Homosexualidad: Acercamiento con gracia y verdad

Por Leonor M.

Actualmente hay mucho desconocimiento de lo que es la homosexualidad, y más aún de cómo abordar a las personas que luchan con atracción por el mismo sexo (AMS), por ello en ocasiones sólo se trata de ignorar la situación o de lado contrario se utiliza hostilidad y agresividad que ocasionan el efecto contrario al buscado: aleja, aísla y resiente a la persona.

Si eres un pastor, líder, padre de familia, o simplemente una persona interesada en ayudar a alguien en esta situación, aquí te presentamos algunos consejos prácticos para abordarlo y generar un ambiente de confianza que facilite el poder brindarle una ayuda más efectiva.

  1. Infórmate sobre la homosexualidad

Conoce qué es la homosexualidad, sus causas, cuáles son las situaciones conflictivas que viven las personas que luchan con tendencias de AMS.

Tener claro que LA PERSONA ES HETEROSEXUAL, y que cuando solucione sus conflictos dicha heterosexualidad emergerá, aunque la finalidad de la restauración es que la persona asuma su identidad como hijo de Dios, y no que tenga atracción por personas del sexo opuesto o que se case.

  1. Respeta a la persona, hónrala.

No ofendas, evita comentarios y actitudes hirientes hacia la persona y en general de las personas que sufren de AMS, menos desde el púlpito.

Sigue la regla de oro: trátalo como quieres ser tratado (Mateo 7:12), y todos requerimos atención, aceptación y afecto.

En términos prácticos tratar a otros con respeto significa:

  • Afirmar las cualidades de los demás.
  • No burlarse de otras personas ni llamarles con apodos
  • No contar chistes gays.
  • No unirnos cuando nuestros amigos se burlan de otra persona (esto es difícil no hacerlo, pero es importante).
  • No hablar de otros a sus espaldas, decir mentiras sobre ellos ni decir sus secretos. Permitir que otras personas tengan diferentes creencias y tomen decisiones diferentes, en lugar de insistir en que creen y elijan las cosas que hacemos.
  • Escuchar cuidadosamente y hacer el mejor esfuerzo para entender lo que dice la otra persona. Cuando no entendemos algo, le pedimos amablemente para obtener una explicación. Por ejemplo, “no creo que haya entendido lo que acabas de decir. ¿Puedes explicarlo nuevo?” (en lugar de “¿qué quieres decir?! ¡No tiene ningún sentido en absoluto!”).
  • Tratar bien a todos.
  1. Sé incluyente. Intégralo en las actividades, no lo rehúyas ni excluyas.

Principalmente involúcralo en actividades propias de su sexo. Es una forma de que se identifiquen con su propio sexo, aprendiendo a comportarse de acuerdo a su género.

  1. Bríndale tu amistad sincera.

Debido a que una de las principales carencias que las personas con AMS han tenido es la FALTA DE IDENTIFICACION CON SU PROPIO SEXO. Es importante tener en mente que debido a sus problemas relacionales en ocasiones puede ser complicado llevar una amistad. Se paciente. Dale la oportunidad de tener compañerismo con sus pares.

  1. Mira a tu amigo como una persona, no te enfoques sólo en su sexualidad.

Ante todo, tu amigo es una persona, un ser humano con sentimientos, inteligencia, esperanzas y temores, habilidades, fortalezas y debilidades. No dejes que lo que sabes acerca de su sexualidad, anulen todas las otras cosas que sabes acerca de tu amigo. Aún tiene todas las cosas buenas (y malas) que tenía antes de que supieras esto.

  1. Fomenta un ambiente de confianza que permita el diálogo.

Toca el tema u otros similares en forma que expreses tu posición de comprensión y esperanza para él.

Si eres líder: Predica sobre el tema en forma constructiva, sin burla, mofa o condenación. No es el pecado imperdonable.

  • Puedes mencionar algo de las noticias o de un programa de televisión que tiene que ver con la homosexualidad.
  • Puedes comentar cómo te molesta cuando hablan mal de los gays y lesbianas.
  • Si te has dado cuenta de que algo es molesto a tu amigo, puedes decir algo como: “parece que eso te molesta ¿quieres hablar sobre el tema?” Si tu amigo dice que no, respeta su elección, pero comunícale que te encuentras disponible.
  • Podrías compartir algunas cosas personales de ti, para mover su amistad a un nivel más profundo donde tu amigo puede sentirse más cómodo hablando de cosas personales.
  • Le puedes preguntar directamente.

