Enfrentando la tentación: Sugerencias prácticas
Por Larry Bell
Mientras manejaba de regreso a casa del trabajo el otro día, observe un letrero que decía, “¿Has acondicionado tu auto para el verano?” Después de leer esto, pensé que nosotros también necesitamos acondicionarnos para los meses de verano. Conforme el calor comienza a aumentar, nuestras ropas comienzan a ser más ligeras y los niveles de tentación pueden mostrar un acelerado aumento.
En Proverbios se nos dice “guarden sus corazones” y en el primer libro de San Juan se nos dice que “nos guardemos de los ídolos”. Estos mandamientos son para todos nosotros, pero son especialmente importantes para amigos que han luchado o están luchando con adicciones sexuales u homosexualidad. Es una triste verdad que muchos de nosotros hemos rendido nuestros corazones a la lujuria y hemos adorado e idolatrado los cuerpos de otros. Y bien, ¿Cómo vamos con respecto a guardar nuestros corazones y permanecer alejados de los ídolos?
Antes que nada nunca debemos ser ingenuos con respecto a la tentación sexual y tratar con ella sólo “si somos tentados”. En vez de eso, deberíamos siempre estar listos para “cuando” seamos tentados, con seguridad, porque con toda seguridad seremos tentados. Nuestro Señor dejo bien claro que “en este mundo tendréis aflicción (tentación)”. Cuando nos enfrentamos a la tentación sexual debemos mejorar nuestros planes de batalla inmediatamente.
Algunos buenos planes de batalla son:
Pídele a Dios que te ayude a ver a la persona hacia la cual te sientes tentado, a través de los ojos de Jesús; Haz una oración por la persona, para que lleguen a conocer a Jesús en una forma profunda con toda pureza y paz del alma; Incluso podrías utilizar un listón o pulsera en la muñeca y darle un golpecito saludable para hacerte volver a la realidad y abortar la fantasía sexual que generalmente se desarrolla cuando estamos experimentando tentación sexual.
En segundo lugar, debes tratar de evitar gente, lugares y cosas que tienen la habilidad de incitarnos a la lujuria. No cometas el error de pensar que puedes poner fuego en tu pecho sin quemarte.
En tercer lugar, nosotros mismos debemos tratar de vestir con modestia, a fin de no provocar a otros a pecar con lujuria. La lujuria, el orgullo y el narcisismo son todavía muy reales y presentan peligros a los cristianos sin importar en qué punto de la jornada al Padre se encuentren.
¡No me mal interpreten! no estoy diciendo que debemos de estar híper vigilantes o demasiado ansiosos sobre qué ropa usar. Más bien, lo que estoy diciendo es que debemos usar un buen sentido común cristiano y recordarnos a menudo que somos Templos del Espíritu Santo y que debemos honrar a Dios no sólo por nuestras palabras y acciones sino también por lo que usamos o no usamos para vestirnos según sea el caso.
Mi oración es que Dios nos conceda su sabiduría y valor para mantenernos castos y puros durante los algunas veces difíciles meses de verano que están por llegar.
Por siempre en Cristo,
Larry
Tradujo: Pedro Delgado
Reproducido con permiso
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