Acompañando a las personas en su jornada de recuperación

¿Se ha puesto a pensar cuál podría ser la situación de una persona cuando llega a nuestras oficinas pastorales buscando ayuda?  Tal vez se dejó de su pareja, perdió el empleo a causa de sus conductas de riesgo, tal vez perdió a su familia inmediata, se siente sola, está cansada de vivir su vida, o anhela verdaderamente conectarse con Dios a través de Jesucristo. Este proceso restaurador comienza cuando la persona herida reconoce que su vida se ha salido de control y necesita ayuda.

Todos los seres humanos pasamos por diferentes tipos de crisis. Entendemos por crisis las circunstancias adversas internas o externas que amenazan o rompen con nuestra estabilidad y seguridad. Las crisis pueden ser físicas, económicas, morales, emocionales, sociales o espirituales. Las crisis producen dolor y sufrimiento. Las crisis son dolorosas porque en ellas normalmente vivimos pérdidas, de confianza, credibilidad, paz, en algunas ocasiones de salud, o de cosas materiales, afectos, o personas a las que amamos.