La importancia del padre en el desarrollo de la identidad sexual de los hijos

Por Leo Chain

Génesis 1:27-28
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Pero la serpiente era astuta más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra…”. 

Cuando Dios tuvo la primera familia enfrente lo primero que pensó fue en bendecirlos.

Y la bendición constaba de 3 cosas.

  1. FRUTO: No importa dónde pongamos nuestras manos, Dios nos va a bendecir para dar fruto. No importa a qué nos dediquemos. Cuando estamos bajo la cobertura y la bendición, Él va a bendecir la obra de nuestras manos.
  2. REPRODUCCIÓN: Los seres humanos nos reproducimos mediante las relaciones sexuales. La sexualidad es parte de la bendición de Dios, por lo tanto, la sexualidad es santa, pura, digna de hablar de ella. La sexualidad fue idea de Dios. Como seres humanos, somos los que hemos torcido la sexualidad. Hemos hablado en doble sentido y ensuciado el concepto de sexualidad. Sin embargo, la sexualidad es la segunda parte de la bendición. Dios nos manda a tener relaciones sexuales, para llenar la tierra. Dentro de esta bendición es importante tomar en cuenta que debemos hacernos cargo y responsabilizarnos de los hijos que decidamos tener; de su educación, de su nutrición emocional, entre otras cosas. Dentro de la nutrición emocional hay tres cosas que un hijo debería escuchar de su padre: “te amo”, “eres el hijo que siempre quise” y “estoy orgulloso de ti”.
  • TE AMO. Es importante que los hijos se sepan amados.
  • ERES EL HIJO QUE SIEMPRE QUISE: Que ellos sientan que fueron amados desde el momento de la concepción. Que no son un accidente de la naturaleza.
  • ESTOY ORGULLOSO DE TI: El Padre le expresó a Jesús estas palabras de aceptación y afirmación pública “eres mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. Espiritualmente también somos hijos de Dios porque Él nos eligió antes de la fundación del mundo. Nos amó tanto que envió a su Hijo Jesucristo para que muriera por nosotros.  Así que es importante que también nosotros expresemos esas palabras de afirmación a nuestros hijos.
  1. HACERNOS CARGO Y SER RESPONSABLES: Debemos hacernos cargo y ser responsables de nuestros hijos y de nuestro trabajo. Debemos hacernos cargo como ovejas, como pastores, como líderes y como esposos. También debemos hacernos cargo y ser responsables de nuestra sexualidad.

Cuando se tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio no estamos siendo responsables. El llamado de Dios es que nos hagamos cargo y seamos responsables y eso también es bendición.

Desde Génesis podemos darnos cuenta de diferentes formas quebrantadas en las que nos relacionamos hombres y mujeres.

Cuando viene la maldición sobre la mujer parte del quebrantamiento de la mujer tiene que ver con las relaciones, de cómo se relaciona con otros. Y parte del quebranto del hombre es cómo se relaciona con su trabajo.

Entonces, las mujeres tienden a perderse en las relaciones y los hombres en el trabajo. Los hombres pueden trabajar 12 horas seguidas y aun así llevarse trabajo a casa, es parte del quebrantamiento de no saber separar y administrar el tiempo que dedicará a su familia y a su esposa.

Hombres y mujeres fuimos creados diferentes. Desde lo más básico. Ambos, hombres y mujeres, tenemos dos partes en el cerebro: hemisferio izquierdo y hemisferio derecho. La comunicación entre los hemisferios en el cerebro de la mujer están muy bien conectados, por eso les es fácil la comunicación, sin embargo los hemisferios cerebrales de los hombres no son tan desarrollados como los de las mujeres por lo tanto no tienen tanta habilidad de comunicación. El cerebro de los hombres funciona de acuerdo con la circunstancia en la que están en ese momento.

Dios nos hizo diferentes a nivel emocional, neuronal y relacional. También nos vinculamos de formas diferentes. Las mujeres se vinculan siempre verbalmente, aunque se encuentren en un lugar lejano, buscarán la forma de comunicarse con sus seres queridos y hablar largo tiempo. Aunque no haya contacto físico, mantienen el vínculo verbal y emocional. Los hombres se conectan haciendo cosas juntos, por eso es que los deportes en equipo son tan populares. La mayoría de las mujeres ven los deportes como algo sin mucho sentido, sin embargo para los hombres, es importante estar en compañía de sus más allegados y juntos armar estrategias, vencer al equipo contrario, ejercitarse y disfrutar el partido.

