El niño controlador interno
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.
1 Corintios 13:11
Por Frank Worthen
Sergio estaba en shock. Un momento antes, su compañero de cuarto, Alfredo estaba lavando los latos desinteresadamente en el fregadero de la cocina. La cena había estado deliciosa, y habían tenido una conversación amistosa e interesante.
Entonces Sergio hizo una pregunta aparentemente inocente. “¿Ya confrontaste a tu jefe sobre el tiempo extra que nunca te paga?” le preguntó a Alfredo. “¡Deja de estarme fregando!” explotó Alfredo. “¿Qué esperas que haga? ¿Que entre a su oficina y le grite en su cara? ¡Déjame en paz!” ¿Ok?”
Sergio se sintió rechazado por la respuesta hostil de Alfredo. También se encontraba totalmente desconcertado por su repentino cambio de humor. “¿Qué pasará con él?” se preguntaba para sus adentros.
El niño interior
Este tipo de situación no es poco común. La mayoría de la gente experimenta repentinos cambios de estado de ánimo a veces. Yo llamo a esto “ser controlado por el niño interno”. Los eventos del pasado son almacenados en lo profundo, sin embargo, están siempre listos para salir a la superficie y vincular el pasado con el presente.
Los eventos de la niñez temprana que fueron tan traumáticos a la mente del niño provocaron una impresión duradera y llegan a ser el fundamento para perspectivas y respuestas en la vida adulta posteriormente.
La condición homosexual está enraizada en nuestro pasado. A menudo ha sido llamada “desarrollo interrumpido”. Esto puede ser descrito como la mente del niño en control. Mientras que la mente de adulto se ha desarrollado suficientemente para enfrentar y solucionar los problemas hasta el final, y nos capacita para funcionar en la sociedad, la mente del niño continúa controlando nuestras emociones.
Esta situación ciertamente no está limitada a la gente con problemática homosexual. Muchos heterosexuales también son inmaduros y no se han desarrollado emocionalmente. Pero en el homosexual, las condiciones que le condujeron a la orientación inicialmente subsistieron para dañar y desestabilizar cualquier intento en las relaciones normales.
En el libro de Los Viajes de Gulliver, el personaje principal, Gulliver, viaja hacia una tierra habitada por criaturas pequeñas llamadas los liliputenses. Cansado de su largo camino, se queda dormido y los hombres pequeños lo atan con tantas hebras de sus cuerdas, como si fuera una telaraña, que no las puede romper al despertarse.
Esto es similar a cómo la mente del niño trabaja. Parece impotente, pero la acumulación de poder es inmensa, y mantienen atada la mente de adulto. La mente infantil ejerce tal control que las respuestas equivocadas y el comportamiento erróneo parecen normales a la persona que está bajo su influencia. Sin embargo, derrota el desarrollo de afirmar relaciones humanas.
“Ser controlado por el niño interior significa que, como adultos, mostramos actitudes inmaduras que son comunes en los niños”.
Respuestas inmaduras
La mente de niño controla la percepción y las respuestas emocionales. Utiliza el sistema de valor del niño porque carece de sabiduría y entendimiento obtenido a través de los años de crecimiento. Nunca es adecuado tomar decisiones de adulto y juicios. Su respuesta es emocional en vez de racional. Está temeroso de ser dañado y es pronto para erigir paredes y barreras de protección.
La mente infantil de Alfredo se vinculaba al comentario casual de Sergio que había ocurrido veinte años antes. Su mente trajo a la memoria un incidente en donde las expectativas estaban siendo puestas en él, de tal forma que sintió que él no podía cumplirlas. Él temía al rechazo y a la desaprobación. El comentario casual fue percibido como si contuviera una expectativa, que él se sintió totalmente inadecuado para llenarla, y explotó en un hoyo de autocompasión. Podía vislumbrarse a sí mismo llegando a casa cada día con la misma pregunta: “¿Lo has hecho ya?” “Bueno, ¿cuándo lo vas a hacer?”. Pudo haber sido un comentario casual para Sergio, pero para Alfredo fue lo suficientemente importante como para pensar en mudarse, cortando toda relación con Sergio en un intento de escapar a tal humillación diaria.
La vida gay contiene mucha inmadurez sumergida, pero sale a la superficie periódicamente para que todos la vean. La primera marcha de orgullo homosexual en San Francisco es un ejemplo. Recuerdo haber estado en el estilo de vida homosexual en ese entonces y llegar a ser contrariado ante tal comportamiento infantil. Los participantes de la marcha iban conduciendo triciclos. Esto ofendió enormemente mi imagen de hombre de negocios, sin embargo, en distintas formas fue muy significativo. Fue un vislumbre momentáneo dentro de la matriz de la condición homosexual.
