Luces de aterrizaje para tomar buenas decisiones

Por Arline de Westmeier

Discernir la voz de Dios y entender su voluntad es como aterrizar nuestro avión durante la noche sin poder ver la pista hacia la cual nos dirigimos.

Dios nos ha dado luces de aterrizaje que al estar prendidas y alineadas pueden asegurarnos que hemos oído su voz y que en ese lugar que Él nos indica encontraremos la pista, aunque no la veamos sino hasta el momento en que ya estemos aterrizando.

1. ¿Está de acuerdo con la Palabra de Dios la decisión que creo que debo tomar?

Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”, Dios nos ayuda con su Palabra a tomar decisiones inmediatas (lámpara a los pies), así como decisiones a mediano o largo plazo (lumbrera al camino).

Ejemplo: Un deseo de estudiar medicina. Sanar a los enfermos está de acuerdo con la Palabra de Dios (Cristo mismo sanaba a los enfermos), pero eso no dice si Dios quiere que YO estudie medicina, ni en cuál escuela, ni cuándo debiera hacerlo. Siempre necesitamos más de una luz para ayudarnos a tomar decisiones.

2. ¿Siento paz en cuanto a la decisión?

Como hijos de Dios, nunca debemos tomar una decisión o entrar en una situación sin tener un sentido de tranquilidad o de paz interior, y cierto sentido de que es bueno hacerlo. Tenemos que estar seguros de que la paz que sentimos es la paz que viene de Dios y no de alguna otra luz.

Salmos 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” Debemos decidir entregar a Dios los deseos y peticiones de nuestro corazón, y descansar en Él, en su paz.

3. ¿Están de acuerdo con mi decisión otros creyentes maduros?

Una de las razones por la cual Dios nos ha provisto de hermanos y hermanas creyentes con dones diferentes es precisamente para discernir Su voluntad. Si estamos oyendo la voz de Dios, cuando pedimos a otros creyentes maduros que oren por nuestra decisión, ellos también van a sentir que esa es la decisión correcta.

Proverbios 15:22 “Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman” (Pr. 11:14; 24:6)

El creyente maduro a quien consultamos ¿es alguien cuya presencia transmite paz? O ¿traen sus consejos desacuerdos? ¿sabe esta persona esperar delante de Dios y oírle en calma y quietud? O ¿comparte su opinión precipitadamente y sin permitir hacérsele pregunta alguna? ¿Es su sabiduría amable, llena de misericordia y humilde (Santiago 3:17)? ¿Es alguien listo a reconocer la posibilidad de equivocarse?

4. ¿Las circunstancias de mi vida permiten que pueda llevar a cabo la decisión?

Puede ser que Dios realmente nos está revelando su voluntad y mostrándonos el camino que debemos seguir, pero quizá malinterpretamos el tiempo, el lugar o la forma en la cual Él quiere que hagamos lo que nos indica. A veces tenemos que esperar hasta que Él arregle las circunstancias o preguntarle si lo que pensamos es realmente la manera en que Él quiere que llevemos a cabo lo que nos dio para hacer.

Mateo 26:39 “… Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Jesucristo)

Ejemplo: Misionera enferma

5. ¿Me ha dado Dios un pasaje de la Biblia, una Palabra o una profecía que tiene una promesa, dirección o seguridad especial en cuanto a esta decisión?

Esta quinta luz debe ser examinada con mucho cuidado, y puede estar o no, encendida. Aunque esté encendida, deberá estar alineada con las demás luces.

1 Tesalonicenses 5:21 “Examinadlo todo; retened lo bueno”

Quizá al leer la Biblia, o al pensar en una situación particular en nuestra vida, un versículo nos llama la atención de una manera especial, o nos viene a la memoria y nos ilumina dándonos dirección en el asunto; eso nos hace sentir el amor de Dios y una intimidad con ÉL que nos alienta, nos anima y nos da seguridad para seguir adelante en Su camino, una palabra rhema.

Cuando nos da una promesa especial Él se encarga de cumplirla. No tenemos que forzar las circunstancias o situaciones para hacer que se cumpla la promesa o ayudar a Dios a cumplirla.

6. Cuando empiezo a realizar lo que Dios dice, ¿Se abren puertas para poder llevar a cabo la decisión final?

Hacia donde Dios guía, Él provee. Cuando trato de poner en práctica lo que entiendo que Dios me está diciendo, no hay obstáculos que no se puedan superar para realizarlo.

A veces, aunque todas nuestras luces de aterrizaje estén encendidas, cuando nuestro avión llega a aterrizar, la pista no es como lo habíamos esperado. A veces, todas las luces aparecen en orden y esperamos encontrar una pista que permita un aterrizaje fácil y suave, pero al llegar allá, encontramos la pista llena de huecos y curvas, lo cual resulta en un aterrizaje como nunca lo hubiéramos esperado, pero Dios estará contigo y te guiará en todo lo que Él quiere que tú seas y hagas.

Tomado de “Sanidad del alma herida” Arline de Westmeier