Una historia de restauración – Patricia

Una historia de restauración – Patricia

Salmo 139:16 “Tus ojos vieron mi cuerpo en formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aun no existía ni uno de ellos” (Dios habla hoy).

Para el año 64 mi madre, una mujer joven no preciso su edad quedó embarazada, producto de una violación en donde hubo alcohol de por medio. Durante su embarazo acude a una casa en San Rafael de Escazú (Familia alemana de apellido Machamber) donde normalmente dejaban muchos niños abandonados, pues ellos tenían una buena posición social. Ella no quería el fruto de su vientre y era entendible, una violación no era fácil de superar. Durante el tiempo del embarazo mi madre sufrió: hambres, desprecios, humillaciones, se movió dentro de un ambiente de alcohol, cigarro, palabras maldicientes, rechazo para ambas e incluso intentó abortar a la bebe que llevaba en su vientre, pero Dios no se lo permitió. (Todo esto fue revelado en consejerías de Sanidad Interior).

Nací a mediados de 1965 y por escasos 2 meses mi madre me conservó con ella, pero tomó la dura y difícil decisión de abandonarme, debido a que no tenía dinero para mantenerme, y yo me estaba muriendo de hambre. Fui abandonada por ella a la puerta principal de la Familia Machamber, con un papel que dice: “No tiene nombre, pero tiene 2 meses de edad”, así inicio mi vida. Así como Dios cuidó de Moisés (Éxodo 2: 1-10) Él preservó mi vida. Al día de hoy no la conozco pero en mi corazón no hay rencor hacia ella, pues aunque me abandonó no me mató, y me conservó la vida. Esa es una razón de mucho peso por la cual debo amarla. Yo espero tener el privilegio de conocerla, si es la voluntad de Dios, pues su palabra dice:

Salmos 37: 4 “Deléitate asimismo en Jehová, Y El te concederá las peticiones de tu corazón”.

Una nana de esa casa, me cuidó 15 días y buscó a mis padres de adopción. En principio mi madre no quería adoptarme por miedo a que luego me buscaran, pero cuando le mostraron el papel con que me dejaron aceptó. Ella en vida decía que mi primer mirada hacia ella fue “Verdad que usted no me va a regalar más….”. Me hicieron los exámenes médicos de rigor y yo me estaba muriendo de desnutrición.

Mis padres me dieron mis nombres y apellidos, y además 3 hermanos mayores con diferencias de edades muy grandes (20-15-9 más que yo).

Yo era los ojos de mi papá, siempre tuvo tiempo para mí y éramos muy unidos, no así con mi madre, pues ella siempre tenía mucho que hacer en la casa. Recuerdo que aproximadamente a la edad de 7 años le pedí hablar con ella y me decía “después, ahora estoy viendo la novela (ella no era creyente aún).” Cuando trataba de hablar me decía: “primero hablan sus hermanos luego usted”, si pedía comida primero era para los hombres y luego para mí, si había pollo ya usted supondrá que parte del mismo me daban. Constantemente era rechazada por mi madre, y su favoritismo hacia mis hermanos era muy evidente. Esto no me gustaba y quería ser niño es vez de una niña, en realidad, en el fondo lo que deseaba era ser amada por ella. No tuve amiguitas en mi infancia con las cuales jugar normalmente como niña.

A una corta edad, quizás 8 o 9 años mis hermanos me dieron un cigarro para fumar y aunque casi me vomito y me descompenso por el efecto del humo, yo empecé a buscar en la calle cigarrillos para fumar porque quería experimentar con eso,  y lo peor fue que me gustó demasiado y me sabia riquísimo (mi madre fumaba cuando yo estaba en el vientre, de alguna manera la nicotina me resultaba familiar).

A los 12 años estando a punto de salir de primaria ya me llamaba la atención una compañerita y yo no entendía el porqué. A los 15 mi abuela materna llevó el evangelio a mi casa, mi madre aceptó a JESÚS como su Salvador personal y luego yo, pero no de una manera sincera. Por un lapso de 9 años permanecí en el Señor pero con mis luchas internas de identidad. Eso era como abrir un baúl lleno de mariposas que salieron volando (pensamientos, sentimientos y emociones todas alusivas a mi problema de lesbianismo), esto me asustó pues yo en ningún momento le pedí a Dios tener ese tipo de sentimientos. El único que puede venir con una red especial para capturar esas mariposas de ese baúl es Dios con su manto de amor, ternura, misericordia, compasión, compresión y así ordenar y sanar todo lo dañado en nosotros desde nuestra infancia por falta de identidad con el progenitor de nuestro mismo sexo.

Para el año 89 con 23 años, tuve mi primera experiencia lésbica y permanecí en ese estilo de vida por 4 años. Para el año 92 con 27 años una conocida mía me lleva a un Ministerio Cristiano que existió acá en Costa Rica llamado Jehová Rapha Nissi que trataba de ayudar a personas con problemas de identidad. Me llevó con engaños, y eso me enfureció. Sin embargo, continué asistiendo por un año.