Fantasía
La mente infantil a menudo acepta fantasías como realidad. Esto puede ser visto particularmente en la condición transexual o travestí. Es irracional para un hombre creer que una mujer existe dentro de su cuerpo, aun así espera que todos aquellos que viven a su alrededor vean lo que él ve y lo afirmen en su fantasía. Tristemente, la cirugía de reasignación de sexo a menudo termina en tragedia. La transformación externa no trae la satisfacción esperada; hay desilusión y depresión, y muy a menudo, suicidio.
Aquellos involucrados en otras formas de sexo aberrante presentan ejemplos similares. A menudo, el molestador de niños debe tener una regresión a la edad de su infancia a fin de obtener satisfacción. Las actividades sexuales del sadomasoquista también son controladas por la fantasía. Muchos de las fantasías que se llevan a cabo están relacionadas con las relaciones padre / hijo.
Síntomas
¿Cuáles son los indicadores de que la mente infantil está en control? A continuación, se dan algunos elementos significativos tomadas de una larga lista:
- Ira – Esto a menudo refleja en el niño enojado cuya voluntad ha sido traspasada. Incapaz de aceptar la situación, el niño expresa ira para obtener lo que había sido negado.
La ira reprimida, la negación de comunicarse, es ira en otra forma. La ira es a menudo acompañada por el deseo de venganza y represalia. La falta de cooperación es otra señal de una ira profunda - Sentirse indigno – Esto a menudo es evidenciado en el niño deshecho que no busca ya más amor. Su condición de baja autoestima parece estar diciendo, “nunca podré ser amado, soy imposible de amar. Los que me dicen que me aman son mentirosos”. Manipulación – Aquí está el niño persistente quien tiene una gran lista de artimañas para lograr lo que desea. Cuando es bloqueado en un área, sus recursos hallarán otro camino.
A menudo el niño manipulador buscará a una persona para que supla todas sus necesidades y pondrá demandas imposibles sobre esa persona. El acoso persistente es a menudo parte del esquema de este niño. - Suicidio – La voluntad propia y el centrarse en el yo encumbran al niño exigente quien dice en esencia, “No voy a jugar tu juego. Si las cosas no son simplemente de la forma como las quiero, acabaré con mi vida”. Esta es otra forma de decir: “A mi manera o a mi manera”.
Muerte de “el niño”
¿Debe morir nuestro niño interno? Sí, las cualidades de le persona inmadura centrada en sí misma deben terminar. Pero también hay un niño que se maravilla y tiene un temor reverente, que Dios quiere retener en nosotros.
Nuestro niño interno tiene la habilidad de disfrutar todo lo que Dios nos ha dado –las maravillas de la creación y los ricos recursos que tenemos en nuestros amigos. La mente adulta, sin embargo, debe estar en control como cristianos, nuestras mentes deben ser dedicadas a Dios e involucradas en el proceso continuo de cambio y crecimiento.
Dios no puede alcanzar la mente cerrada y voluntariosa, pero Él continuamente trae nuevas revelaciones de Sí mismo a la mente que lo busca y que está dispuesta a aprender.
Pídele a Dios que te permita verte a través de ojos de adulto. ¿Está el niño interior al mando? ¿Han fallado tus relaciones porque otros te han visto como un niño malcriado?
¿Has estado cegado a las necesidades de otros y consumido contigo mismo? ¿Está tu cónyuge casada con un niño de 5 años centrado en sí mismo? Si dejas al niño controlador detrás y permites que el adulto emerja, serás mucho más feliz y más contento con la vida.
Pregúntales a tus amigos qué es lo que ven en ti –aun cuando esto pueda parecer algo duro. Si no te agradan las respuestas, resuelve aceptar lo que ellos dicen sin ira. Trae lo que escuchaste al Señor y pídele que se haga cargo y que cambie tu vida.
El pasado sanado
Cuando las heridas del pasado son sanadas viene una nueva madurez. Esta sanidad toma lugar cuando comenzamos a ver los eventos del pasado con una nueva comprensión.
La mayoría de nosotros nunca aplicamos nuestra mente adulta a los problemas de nuestra juventud. Ahora es tiempo de hacerlo. Dios nos ayudará a ver a nuestros padres y a las demás personas que nos hirieron con una nueva comprensión. A menudo, hemos cometido errores peores de los que cometieron las personas a las que les hemos estado guardando resentimiento.
El niño que nunca perdonará puede ser ubicado por el adulto que extiende perdón, sabiendo que Dios nos perdona, así como nosotros perdonamos a los demás. La mente adulta pondrá el pasado en perspectiva y cortará su influencia sobre nuestra vida presente.
Dejaremos de buscar nuestra ayuda en la forma de otros seres humanos y nos daremos cuenta de que Dios es nuestro Ayudador y nuestro Salvador.
