Indicaciones prácticas para la vida cristiana
Sy Rogers
El punto fundamental para ser cristiano, es someterse a Cristo, mediante la obediencia, a Sus enseñanzas. La razón para hacer esto es tener una correcta relación con Dios. Cualquier relación que valga la pena requiere trabajo y un constante mantenimiento. Este hecho no cambia con el tiempo o con la madurez. Nunca llegamos a ser demasiado sofisticados en nuestro cristianismo de tal forma que lleguemos a pasar por alto las bases.
No hay una fórmula para la vida cristiana exitosa aparte de una vida totalmente rendida a Dios. Sin embargo, una vida cristiana provechosa es, en parte, el resultado de una combinación de varios ingredientes. Generalmente hablando, tenemos problemas con nuestro caminar con Dios cuando fracasamos en incluir uno o más de estos ‘ingredientes’ o indicadores.
Este artículo no tiene la intención de ser la ‘última palabra’ o un manual de “cómo cursar” esta materia. Pero esperamos proporcionar indicaciones bíblicas que sirvan como guía en tu relación con Dios y en tus relaciones con otros cristianos. Quizá el punto más importante a recordar, es que es Dios quien comienza la ‘buena obra’ dentro de cada uno de nosotros, y es Dios quien la completa. Depende de nosotros el estar dispuestos y rendidos, permitiendo que nuestro Creador cumpla Su propósito en nuestra vida.
Las tres grandes indicaciones
Hay tres ingredientes principales que necesitas llevar a cabo en tu vida en la guerra contra el mundo, la carne, y el diablo. No estoy sugiriendo que son sustitutos para el Espíritu Santo o para la gracia de Dios, pero son elementos vitales que las Escrituras nos exhortan a emplear.
Oración
Toda relación saludable y creciente requiere una comunicación regular. Una falta de comunicación provocará que cualquier relación llegue a ser distante, y finalmente llegue a marchitarse y a morir. Este mismo principio se aplica a tu relación con Dios. Solo imagina tratando de mantener un matrimonio íntimo si solo visitas a tu pareja un par de horas a la semana. Se necesita más que sólo un servicio dominical en la iglesia para tener una buena comunicación con Dios. DEDICA TIEMPO para hablar con Dios ¡TODOS LOS DÍAS! Lo necesitas. Tu tiempo especial con Dios deberá incluir alabanza, hacer tus peticiones personales y para otros, y tomar tiempo para esperar calladamente delante de Dios Su respuesta (Él lo hace). Recuerda, la oración puede cambiarte a ti y tus circunstancias. Puede tocar vidas e incluso cambiar la mente de Dios.
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias». —Filipenses 4:6
Lectura de la Biblia
Uno de los métodos de comunicación más prácticos que Dios utiliza con nosotros, es a través de Su palabra, la Biblia. Más que solamente un libro antiguo de consejos morales, las Escrituras son una colección de libros y cartas escritas para hombres que fueron inspirados por Dios. La Biblia comunica los planes de Dios, Su naturaleza y Sus normas para nosotros. Pero más que esto, la Biblia es un libro sobrenatural. Cuando lees regularmente, meditas, estudias, memorizas, y obedeces las Escrituras, ¡Tu vida comienza a cambiar! La Palabra de Dios revela el pecado, limpia y renueva el corazón y la mente, y contiene respuestas prácticas para los problemas de hoy. La clave aquí está en la lectura CONSTANTE. A menos que Dios te indique específicamente leer porciones de las Escrituras, debes tener un plan diario de lectura (se recomiendan 5 capítulos diarios o más). Para un mayor discernimiento de la Palabra de Dios, toma tiempo extra para estudiar las Escrituras en sus lenguas originales, hebreo y griego. Esto puede hacerse fácilmente con una concordancia de hebreo y griego, disponible en la mayoría de las librerías cristianas.
«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra». —2 Timoteo 3:16:17
Compañerismo cristiano regular
Dios no sólo quiere que tengamos una creciente relación con Él. Él quiere que tengamos relaciones puras y agradables con compañeros cristianos. Dios nos considera Su familia. Somos las ovejas del rebaño de nuestro Pastor, y somos el ‘Cuerpo’ de Cristo —Sus manos trabajadoras aquí en la tierra. También somos los ‘ladrillos’ que, unidos con amor, formamos parte de esa estructura viviente que Jesús llamó Su iglesia. Dios nos quiere unir regularmente para los siguientes propósitos: encontrar fortaleza y aliento a través del compañerismo, testimonios, oración colectiva, escuchar la predicación o enseñanza de la Palabra de Dios, para experimentar la obra del Espíritu de Dios y para reunir recursos para suplir necesidades. Este es el propósito de Dios para la reunión de gente llamada ‘iglesia’. Hoy, sin embargo, muchas iglesias son salones sociales carentes de vida en los cuales los ritos religiosos se realizan en el nombre del cristianismo. Si no estás obteniendo lo que necesitas en tu iglesia, ¡No permitas que la tradición te detenga para crecer en Dios! Busca una congregación cristiana con algo de VIDA ¡e involúcrate! Además de esto, necesitas y debes buscar tener una rutina de compañerismo cristiano durante la semana. El que acostumbremos a asistir a reuniones en la iglesia uno o dos días a la semana, no significa que sea lo ideal. En los primeros días de la iglesia, los cristianos se reunían DIARIAMENTE —y aun así se hace en algunas partes del mundo. Los grupos de estudio bíblico y compañerismo en casa se están haciendo más comunes como medio de reunirse. Recuerda, las aves de una bandada necesitan volar juntas.
«Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor». —2 Timoteo 2:22
Más puntos…
Mantén tu compromiso
Ahora tú perteneces a Jesús. Tu vida ya no te pertenece. Has sido unido juntamente con Cristo (para bien o para mal, para riqueza o pobreza, en enfermedad y en muerte…) y nada o nadie debe interponerse entre ustedes o alejarte de Él. Esa es la razón por la que debes guardar tus afectos y deseos de los placeres y beneficios del mundo. No dejes que nada de esta vida corrupta te haga DEFRAUDAR a Cristo —la tentación no vale la pena en el largo caminar. Tu lealtad y fidelidad en las pruebas y la tentación ¡será recompensada con la salvación de tu alma!
Ten la perspectiva correcta
Recuerda, Dios no es tu genio. Él no está por allí rondando, para cumplir tus deseos. Él te salvó para incluirte en SUS planes eternos —y Sus planes no siempre serán los tuyos. Dios no está interesado en ser una de las divisiones de tu plato, del platillo de tu vida —Él no será tu Salvador si no es tu Señor. Sí, Dios es un Padre amoroso y satisfará fielmente nuestras necesidades y a menudo nuestros deseos. Pero Él espera que tu vida gire en torno suyo ahora, no alrededor de ti mismo.
Espera pruebas y tentaciones
El cristianismo no es un jardín de rosas. Además del gozo y las bendiciones disponibles para nosotros, también se nos ha prometido persecución y sufrimiento. ¡No dejes que la ‘buena vida’ te haga olvidar que estamos en una guerra espiritual muy real! La Biblia nos dice que aquellos cuya fe es superficial serán destruidos cuando las pruebas vengan. Esa gente deja de confiar y comienza a censurar a Dios. Se amargan y resienten y se alejan de la fe. ¡NO permitas que esto te suceda! Espera pruebas, Dios las permite, no necesariamente para castigarte, sino para fortalecerte y purificarte, para prepararte para la vida real en la eternidad. Espera tentación también —porque la habrá. Es una experiencia humana común el ser tentado en una gran variedad de formas… especialmente en áreas que alguna vez fueron ataduras en tu vida. Ser tentado no es pecado, ni tampoco es una evidencia de debilidad. Jesús fue tentado en toda forma en que nosotros lo hemos sido — ¡pero Él nunca cedió! Así que tampoco tú lo hagas. Cuando Jesús vive dentro de ti, TÚ tienes el poder para soportar, resistir y superar cada influencia maligna, deseo y actitud.
«… Sino que también nos gozamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza». —Romanos 5:3-4
Sé obediente
Qué mejor es tomar buenas decisiones y obedecer a Dios, que desobedecer y aprender de la forma dura. Lo esencial de tu vida cristiana es obedecer a Dios. Esto es realmente posible sólo cuando Jesús vive en ti —Su Espíritu te impulsa a obedecer. Su poder te habilita a querer lo que Dios quiere y espera. En la Biblia, Dios dice que probamos nuestro amor por Él a través de la obediencia. Si realmente confiamos y amamos a Dios, entonces querremos servirle y obedecerle. La clave aquí es descubrir lo que Dios espera de ti en Su Palabra, y hacerlo. Un último punto sobre esto: cuando falles en obedecer, puedes esperar ser disciplinado. Dios castiga y corrige a aquellos a quienes Él AMA. Como la Biblia nos dice, Su corrección es dolorosa durante un tiempo. Pero Dios nos disciplina como un Padre amoroso para que vivamos correctamente, crezcamos como hijos productivos y maduros.
«El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él». —Juan 14:21
Practica el dominio propio
Esto es básicamente una lección de disciplina, de decir NO al pecado y a los deseos del mundo, y decir SÍ a Dios —especialmente cuando no quieres hacerlo. El dominio propio es evidencia de que el Espíritu de Dios está trabajando dentro de ti —es un proceso de crecimiento. No es fácil decir NO a pensamientos pecaminosos y deseos. No siempre es fácil tomarse tiempo para hacer el bien a aquellos que nos irritan. Pero Dios espera esto de nosotros, por lo tanto ES posible. En vez de esperar que Dios ondee su varita mágica sobre ti, sé DECIDIDO y haz lo que sabes que debes hacer.
«Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza [dominio propio]; contra tales cosas no hay ley.» —Gálatas 5:22-23
Mantente limpio
Guarda tu mente. Ten cuidado por donde vagan tus ojos y tu mente. Evita cualquier cosa que te contamine y ensucie, y que te conduzca a la tentación. Esto incluye seleccionar los libros, revistas, música, espectáculos de televisión y cine a los cuales te expones. Esto es, no puedes vivir en un vacío, pero puedes tomar medidas para protegerte de la exposición a influencias malignas. Pide a Dios que examine tu vida y revele cualquier impureza. Esto incluye actitudes, deseos y motivos impuros. Aunque todos tenemos que tratar con actitudes, deseos y motivos equivocados, éstos no tienen que regirnos. Busca superarlos en vez de alimentarlos. Pide al Señor que desentierre heridas ocultas, resentimiento, amargura o ira. Dios quiere que verdaderamente perdones a aquellos que te pueden haber herido. No temas lo que pueda haber oculto en tu corazón —Dios lo ve y ya lo conoce. Cuando Él revela el pecado, es porque te ama y quiere que seas libre. Confiesa tus pecados, renuncia a ellos, arrepiéntete y apártate de ellos. Puedes encontrar limpieza adicional y restauración a través de la oración y la lectura regular de la Palabra de Dios.
«La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne» —Romanos 13:12-14
Da, sirve y comparte
Dios espera que mostremos amor por nuestro prójimo, especialmente hacia otros creyentes. El amor no se limita a esos sentimientos especiales que las parejas comparten. Amor es servir a otros. Puedes demostrar amor en muchas formas prácticas, como hacer mandados a alguien que está enfermo, ayudar a la nueva familia a mudarse, visitar a un preso, compartir tus bienes materiales, dinero y comida con aquellos en necesidad (a propósito, no olvides, Dios espera que diezmes el 10% de tus ingresos Y que des sumas adicionales en ofrendas. Recuerda, el amor es cuidado. Es un hombro sobre el cual llorar, un oído que escucha, un abrazo y una sonrisa. Dios ama al dador alegre… no sólo de dinero, sino de sí mismo. La Biblia nos enseña que mientras TÚ das de ti para alentar y bendecir a otros, en respuesta ¡tus propias necesidades serán satisfechas abundantemente!
«El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad» —Romanos 12:9-13
Comparte las buenas nuevas
Como cristiano, te ha sido dada la posición de ser un embajador de Dios. Con esta posición viene la responsabilidad de compartir las Buenas Nuevas a los que no son salvos. La Biblia dice que hemos sido comisionados a decir a otros que tener una ‘buena’ relación con Dios, es posible mediante la fe en la muerte de Cristo para pagar nuestros pecados, y en Su resurrección para darnos nueva vida. Usa un poco de sabiduría —no tienes que golpear a la gente en la cabeza con tu cristianismo. Sin embargo, necesitas estar alerta para aquellas oportunidades que Dios ponga en tu camino. No dejes que el temor te impida compartir. Jesús nos MANDA ir al mundo a decir a todos que la reconciliación con Dios es posible. No depende de ti hacer que la gente crea. Pero vamos a ir y compartir. No necesitas ser un teólogo para testificar. Simplemente comparte la realidad de tu experiencia con Dios. Recuerda, ¡la forma en que vives es la forma más efectiva de demostrar lo que crees!
«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros…».
2ª Corintios 5:20
Finalmente
Seguir a Jesús es un asunto de suma seriedad. No es un estilo de vida alterno —es VIDA o MUERTE. Cielo o infierno. Seguir a Jesús significa un compromiso y determinación, así como amor y devoción. Seguir a Jesús te costará TODO. Todo lo que eres y tienes será sometido finalmente a Él SI continúas siguiéndolo. Pero el resultado de tu inversión —tanto en esta vida como en la eternidad—, no puede ser evaluado por simples medidas humanas. Puedes estar seguro de que Dios recompensará tu fidelidad.
Mientras tanto, tu relación con Dios es un proceso de crecimiento… una serie progresiva de bendiciones y quebrantamiento, de rendición y sacrificio, de podar y depurar —todos los elementos del proceso de santificación comienzan con la salvación (incluso hay tiempo de REGOCIJO y contentamiento). Continúa en la carrera, lucha la pelea y supera cada impedimento, sabiendo
«que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo». —
Traducción: Pedro Delgado