Cometí un grave error pues yo no estaba sana en JESÚS y decidí empezar un noviazgo con un hombre cristiano, y para el año 93 me casé con mi novio. Creí que el matrimonio solucionaría mi problema. Pero la solución no era pasarse de acera e irme a la heterosexualidad, sino el guardarse en SANTIDAD para que luego Dios me guiara.

Al poco tiempo recibí de mi esposo frases manipuladoras como: “si usted no hace esto o aquello yo le voy a decir a su familia lo que usted fue”. Aclaro, él nunca conoció mi pasado, y usted podrá imaginar que esas actitudes muy  reincidentes acabaron con mi matrimonio. Para el año 98 con 32 años me divorcié, pues ya no soporte más sus abusos emocionales, psicológicos y sexuales. Y quedé con una hija de 3 años por la cual debía luchar. Tristemente a raíz de todo lo que viví con mi esposo, me enojé con Dios y me aparté totalmente de Él, pues en lo más profundo de mi corazón, sentía que Él me defraudó con un hombre así.

Debido a mi trabajo tuve muchos colegas de ambos sexos con problemas de identidad y me empecé a rodear de ellos, dejando que su estilo de vida influyera en mí. Así que me fui enfriando cada vez más, como lo dice:

1 Corintios 15:34 “No erréis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”.

Aunque me había dejado rodear de un sin número de circunstancias y personas no buenas para mí como lo dice:

Proverbios 18:5 Tener respeto a la persona del impío, Para pervertir el derecho del justo, no es bueno.

Aún así siempre trataba de escuchar la radio cristiana, pero cuando Dios y su Espíritu Santo me confrontaban la apagaba y hacia caso omiso a lo que había escuchado.

Para el año 2003 con 37 años conocí una persona que hace clic muy fuertemente en mi vida y empiezo una nueva relación que duro casi 5 años. Dios se vio obligado a intervenir en mi vida como lo tuvo que hacer en Génesis 11: 1-9 Historia de la Torre de Babel (Confusión) porque sino yo no iba a salir de ese estilo de vida Homosexual que ya por 13 u 14 años me había acaparado.

Dios empezó a permitir que se dieran discusiones y peleas muy fuertes hasta que todo acabó para bien y yo empecé en medio de mi dolor y soledad a buscar a Dios de corazón. Para Julio 2007 Enfoque a la Familia en San José Costa Rica, brindó un Seminario Mitos & Realidades sobre la Homosexualidad, al cual asistí y me di cuenta que dos conferencistas de renombre como Mike Haley y Melisa pudieron vencer su problemática de AMS. Con esto Dios me demostró que el cambio y la sanidad son posibles en ÉL únicamente.

Para Noviembre de 2007 Dios me llevó a finiquitar la relación. Sentada al lado de mí cama le pedí a Dios que me ayudara, ¿cómo? … no lo sé, pero que me ayudara para poder salir definitivamente de mi Lesbianismo.

Su palabra dice en Salmos 51: 17 parte B:

“Que a un corazón contrito y humillado no despreciaras tú, OH Dios”.

Y así fue, Dios no despreció esa simple oración sino que empezó la buena obra en mí.

Empecé a escuchar la radio cristiana con más deseo real de cambiar a través de la obra redentora del único Cristo Jesús, mientras encontraba una iglesia donde congregarme y buscar ayuda.

Y ese día llegó, fue un jueves 13 de Diciembre de 2007 y me dirigí por primera vez a la iglesia. Cuando me subí al autobús y empecé a escuchar oí al locutor de la radio decir: “Tengo una palabra para una mujer, por muchos años te apartaste de Dios, recientemente te ha sucedido algo que destrozó tu corazón en gran manera. Él entiende tu dolor y te va a ayudar, Él conoce todo lo que estas afrontando y lo que sientes”. Continúa diciendo… “has tomado la decisión de congregarte de hecho en este momento vas para la iglesia y para dónde vas es donde Dios quiere que vayas. Y en seguida puso la canción “Supe que me amabas” de Marcela Gándara para confrontar y quebrantar aun más mi corazón.

Ese mismo día al finalizar el culto, Dios permitió que una mujer sana en JESÚS me saludara, y que sus primeras palabras fueran: “En que te puedo servir amadita”. Sin saber que ella iba a ser mi tutora hasta el día de hoy, un instrumento de Dios que junto con su familia ha bendecido tremendamente mi vida.

Este es el inicio de una historia de restauración que solo se consigue a través del autor y consumador de nuestra FE Cristo Jesús como lo dice: Hebreos 12:2 Hoy puedo levantar mis manos al cielo y decirle a mi JESÚS: mira lo que has hecho con tu inmenso amor.

Ahora dice el Señor a su pueblo:

“Ya no recuerdes el ayer, no pienses mas en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril”. Isaías 43:18-19 (Dios habla hoy).


Testimonio disponible en video o DVD, Audio CD y MP3 descargable en línea.
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