier acto de violencia, rechazo, abuso verbal o físico hacia la comunidad gay. Creemos que Dios ama a cada ser humano independientemente de su actual situación y estilo de vida, y desea tener una íntima y personal relación transformadora con cada uno de nosotros, independientemente de nuestro pasado y nuestro presente. Para más información sobre cómo ser cristiano, sobre cómo tener un encuentro personal con Jesucristo, por favor dé clic aquí.
¿Qué es la homosexualidad?
Cuando tratamos de ayudar a una persona a superar su homosexualidad, encontramos que muchas de ellas están confundidas sobre lo que verdaderamente es la homosexualidad. Muchas veces la persona abraza fuertemente la identidad “homosexual”, creando así un obstáculo más en su esfuerzo de aceptar su nueva identidad en Cristo. Hay otros que no desean aceptar que tienen atracción hacia el mismo sexo y se niegan a aceptar y afrontar la realidad. Esto sucede a menudo con los padres de familia o parientes que no desean aceptar la homosexualidad de un ser amado, incapacitándoles para afrontar una realidad que están negando. Para mayor comprensión de este problema, hemos preparado esta reseña, explicando nuestra opinión sobre qué es la homosexualidad desde el punto de vista cristiano.
Hasta ahora, ni la comunidad científica ni los grupos religiosos, ni los homosexuales han llegado a un acuerdo sobre la definición de homosexualidad. Sin embargo, Lauwrence J. Hatterer, autor de “Cambiando la Homosexualidad Masculina” dio esta definición: “Aquel que en su vida adulta está motivado por una atracción definida, preferencial, erótica hacia miembros de su mismo sexo, y quien, usualmente pero no necesariamente, tiene relaciones con éste”. Esta es una definición adecuada para trabajar con ella, pero una explicación completa de la condición de la homosexualidad es más profunda.
¿Se nace homosexual?
La mayoría de las personas homosexuales creen que ellas “nacieron” homosexuales. A menudo esta creencia brinda alivio y retira la responsabilidad para el cambio. Sin embargo, no existe sólida evidencia científica que una persona nace homosexual. La gran mayoría de las personas homosexuales no presentan ninguna alteración genética u hormonal: son hombres y mujeres completos en este sentido.
Conducta aprendida
Nosotros creemos que la homosexualidad es una conducta aprendida que fue influenciada por una serie de hechos: una ruptura en la vida familiar en la niñez, una falta de amor incondicional de parte de alguno de los progenitores, falta de identificación con el progenitor del mismo sexo. Más tarde estos problemas pueden resultar en una búsqueda de amor y aceptación, envidia del mismo sexo o del sexo opuesto, una vida controlada por diferentes temores y sentimientos de aislamiento. Parece que una cosa está clara: la homosexualidad es causada por una multitud de factores. Sería simplista pensar en una sola causa: temor al sexo opuesto, incesto o abuso sexual, madres dominantes, padres débiles u opresión demoníaca. Todo esto puede ser parte de las causas de la homosexualidad, pero sólo uno de estos factores externos en la vida de una persona, sus propias decisiones, juegan un papel importante en formar su identidad homosexual, aunque son pocos los que desean admitirlo.
¿Qué dice la Biblia?
La Biblia claramente dice en cinco diferentes lugares que la homosexualidad es pecado: Levítico 18:22, 20:13, Romanos 1:26-27, I Corintios 6:9-10 y I Timoteo 1:9-10. A pesar que la posición de las Escrituras sobre la conducta homosexual es muy clara, algunas personas se preguntan: ” ¿también dice la Biblia que los sentimientos homosexuales son incorrectos?”. Después de una larga exposición sobre la homosexualidad, Romanos 1 termina con este versículo: “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte (se refiere a la muerte eterna), no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican“. Es evidente aquí que aun el aprobar el estilo de vida homosexual es pecado. Colosenses 3:5 dice: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;“. De acuerdo con la Palabra de Dios, la lujuria sexual y la fantasía homosexual y heterosexual son pecado. Por el contrario, I Corintios 10:13 nos asegura que la tentación no es pecado: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. Existe una diferencia entre sentirse atraído hacia los actos homosexuales o la fantasía, y escoger rendirse ante esa atracción. Esta es la diferencia entre la tentación y el pecado. No podemos controlar por completo lo que nos sirve de tentación, pero sí está en nuestro poder decidir seguir esta tentación. Este poder de decisión se fortalece por el Espíritu Santo quien vive en nosotros.
Los cuatro aspectos de la homosexualidad
El asunto de la homosexualidad es mucho más que un simple acto sexual. Aquellos que han quedado atrapados en la homosexualidad, han ingresado en el ambiente homosexual en algún grado. Para comprender mejor las circunstancias de la persona que busca ayuda, hemos dividido la homosexualidad en cuatro aspectos diferentes: conducta, respuesta psíquica, identidad y ambiente homosexual.