Lo que elijas, depende de varias cosas: ¿por cuánto tiempo se conocen entre sí? ¿Es tu amigo generalmente agradable y abierto, o él o ella no dice mucho acerca de cosas personales? ¿Qué dirías si tu amigo te preguntara por qué quieres saber? ¿Qué le dirías acerca de tu actitud hacia la atracción del mismo sexo?

  1. Escúchalo y comunícate abiertamente.

Escucha los sentimientos que están detrás de las palabras que utiliza tu amigo. ¿Se siente solo? ¿Enojado? ¿Deprimido? Si tu trabajo no es la consejería, de todos modos, puedes apoyarlo sólo por escuchar y reconocer sus sentimientos. No saltes a conclusiones: escucha cuidadosamente lo que dice tu amigo y presta atención a lo que hace él o ella, basa tus conclusiones en eso, no en rumores o historias que escuches sobre tu amigo. Pregúntale directamente aun cuando se trate de sus sentimientos por ti o por otra persona, puede decidir no responder, pero es de esperarse que se obtendrá algún tipo de respuesta que te dará una idea más precisa de lo que tu amigo piensa y siente en lugar de simplemente “llenar los espacios en blanco” tú mismo.

Si te confiesa que es gay, proporciona retroalimentación verbal, no asumas que tu amigo sabe cómo te sientes acerca de lo que se ha compartido -es probable que él o ella tenga miedo al rechazo y es importante decir lo que se piensa.

Dependiendo del caso, podrías decir:

  • “Me preguntaba si eras gay, por lo que no me sorprende que me lo digas. Eso no cambia cómo me siento acerca de ti; eres mi amigo, y eso es todo”.
  • “Bien, realmente no tenía idea, pero está bien. Somos amigos, ¿no?”
  • “Eso me desconcierta un poco. No tenía ni idea. Pero yo todavía quiero ser tu amigo, aunque necesito un poco de tiempo para acostumbrarme a la idea. ¿Está bien?
  • “Gracias por ser tan abierto. Me siento un poco incómodo con esto… ¿me ayudarías a entender más acerca de esto?”

Para animarlos a hablar puedes decir algo como: “Siento como que algo te preocupa, cuando desees hablar sobre eso, aquí estoy yo para escucharte”

Si alguien empieza a comentarte detalles más personales o íntimos que no te hacen sentir cómodo, puedes amablemente decir algo como: “Me alegra que confíes en mí tanto que podemos hablar de todas estas cosas. Pero estaba considerando que preferiría no escuchar todos los detalles acerca de ________ ¿te importaría omitirlos?

Si tienen diferentes puntos de vista sobre el tema, dialoga si él lo desea, pero no discutas. El dialogo no trata de forzar a la otra persona a estar de acuerdo contigo. Todos tienen el derecho de creer lo que deseen creer, aunque no haya ninguna evidencia que sostenga sus creencias, respetar a otro involucra el concederles ese derecho.

SI LA PERSONA TE CONFIESA TENER TENDENCIAS O COMPORTAMIENTO HOMOSEXUAL… TAMBIEN PUEDES:

  1. Apoyarlo para que busque ayuda o consejería basada en principios bíblicos

Reconociendo tus límites. Si la persona está luchando con sentimientos de AMS o ya con la conducta homosexual, pero DESEA CAMBIAR ESO, lo puedes ayudar. Si cree que está en lo correcto sólo te queda respetarlo, dejándole claro que lo aceptas como persona pero que no estás de acuerdo con esa forma de vida.

  1. Guarda siempre la confidencialidad.

No defraudes la confianza que depositó en ti. Si necesitas comentar con alguien maduro y discreto el asunto para que te oriente, no des nombres ni circunstancias que puedan identificarlo.

  1. Ora por tu amigo.

Si eres cristiano lo más valioso que puedes hacer es orar por esa persona para que Dios le hable, y le dé convicción de que ese estilo de vida no le agrada a Él, a fin de que tu amigo busque al Señor y de la restauración que Él Señor, sanado sus heridas internas, transformando su entorno y cambiando su conducta.

Recuerda siempre que con misericordia y verdad se corrige el pecado (Proverbios 16:6), y que es la BONDAD DE DIOS la que guía a una persona al arrepentimiento (Romanos 2:4).