Sanando heridas del pasado – 2a Parte

Don Schmierer
Adaptado del libro “Sanando Heridas del Pasado”

El hermano de Ricardo, Juan, quien también tiene un tipo de personalidad sensible / orientada a las relaciones interpersonales, cuenta una historia algo diferente. Él ha luchado con atracciones hacia el mismo sexo desde la adolescencia, y está confusión cuidadosamente escondida le ha producido un tremendo sentimiento de culpa y vergüenza. Y aunque se casó y tuvo hijos, nunca fue realmente capaz de relacionarse con sus hijos. Para hacer las cosas peores, él reaccionó a la disciplina dura de su padre yendo en la dirección opuesta con su propia familia. Él no disciplinó ni puso límites con sus hijos. Era su esperanza que siendo un padre amoroso formaría niños amorosos y cooperadores.

Por supuesto, los niños siendo niños, tratarían de hacer cualquier cosa si pensaban que podrían salirse con la suya. Y debido a que Juan venía de una situación de familia donde no había el diálogo ni la interacción, sino reglas ásperamente impuestas, él estaba en desventaja tratando con sus hijos hasta que llegaba al final de su resistencia y estallaba en ira. Entonces, mientras estaba airado, aplicaba su disciplina áspera, conforme a lo que había heredado. Esto comunicó mensajes mixtos y confusos a sus hijos, teniendo como resultado alejarse aún más de Juan. Este estilo de tratar con problemas lo conservó aún en su matrimonio y en la profesión escogida.

Los resultados de tratar de compensar una niñez herida todavía persiguen a Juan hoy. Recientemente me dijo, “por primera vez en mi vida gozo realmente de mi familia, y es bonito estar con ellos en pie de igualdad ahora como jóvenes y adultos”. Su lucha con las atracciones hacia el mismo sexo aún persiste, aunque ahora es capaz de ver que ha estado buscando la afirmación de un varón adulto, misma que su padre nunca le dio.

Bobby es el mayor de los hermanos en la familia, y la profesión escogida por él fue llegar a ser un sargento instructor en el Ejército. Él tiene el temperamento “Tipo A”, como su padre. Es duro, exigente y siempre está en control de cualquier situación, sea en el trabajo o en el juego. He conocido a Bobby por más tiempo, porque estuvo en una clase de escuela dominical en la que yo enseñaba hace más de 35 años. También pasé tiempo individualmente con él, teniéndole como discípulo, y él y sus hermanos permanecen en contacto relativamente cercano conmigo.

Cuando publiqué mi librito “Qué debe hacer un padre” le envié una copia ¿Te imaginas? Al mismo tiempo que recibía mi librito, su hijo de 23 años de edad le envió una carta anunciándole que había abrazado el estilo de vida homosexual. Ambos, Bobby y su esposa se sintieron golpeados, perplejos y furiosos acerca de lo que estaba ocurriendo en su pulcra familia cristiana.

Bobby llamó por teléfono para decirme acerca de la carta de su hijo y para explicar que había recibido mi librito. “Don”, me dijo, “he leído tu librito y he hecho todo lo que dices en él, así que, ¿por qué me está pasando esto a mí? ¿Qué falló?”

Conociendo a la familia bastante bien, pude contestarle de frente y sinceramente. “Sí Bobby, desde tu perspectiva hiciste todo bien. Pero desde la perspectiva de tu hijo, lo hiciste todo mal”. Pasé a explicarle la diferencia en temperamentos entre su estilo firme-decidido y el de su hijo sensible-inclinado a las relaciones interpersonales, y cómo el hijo debe haber percibido las diversas acciones de su papá “sargento instructor”. También le dije que había tres cosas que él y su esposa no debían hacerle a su hijo: “no lo presionen, no lo maldigan, ni hagan ninguna cosa que ustedes puedan querer hacer. En lugar de eso, estén calmados”.

Algo en cuanto a los militares es que ellos enseñan a tipos como Bobby a seguir órdenes; él siguió con gusto mi enfático consejo.

Cerca de una semana después, recibí un correo electrónico de Bobby y su esposa. Ellos estaban contentos con la reacción de su hijo, quien estaba claramente en el proceso de cambiar. Su hijo había dicho, “yo realmente no quería el estilo de vida homosexual; lo que yo quería era una relación verdadera contigo, papá”.

Un año después de eso, hablé con Bobby otra vez y me dijo lo bien que estaba marchando su hijo y me agradeció mi ayuda. Pero ahora otros problemas surgían. Siendo él el hijo mayor, Bobby compartió conmigo algunos desafíos adicionales que estaba teniendo con sus hermanos. Debido a que había sido nombrado ejecutor de los bienes de sus padres, su padre le había informado que deseaba excluir a su sensible hermano Juan de su testamento. Su padre todavía no gusta de él.

¡Con lágrimas en los ojos, él me dijo, “Don, yo le dije a mi papá, ‘¡sobre mi cadáver! Yo no apoyaré un favoritismo como ese. Y papá, si a ti no te gusta, puedes conseguir a otra persona para que maneje tus asuntos’”.

Yo le expresé mi aprobación a Bobby por seguir el principio bíblico de que la justicia es para todos. “Eso realmente te ha debido lastimar en dos frentes “, le dije, “confrontar a tu papá y preguntarte si habías hecho lo correcto”. En años recientes, Bobby ha llegado a ser el verdadero patriarca bíblico de la familia, mientras los tres hermanos cuidan a sus ancianos padres.