Cómo tomar decisiones

Por Elsa Izaguirre

Estoy segura que el Señor Jesucristo ha tenido mucho cuidado en tu vida, no se le ha ido ningún detalle.

Las decisiones que tomen tu familia y amigos te afectan, pero si decides buscar al que tiene la última palabra para darle sentido a tu vida, entonces te recomiendo que sigas leyendo; si no, busca lo que quieres en tu vida, porque si no lo haces, se te va a ir la vida y en cualquier momento dejarás de existir.

Dios va a trabajar en tu vida, solo no te aferres a lo que no vale la pena ni busques donde no hay algo sin sentido. Dios en su momento irá arreglando todo. Con misericordia y verdad se corrige el pecado (Proverbios 16:6).

Dios tiene un plan mucho mejor que el que en este momento tú pudieras tener. Cuando los hijos de Jacob vendieron a su hermano José, fue para bien. Todo parecía perdido y aunque en su momento ninguno de ellos lo sabía (ni el mismo José), fue impactante para José descubrir que valió la pena dejar sus planes por ir por los de Dios, que son mejores.

“Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” Génesis 50:20.

Pon mucha atención a lo que te escribo, si en verdad deseas una vida más excelente. Antes estuve orando por ti y la guía de Dios para poder saber qué palabras son las exactas a tu vida.

El Señor Jesucristo tiene un ministerio muy especial para ti, pero de nada sirve que lo tengas si no aprendes a servir por amor al Señor Jesucristo.

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruzFilipenses 2:5-8.

En primer lugar, necesitamos tener el sentir que hubo también en Cristo Jesús. Nuestro sentir natural está basado en obras de la carne y Dios quiere que esté en la verdad y la misericordia de Dios.

En segundo lugar, no aferrarnos a lo que creemos ser o lo que pensamos que sabemos. Como el Señor Jesucristo, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios” Filipenses 3:13-15.

Aquí el apóstol Pablo nos lleva a identificar nuestro sentir natural con el sentimiento verdadero que hay que poner en primer lugar.

En tercer lugar, para poder en verdad alcanzar lo que es para nosotros, necesitamos depositar toda nuestra confianza en el Señor Jesucristo y dejar de vivir en ansiosa ansiedad.

“Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas” Lucas 12:29-31.

Debemos confiar en que el Señor Jesucristo tiene mucho cuidado de nosotros y nos indica que mejor vivamos bajo su protección y cuidado y así en nuestra casa, trabajo y en todo lugar que nos movamos, se podrá ser un testimonio de la misericordia de Dios y de la verdad del Evangelio. Y así, buscaremos en primer lugar el reino de Dios, y todas las cosas que buscan las personas nos serán añadidas.

En cuarto lugar, ser siervos por amor para con Dios y los hombres; y estando en nuestra condición de persona, nos podremos humillar a nosotros mismos ante el Señor y aprendiendo a ser obedientes hasta la muerte, como el Señor Jesucristo que lo hizo, hasta la muerte de cruz.

No es muy fácil la toma de decisiones, sin dirección de Dios; así que, pidamos Su sabiduría para vivir en una obediencia activa, bajo su voluntad, basados en Sus principios y verdades.