Desórdenes
El niño interior está vinculado a la homosexualidad y a muchos otros desórdenes de actitud y de personalidad. La mente adulta es la mente madura, libre del pasado y lista para recibir todo lo que Dios tiene.
La mente infantil es estrecha y restrictiva, llena de egocentrismo, odio y venganza. La mente infantil es una mente de servicio, interés en otros y descubrir que la larga búsqueda de afirmación ha terminado. El amor y la aceptación son finalmente encontrados en la abundancia de la provisión de Dios. Nuestros tesoros están en los demás.
Traducido por: Pedro Delgado
Cuestionarios de auto confrontación de apoyo, elaborados por Pedro Delgado
EL NIÑO CONTROLADOR INTERNO
Cuestionario 1 / 2
1. ¿Has mostrado repentinos cambios de ánimo? Describe un evento.
2. ¿Puedes identificar tus actitudes y respuestas infantiles? Menciónalas.
3. Si es el caso, menciona eventos traumáticos de tu infancia que hayan detenido tu desarrollo hacia la madurez.
4. Menciona las barreras de protección que eriges para impedir ser dañado.
5. ¿Te has sentido inadecuado o incompetente para cumplir con las expectativas de los demás? ¿Percibiste rechazo, desaprobación, burla? ¿Te has dado lástima?
6. ¿Te has involucrado en fantasías continuamente?
7. ¿Tienes arranques de ira? Identifica con la ayuda del Espíritu Santo los activadores.
8. ¿Has usado la ira para manipular a otros? ¿Para obtener algo? ¿Para protegerte? Describe.
9. Cuándo algo te enoja, ¿puedes expresarlo? ¿Sin estallar? ¿Tienes episodios de “ira silenciosa”?
10. Retomando la pregunta No. 2, describe actitudes maduras Vs. Actitudes infantiles. ¿Cómo es que deberías actuar?
11. Toma tiempo en oración y pide al Espíritu Santo que revele aquellos eventos que en tu infancia te hayan traumatizado y sean ataduras que impidan tu crecimiento, pídele que sane esas heridas y que rompa toda atadura que impide tu crecimiento.
Lecturas: 2ª Timoteo 1:7; 1 Corintios 16:13; Gálatas 5:19-23
EL NIÑO CONTROLADOR INTERNO
Cuestionario 2 / 2
1. ¿Eres capaz de recibir amor? ¿Te has sentido indigno de afecto, de reconocimiento, de halagos? ¿Eres capaz de recibir un halago de tu persona, creerlo y dar las gracias? Relata.
2. ¿Alguna vez alguien ha tratado de manipularte? ¿Cómo fue? ¿Tú has usado alguna vez artimañas de manipulación para obtener algo? Describe.
3. Describe una situación en la que te hayas sentido apegado a alguna persona a fin de tratar de suplir tus necesidades. Pide al Espíritu Santo que te revele a Dios como tu proveedor, el proveedor de todo cuanto necesitas.
4. ¿Has luchado con pensamientos de suicidio? ¿Puedes identificar los activadores de este deseo? Describe.
5. ¿Puedes identificar algunas actitudes de “niño” que son buenas, que te gustaría retener? ¿Cuáles son?
6. ¿Quién está al mando en tu vida, el hombre maduro o el niño interno? ¿Has tenido problemas con la gente por comportarte como un niño berrinchudo? Describe.
7. ¿Eres capaz de ver más allá de tus propias necesidades y problemas? ¿Últimamente te has ocupado personalmente de necesidades de tu familia (padres, hermanos, amigos, etc.)?
8. Pregúntale a tu familia y amigos (gente que convive a menudo contigo), qué es lo que ven en ti. Proverbios 16:20, 12:1. Considera sus comentarios sin tomarlos como una cuestión personal, concédeles el derecho de la duda. Pídele a Dios que te ayude a tratar con esas áreas de tu carácter donde se manifiestan actitudes infantiles.
9. ¿Puedes reconocer resentimiento hacia alguien que te ha herido en el pasado? Pídele al Espíritu Santo que examine tu corazón, piensa en la gente que te ha herido, ¿cuál sería tu reacción al tenerla enfrente?
10. ¿Has podido ver las razones detrás de las actitudes hirientes de la gente en contra tuya? ¿Has podido ver sus antecedentes de quebrantamiento? Describe.
En oración, pide a Dios que te ayude a ver tu vida desde su perspectiva. Ve si aún existen esas ataduras que te mantienen con un carácter infantil, con una mente estrecha, con odio, deseos de venganza, amargura y baja autoestima. Pide al Espíritu Santo que venga a sanar profundamente estas áreas, y si hay pecado por el que debes arrepentirte, pídele perdón. Recuerda que hay actitudes que deberás dejar radical y tajantemente, y algunas otras que deberán ir cambiando paulatinamente, conforme la sanidad de Dios se hace más patente en tu vida.