Cuando surge una tragedia, las mujeres observan y hablan acerca de ella. Los hombres sin embargo, en el momento de la tragedia generalmente no hablan, sino actúan y ayudan. De esa manera los hombres sienten que están haciendo su contribución al mundo y se sienten vinculados a otros haciendo cosas juntos.

Por eso es que los hombres, así como fueron creados, son necesarios para este mundo. Las mujeres solas no pueden criar a los hijos porque se quedarían incompletos.

La ideología de género intenta enseñarles a los niños que una niña puede convertirse en niño y que hay niños que pueden convertirse en niñas. Enseñan que los niños se comportan como niños porque son obligados a ser niños y las niñas son obligadas a comportarse como niñas. La ideología de género dice que las diferencias entre niño y niña se convierten en diferencias entre los hombres y las mujeres y que esa es la base de la desigualdad en nuestra sociedad.

Los varones tienen que retomar su papel en la sociedad, porque esta sociedad con su ideología de género, quiere que los hombres desparezcan de la faz de la tierra porque aseguran que somos una sociedad heteropatriarcal, machista y opresora.

Cada género tiene sus propias fortalezas, aunque somos diferentes. Desde la concepción somos diferentes, no es lo mismo un espermatozoide niño, a un espermatozoide niña. Quien determina el sexo de los bebés son los varones. El espermatozoide varón es más pequeño y delgado, a comparación del espermatozoide niña que es más grande y voluminoso. Los espermatozoides niña nadan más despacio pero sobreviven más tiempo. Los espermatozoides niño nadan  más rápido pero su tiempo de vida es más corto. Desde la concepción somos diferentes.

Para tener una identidad sana, todo empieza desde la familia, principalmente desde el matrimonio de los padres. Si hay un mal matrimonio, desde ahí empieza una mala familia. Pero si los padres se comunican adecuadamente, la familia tiene un entorno familiar saludable. Desde el vientre materno hay una diferencia a nivel cerebral. Cuando un bebé escucha la voz de mamá, más aguda, tiene la tendencia a sentirse seguro, sin embargo, tiene la tendencia a obedecer la voz de papá. Aprenden a obedecer las dos voces, pero a nivel neuronal algo les impulsa a sentir seguridad en la voz de mamá y obediencia al escuchar la voz de papá. Un padre interviene para que los hijos aprendan obediencia, sujeción y disciplina.

Importancia del padre en las diferentes etapas de desarrollo

Del nacimiento a los 18 meses: La confianza básica.

Cuando un bebé está con su mamá aprende afecto, amor, intimidad y se siente seguro. Cuando un bebé llora, padres y madres reaccionamos de forma diferente.

En la mamá se activa una zona del cerebro que le habla de urgencia. Durante ese tiempo se crea un vínculo que tiene que ver con el contacto físico entre el bebé y su mamá, se forma un sentido de identidad personal y de confianza básica con la mamá.

Con el papá un bebé en ese tiempo aprende un sano sentido de independencia y de apertura. Aprende que no sólo existe mamá, también está papá y un mundo completo por explorar. Cuando un papá escucha al bebé llorar no se activa ese sentido de urgencia, se activa otra zona diferente que está en otra parte del cerebro y empieza a planear ¿qué hacer? ¿cómo lo calmará? ¿qué le hace falta? A papá no le causa conflicto dejar llorar un poco al bebé mientras  planea qué es lo que hará, no tiene el sentimiento de urgencia. Es algo puesto por Dios.

Entonces en esta etapa el vínculo profundo que se forma con el bebé y el papá es a nivel de contacto social. Con la mamá el vínculo es más físico. Los papás enseñan a sus hijos a cómo tener un contacto social.

De los 18 meses a los 5 años: Afirmación de género.

En esta edad la niña aprende que es como mamá y el niño aprende que es como papá, que hay diferencia entre los sexos y que pertenece a uno de los dos sectores, hombre o mujer. Entonces forma ese sentido de identidad. Los papás imprimen un sentido de seguridad, equilibrio, fortaleza y control.

La mamá protege y el papá les motiva a tomar riesgos calculados. El padre le enseña a su hijo a dosificar y controlar su fuerza física. A nivel emocional es lo mismo. Cuando los niños lloran también los padres les enseñan a controlar y dosificar sus emociones, les ayudan a equilibrar su fuerza y emociones. Las madres sin embargo, están para consolar. Por eso es sumamente importante que los varones se involucren en la crianza de sus hijos, porque eso no lo puede hacer la mamá porque su cerebro, sus hormonas y la manera de ver la vida, son muy diferentes a las del padre.

