Por Walt Heyer

Los primeros pioneros en la cirugía de reasignación de género y los estudios clínicos recientes coinciden en que la mayoría de las personas trans sufren de trastornos psicológicos concomitantes, lo que conduce trágicamente a altos índices de suicidio. La ilegalización de la psicoterapia para las personas trans puede ser políticamente correcto, pero muestra una imprudente indiferencia por la vida humana.

4 de octubre de 1966: El New York Daily News en su sección de farándula informó de una chica visitando los clubes de Manhattan y que admitía haber sido hombre en 1965. Había sido sometida a una operación de cambio de sexo en Baltimore en la clínica de género de la Universidad Johns Hopkins.

En 1979, trece años después, suficientes cirugías de género se habían realizado para evaluar los resultados. Ya era tiempo de tener un informe basado en pacientes reales.