Por: Living Hope Ministries

Mi nombre es Kevin. Tengo 35 años de edad. El hombre que soy hoy en día no es el hombre que siempre he sido. Mi vida ha cambiado radicalmente. Pero voy a hacerte un poco de historia para que ubiques mi escenario: Cuando tenía tan sólo dos años, mis padres se divorciaron. Mi mamá siempre me ha amado y me ha apoyado en todo. Ella siempre ha sido mi mejor amiga y lo sigue siendo en la actualidad. Mi padre realmente nunca estuvo presente mientras yo crecía, pero cuando estaba, él era muy abusivo verbal y físicamente, y, a veces, sexualmente. Decía que era su manera de enseñarme a ser un hombre.

Psic. Armida de M.

Cuando hablamos de sanidad del alma, estamos hablando en términos generales de sanidad de las emociones.

La mayoría de los problemas emocionales surgen de la relación paternal, que es de donde el niño debe recibir amor, aceptación, seguridad, identidad, una sana auto-estima y disciplina.  Si estas necesidades son suplidas en forma equilibrada, el niño normalmente se convierte en una persona emocionalmente madura. Si estas cualidades están ausentes, el niño sufrirá y tendrá problemas como adulto.  Las heridas provenientes de la relación del niño con sus padres, pueden ser las más severas y duraderas en la vida.