De los 5 a los 12 años: Relaciones con compañeros.

Las amistades afirman la seguridad en la identidad sexual. La identidad que ya les dimos como hijos es afirmada en los años escolares. El padre debe jugar con sus hijos y es su deber enseñarle a defenderse ante una injusticia. Esto es importante porque cuando los hijos no saben defenderse, crecen con un sentido de indefensión e inseguridad. Si les enseñan cómo defenderse crecerán con una sana autoestima y un buen control y fortaleza, que sepan que si no se saben defender, allí estará su papá que les defenderá y su mamá que les consolará. Cuando un niño no sabe defenderse se convierte en presa fácil de bullying. Las relaciones en la escuela se convierten en experiencias que afirman.

Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad,

en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Salmo 127:1-4

Este salmo habla a los hombres, ya que son los hombres los que edifican y guardan.

Los padres, son como el guerrero que tomaba la saeta y la dirigía, usaba el instrumento correcto: el arco y la flecha. Imprimía cierta fuerza, se paraba de la manera correcta para no perder el equilibrio y entonces la dirigía hacia su blanco. Cuando nuestros hijos fallan en llegar al blanco, en realidad no es que ellos hayan fallado, es que nosotros no supimos dirigirlos. Como padres Dios nos está haciendo un llamado para que nos involucremos en la vida de nuestros hijos, y para dirigirlos hacia el blanco e imprimirles la fuerza y motivación necesarias para que puedan dar en ese blanco. Nosotros no determinamos el blanco, el blanco lo determina Dios. Nosotros empujamos a nuestros hijos a dar en ese blanco, somos colaboradores con Dios para que nuestros hijos puedan encontrar su identidad así como su propósito en la vida.

Hay verdades en lo biológico que también tienen su paralelo a nivel espiritual. A nivel biológico los padres determinan el sexo de sus hijos, y a nivel emocional y espiritual los varones también dirigen su identidad y la afirman, así como su identidad en Cristo. Padre y madre tienen un papel diferente. Un autor dice que la manera que nos relacionamos con nuestro padre terrenal es la manera en la que nos relacionamos con nuestro Padre celestial, y la manera en la que nos relacionamos con nuestra madre, es como nos relacionamos con la vida, y tiene algo de cierto. Si sentimos a nuestro padre distante, sentiremos que Dios es un ser que no se involucra activamente en nuestra vida.

De los 12 años a la edad adulta.

En la pubertad las necesidades básicas se sexualizan. Aparecen los primeros deseos de atracción sexual ¿Quién soy sin las restricciones y la influencia de la familia y de la iglesia? Son preguntas que todos los jóvenes se hacen. Todo adolescente necesita desligarse de mamá y papá. En ocasiones nuestros hijos pedirán consejo a la amiga de mamá o al amigo de papá, o a sus tíos. Entonces, lo mejor que podemos hacer es tener buenos amigos. Nuestros hijos serán en gran medida exitosos si hay otros adultos que se involucran positivamente en sus vidas.

¿Quién soy en Cristo? ¿Me estoy relacionando con Dios como mi Padre?

Romanos 1:7 “a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

1 Corintios 1:3 “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

2 Corintios 1:2 “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

Gálatas 1:3 “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

Si continuamos con las demás cartas del Apóstol Pablo dicen lo mismo: gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Dios sabía que usted y yo íbamos a leer estas cartas del Padre y quiso asegurarse de que supiéramos que en el Padre tenemos gracia y paz. No tenemos que hacer nada para estar bien con el Padre, ya tenemos esa gracia. Gracia y paz. Como padres podemos estar con muchas preocupaciones, actividades y compromisos, así que Dios se aseguró de que en cada carta leyéramos gracia y paz de Dios el Padre. Dios es nuestro Padre. Así que no importa cómo haya sido nuestro padre terrenal, Dios nos está diciendo a través del Nuevo Testamento que Él es nuestro Padre. Nuestro padre terrenal debería ser quien nos llevara a nuestro Padre celestial. Sin embargo, muchos de nuestros padres no hicieron un buen trabajo y de todas maneras estamos en Cristo, así que no hay nada perdido. Vamos a conectarnos con Dios como Padre porque Él nos va a dar identidad. Si tenemos dudas en nuestra identidad, en nuestro desempeño, en nuestro trabajo, eso no debe preocuparnos, más bien debemos tener paz en Dios porque nuestra identidad está en Cristo. En Cristo nuestra identidad está asegurada, somos hijos de Dios.