Ex gay: ¿Hecho, fraude o fantasía?
Por Frank Worthen
NOTA: Una persona que viene de un trasfondo homosexual y ahora es cristiano, no cambia su identidad homosexual, por una identidad “ex-homosexual”. En ocasiones utilizamos el término ‘ex-homosexual’ simplemente por cuestiones de practicidad, para referirnos a quienes solían ser homosexuales practicantes y ahora son cristianos, hijos de Dios. Más adelante encontrará en este artículo una explicación sobre cómo, este término, puede brindar esperanza.
“Ex-gay” es un término que siempre trae una respuesta. Una gran parte, en la comunidad gay, cree que esto es una mentira total. La mayoría niega que sea posible volverse ex-gay. Creen que “ex-homosexual” es un término fraudulento. Muchos creen que uno nace con una orientación homosexual y que no se posible deshacerse de ella. A menudo comparan la orientación homosexual con ser zurdo o con el color de la piel.
Otros, no son tan hostiles, creen que los ex-gays están simplemente absortos en una situación de fantasía. Piensan que un día el que “solía ser gay” volverá a la realidad y se dará cuenta de que todavía sigue siendo homosexual. Cada vez que un ex-gay vuelve a caer en el pecado de la homosexualidad, el crítico escéptico sostiene esto como prueba de su posición de que el ex-gay estaba viviendo en un estado de euforia, que simplemente le hicieron un lavado de cerebro y que finalmente ha vuelto en sí.
Entendiendo el concepto
¿Cuál es el significado de este término que muchas personas están usando para anunciar que sus vidas han cambiado? Para empezar a entender el significado de “ex-gay” podemos correlacionarlo primero con el proceso de santificación descrito en 2 Corintios 1:10: “El cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte“. El ex-gay sabe que algo definitivo ha ocurrido en su vida: El cambio ha llegado. Tal vez el cambio más importante es que él acuerda con Dios que la homosexualidad es un comportamiento pecaminoso. Sus actitudes también han cambiado, así que lo que una vez llamó “amor” ahora lo ve como una actitud posesiva. El ex-gay puede estar de acuerdo con Pablo, que ha sido librado. Así que ahora hay una nueva posición en Cristo, donde el homosexual es libre del pecado por la sangre redentora de Jesús en la cruz. Dios ve ahora a esa persona a través del sacrificio de Jesucristo. Al mismo tiempo, el cambio también es un proceso de crecimiento que se efectúa día tras día, minuto a minuto.
¿Qué acerca de la tentación?
Volverse ex-gay no garantiza que no habrá tropiezos. Diariamente el cristiano necesita ser librado de pensamientos tentadores y de caer en pecado, incluyendo pecados sexuales. Él sabe que Jesús lo capacita para vivir libre de estas cosas, pues Cristo ha comenzado un proceso de cambio en su vida. Cuando uno ya ha sentido la mano de Dios obrando en su vida, es cada vez más fácil confiar en Él y depender de Él en tiempos de dificultad.
El futuro
“Yo aún seré librado”. El ex-gay va experimentando una respuesta homosexual disminuida y tiene la vehemente esperanza de que será librado cada vez más, mientras sus pasos son afirmados en su andar con Cristo. Pero la Biblia, en ninguno de sus pasajes, promete que la persona llegará a un punto en el que no será tentada en lo absoluto; de hecho, las Escrituras dicen que el cristiano enfrenta una vida llena de pruebas y tentaciones. Debemos gozarnos en nuestras pruebas, porque como cristianos nos edifican, proporcionándonos una madurez espiritual. El ex-gay que es tentado también se regocija, porque ha visto a Dios librarlo y sabe que Él, día a día, le proveerá el camino que lo llevará fuera de la tentación, y que su fe será cada vez más fuerte.
Nuestra meta
En Exodus no intentamos hacer heterosexuales a los homosexuales, sino, más bien, deseamos que cambie la vieja identidad relacionada con su quebranto, a una identidad como hijo o hija de Dios. No es bíblico utilizar nuestro pecado pasado como la identidad dada por Dios. Alentamos al que solía identificarse como homosexual o gay, que quite la etiqueta “homosexual” de su vida. Sin embargo, no le pedimos que se vuelva deshonesto acerca de su lucha con la homosexualidad. Él es un cristiano que batalla con atracción al mismo sexo, así como lucha con otras cosas; en vez de percibirse como un “homosexual cristiano”, algo totalmente contradictorio. Es nuestra esperanza que la persona que lucha con atracción al mismo sexo, en primera instancia, llegue a tener una verdadera comunión con Cristo; desde cuya posición, puede decidir si casarse o permanecer soltero/a.