Conducta
A menudo asumimos que todas las personas homosexuales tienen encuentros homosexuales, pero este no siempre es el caso. Asumimos también incorrectamente que todo aquel que practica actos homosexuales es homosexual. Pero la verdad es que estos actos no son un indicio verdadero de que una persona sea o no homosexual. Existe un número inmenso de hombres heterosexuales que tienen encuentros homosexuales por varias causas, como por ejemplo estar en la prisión o en otro lugar donde no es posible el sexo heterosexual. Tampoco creemos que un muchacho que ha tenido encuentros homosexuales a temprana edad, sea un homosexual, a menos que estos encuentros estén aparentemente llenando una necesidad emocional que no ha sido satisfecha de otra manera, como la necesidad de amor, aceptación, seguridad y significado. En ese caso, estos encuentros representan un “intercambio” por las necesidades no-sexuales que se “suplen” a través de los mismos. Esto puede llevar a una orientación homosexual. Sin embargo, las estadísticas muestran que muchos niños y adolescentes que se involucraron en algún tipo de acto homosexual, los dejan atrás, y maduran hacia una vida heterosexual normal. Por el contrario, existen personas con atracción al mismo sexo, que se han negado a tener encuentros homosexuales; por miedo o por una fuerte convicción religiosa, estas personas se abstienen de una conducta homosexual, pero pueden presentar una encarnizada lucha con pensamientos y tentaciones homosexuales.
Respuesta psíquica
Una breve definición de este término es: “excitación sexual (estímulo) causada por percepción visual o especulación de fantasía”. La respuesta psíquica es lo que la gente llama también “orientación homosexual”. A pesar de que muchas personas dicen que han experimentado atracción visual o sexual por el mismo sexo “desde que tienen uso de razón”, existe un patrón progresivo en la vida de una persona que conduce a una respuesta psíquica homosexual. El niño puede comenzar con la necesidad de compararse con otros para ver si satisface los valores impuestos por la sociedad. Cuando ve que él no se compara favorablemente con los demás, siente admiración por esas cualidades y características físicas que envidia, lo que le lleva al deseo de poseer a otros y finalmente al deseo de consumir a otros. Este deseo se erotiza en algún momento, resultando eventualmente así en lo que se considera como la respuesta psíquica. Esta respuesta psíquica a tomar la vida de otra persona se inicia con un poco de imaginación. Se imaginan situaciones sexuales. Cuando el primer encuentro sexual sucede, puede ser el resultado de varios años de planeamiento y fantasía. No obstante, la conducta homosexual puede preceder a la respuesta psíquica, resultante de una respuesta condicionada hacia encuentros placenteros y satisfactorios con el mismo sexo.
Identidad
Algunas personas entran en la homosexualidad por la “identidad”. Estas personas puede que no hayan experimentado atracción sexual por el mismo sexo, o no hayan tenido ningún encuentro homosexual. Sin embargo, desde temprana edad se han sentido “diferentes” de los demás. Se sienten anormales, como si no ocuparan un lugar en el mundo heterosexual. Ellos razonan de esta forma: “si no soy heterosexual, entonces debe ser que soy homosexual”. Claro que esta es una mala interpretación. Una vida cohibida por la timidez, miedo al sexo opuesto, falta de habilidad en los deportes y en lo social, no debe aceptar la identidad de “homosexual”. Sin embargo, la gente crece dentro de identidades. Una vez que se acepta a una identidad se comienzan a desarrollar en la vida de la persona, las características que esa identidad implica. Es por esta razón que es de mucha importancia lo que creemos de nosotros mismos.
Ambiente
Una persona homosexual puede insistir que no tiene responsabilidad alguna por su identidad, su respuesta psíquica, ni aun por su primer encuentro sexual, ya que este pudo haber sido forzado. Sin embargo, toda persona homosexual debe cargar con la responsabilidad de haber escogido entrar en el ambiente homosexual. No obstante, las personas entran en este estilo de vida en diferentes grados. Algunos viven en el mundo heterosexual la mayor parte del tiempo, y solamente buscan en el ambiente homosexual encuentros sexuales esporádicos e impersonales. Otros, en cambio, se sumergen totalmente en la subcultura homosexual donde trabajan, viven y socializan en un ambiente totalmente homosexual. Dentro de estos dos extremos, existen todos los demás grados de profundización en ese ambiente, pero para muchas personas, es en el ambiente homosexual donde han sentido de alguna forma la aceptación a un nivel superficial. A pesar de la aceptación disponible, el ambiente homosexual, a menudo se vuelve una forma de vida dolorosa y sin recompensa, especialmente para los homosexuales de edad avanzada quienes ya no son deseados sexualmente.
Como usted puede ver, en estos cuatro aspectos, la homosexualidad es un problema complejo con muchas definiciones y variaciones. Si alguien le dice: “yo soy homosexual”, verdaderamente le ha dicho muy poco sobre su persona. Es necesario mirar su vida más profundamente para determinar hasta qué grado la homosexualidad se ha convertido parte de su identidad. Esto también puede ilustrar por qué la homosexualidad puede ser un problema difícil de superar.
Es verdad que la salida de la homosexualidad no es fácil, pero hay miles que la han abandonado, y se han hecho “nuevas criaturas en Cristo”. Muchos se han casado y tienen familias, mientras que otros se mantienen célibes y viven vidas gozosas dedicadas al servicio de Dios. Dios nos da los deseos de nuestro corazón. A satanás no le complace cuando alguna persona se da cuenta del engaño de la homosexualidad y descubre la puerta. Hay muchas batallas que pelear, pero “mayor es El que está en nosotros que ese que está en el mundo”.
“No tengas miedo ni te desalientes, pues la batalla no es tuya, sino de Dios” (2 Crónicas 20:15)
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Revisión Junio de 2018.