Esperamos que, si estas personas consideran seriamente la posibilidad de casarse, lleguen a la madurez espiritual necesaria, siempre con la guía de Cristo, para contraer matrimonio.
¿Qué queremos en verdad?
Una parte importante del proceso de cambio es el principio de “creer”. Jesús dijo en Marcos 11:24: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá“. Alentamos a las personas para que gozosamente den la bienvenida a Cristo en sus corazones, en sus vidas; las alentamos para que tengan un espíritu de rendición total a Cristo, a ser esforzados y valientes, mientras van ocurriendo cambios en sus vidas. Indicamos que Cristo opera diariamente, incluso minuto a minuto. Una sensibilidad debe desarrollarse para ver lo que Dios está haciendo. El Señor no nos abandona, sino que día tras día nos limpia mientras nos rendimos a su señorío. Si es el deseo de tu corazón casarte y tener una familia, Cristo, con toda seguridad, hará eso posible. Hemos visto esto ocurrir vez tras vez. Es la incredulidad y el desconocimiento de Dios lo que desanima y nos deja sin esperanza de cambio. La incredulidad frena la obra del Espíritu Santo cuando Él intenta obrar y afirmar nuestra esperanza de cambio y transformación. 2 Corintios 5:17 en la Biblia Amplificada dice: “De modo que si alguno está en Cristo, el Mesías; él es totalmente una nueva criatura, una nueva creación. Las viejas previas condiciones morales y espirituales pasaron; ¡He aquí lo fresco y lo nuevo ha llegado!“.
“Ex-gay”
¿Por qué algunas personas se sienten ofendidas con este término? Muchos afirman que uno nace siendo homosexual y no puede dejar de serlo, haga lo que haga. Sin embargo, una persona que tiene atracción por su mismo sexo no está obligada a vivir ese estilo de vida. A muchos les resulta insultante saber que hay quienes han podido dejar la vida homosexual, porque fue en sí una identidad difícil de abrazar, como para que ahora le digan que sí es posible el cambio. También, resulta más ‘fácil’ creer que no hay camino de salida que experimentar los rigores del proceso de cambio. Dejar el estilo de vida homosexual no es algo fácil, de hecho, es difícil y se requiere de mucho esfuerzo personal y de ayuda de otros. Es solamente cuando nos rendimos totalmente a Dios y le decimos: “Señor no lo puedo hacer yo solo”, y permitimos que Él entre y obre en nuestras vidas, que nos encaminamos en esa jornada de restauración. El proceso es lento y la persona con atracción al mismo sexo enfrenta una verdadera guerra espiritual. El enemigo no permite que nadie se escape fácilmente de su control. Por cierto, al ex-gay le toca pasar por esa prueba de fuego.
¿Cómo soportamos, nosotros los ex-homosexuales, tal etiqueta?
Primero, nunca me he sentido entusiasta por esta etiqueta. Es una cicatriz en el costado y heridas en las manos. Es una identidad insuficiente y un pobre cambio por la vieja identidad de ser homosexual, tampoco es válido usar nuestro viejo pecado para formar nuestra nueva identidad. Somos cristianos que solíamos ser homosexuales. Puede que seamos cristianos que aún luchamos con la homosexualidad, pero, ante todo, somos cristianos, hijos de Dios. Somos propiedad de Jesucristo, ya nuestra vida no nos pertenece. Entonces ¿por qué la etiqueta de “ex-homosexual”? ¿Qué propósito cumple? Es el testimonio del poder de transformación de Jesucristo. Es el rayo de esperanza que brinda destellos a la comunidad gay de que la homosexualidad no es una condición incambiable. ¡Hay esperanza de cambio y transformación!
El cambio es verdadero
Los cambios que Cristo hace en una vida son hechos, no son un fraude, tampoco una fantasía. Los cambios empiezan desde el momento en el que aceptamos a Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas y continúan hasta el día que lo veamos cara a cara, mientras, Él va perfeccionándonos, transformándonos, afirmando nuestra identidad en Él, capacitándonos para enfrentar los retos que de la vida. No podemos esperar aquí total perfección.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Proverbios 4:18
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”.1 Corintios 6:9-11
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